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Café y Calor, tres años por los 'sintecho'

Voluntarios atienden cada noche a las personas que no tienen donde dormir en La Línea Ofrecen comida, mantas, ropa y asesoramiento, además de humanidad

Voluntarios de Café y Calor asisten a varias personas en el antiguo hospital municipal.
Rafa Máiquez La Línea

02 de marzo 2014 - 01:00

El programa Café y Calor de Cáritas lleva tres años ayudando a las personas sin techo en La Línea, un colectivo que, por desgracia, ha venido en aumento en los últimos tiempos. Aun así, los voluntarios de esta iniciativa, que nació a principios de 2011, trabajando a destajo para que los indigentes puedan pasar una noche algo más humana gracias a la comida y al calor que le ofrece gente que no pide nada a cambio.

Los voluntarios de Café y Calor salen cada noche, de lunes a vieres, sobre las 9 de la noche. Hay días que son cuatro personas en el grupo de ayuda, otros puede llegar hasta los ocho voluntarios, que realizan un recorrido en coche que comienza en el hospital, después pasa por Correos, el monumento a Camarón, y termina sobre las 11:30 en las inmediaciones de la frontera. En cada punto atienden a un buen número de personas, aunque varía cada noche. El hospital y las inmediaciones de la estatua de Camarón de la Isla son los más numerosos, aunque varía cada día. En algunas ocasiones se llega en este último lugar a la veintena de personas atendidas, aunque otros días puede que ni llegue a la decena.

Suelen ser grupos de personas ya conocidas, aunque es habitual que los mismos sintecho avisen a los voluntarios de que hayan visto alguna persona nueva durmiendo en la calle. Es entonces cuando las personas que trabajan sin nada a cambio en Café y Calor acuden a ese punto y atienden a la persona indicada.

La rutina de los voluntarios se ha convertido en un bello ritual de solidaridad y altruismo. Llegan al lugar de reparto y lo primero que hacen es dialogar con las personas. Le preguntan qué tal ha ido la semana, si tienen alguna preocupación o necesitan algún tipo de ayuda, como para arreglar algún papeleo. Tras eso, comienzan a repartir la comida. Siempre hay un plato de comida caliente, elaborada por los propios voluntarios, y también café caliente, que ayuda mucho a los que viven en la calle en estas noches de invierno tan frías. También entregan zumo, agua, pan, fruta, galletas... lo necesario para que se alimenten por la noche y tengan algo que echarse a la boca al día siguiente, mientras esperan al próximo grupo de voluntarios de Café y Calor.

En invierno la ayuda que reciben los indigentes es aún más valiosa y por eso estas personas solidarias también hacen entrega de mantas, abrigos, calcetines o ropa interior. Esto último es muy necesario para estas personas, ya que al no tener techo es fácil que se mojen cuando llueve, por lo que agradecen tener una muda ante las inclemencias del tiempo.

Normalmente Cáritas aporta la materia prima y son los voluntarios los que se encargan de hacer los platos de comida caliente que reparten en esos puntos de la ciudad. También cuentan con la ayuda de algunos voluntarios. Por ejemplo, una de ellas hace todos los jueves pollo en salsa para los sintecho, y de vez en cuando personas particulares hacen alguna donación, como por ejemplo una pata de jamón o bocadillos.

También cuentan con la colaboración de hermandades y cofradías de la Semana Santa linense, que sobre todo en Navidad realizan campañas de recogida de alimentos y enseres para los sintecho. Por ejemplo, las pasadas navidades la hermandad de la Flagelación y La Estrella, junto a Cáritas de la parroquia de Santiago, recogieron cobertores y mantas para cederlos a Café y Calor.

El programa no sólo ofrece café, comida y charla, sino que también integra un servicio de asistencia social y médica, porque cuenta con personal sanitario voluntario. Además, durante estos tres años han atendido a varios los indigentes extranjeros e incluso han logrado poner en contacto a los usuarios del programa con sus familias. Un alto porcentaje, alrededor del 70%, son de nacionalidad española, mientras que el resto son extranjeros. Los rumanos son mayoritarios, seguidos de polacos, alemanes, británicos, franceses y portugueses.

Los voluntarios de esta importante iniciativa también han gestionado el ingreso de algunas personas que vivían en la calle en centros terapéuticos, una labor que hacen con el Centro de Encuentro y Acogida (CEA). También gestionan citas médicas y la regularización de la documentación, además de repartir material higiénico sanitario.

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