El 'Brexit' calienta Gibraltar
Los gobiernos español y británico tratan de rebajar la tensión tras las declaraciones de algunos cargos políticos
Londres insiste no obstante que su postura sobre el Peñón no ha cambiado
Gibraltar, y con ella toda la comarca del Campo de Gibraltar, parece condenada a no poder disfrutar demasiado tiempo de bonanza política, como si se encontrara en un vértice para la tormenta perfecta. No hay aguas mansas en la Bahía de Algeciras. El triángulo Peñón-España-Reino Unido sigue siendo el escenario de una confrontación secular. ¿Sin fin? El Brexit se erige ahora como el penúltimo capítulo de otra escalada verbal más que ha vuelto a tensionar al máximo las relaciones entre Madrid y Londres y en la que incluso ha habido alguien que se ha atrevido a poner sobre el tablero amenazas de guerra.
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, tiró ayer de cordura para borrar los ribetes más estrambóticos de la polémica. Preguntada por el giro que ha tomado el contencioso con la colonia británica, y especialmente por las declaraciones del ex líder del Partido Conservador Michael Howard, en las que afirmó que la primera ministra, Theresa May, estaría dispuesta a entrar en guerra por defender Gibraltar, Sáenz de Santamaría se mostró determinante: se trata de una dialéctica que ya está "superada" y a la que prefiere no ayudar a "recuperar" actualidad con comentarios.
Gibraltar no son las Malvinas. Howard se engalló. Y hasta la propia primera ministra del Reino Unido, Theresa May, se apresuró a poner cataplasmas para rebajar la fiebre cuyos grados había hecho subir el veterano tory esforzándose en disipar las tensiones surgidas en los últimos días en torno al Peñón. Su apuesta y la de su Gobierno es por "el diálogo", subrayó la jefa del Ejecutivo británico, que durante un viaje a Jordania tuvo que responder a preguntas de la prensa sobre la posibilidad de ir a la guerra por Gibraltar.
"Lo que estamos haciendo con todos los países europeos en la UE es sentarnos y hablar con ellos", afirmó May, que según la cadena BBC se rio al ser cuestionada sobre el exabrupto de Howard. "Definitivamente, diálogo", respondió May sobre si su política hacia Gibraltar será de "diálogo y no de guerra", en referencia a una frase acuñada por el antiguo primer ministro conservador, Winston Churchill. La dirigente intentó zanjar así la polémica suscitada por las declaraciones del diputado de su partido, que el domingo dijo que estaba "seguro" de que May mostraría "la misma determinación" para proteger a Gibraltar que la exhibida por su predecesora Margaret Thatcher en 1982, cuando envió una fuerza naval contra Argentina en el conflicto de las islas Malvinas.
Eso sí, a pesar del llamamiento a la tranquilidad por parte de May, la primera ministra también quiso dejar claro que "nuestra posición sobre Gibraltar no ha cambiado. Tenemos claro que continuaremos apoyando a Gibraltar, estamos trabajando con el Gobierno gibraltareño y lo seguiremos haciendo", aseguró, al tiempo que subrayó que su Ejecutivo quiere "negociar el mejor acuerdo para el Reino Unido y el mejor acuerdo para Gibraltar".
May está siendo objeto de ataques por diputados del ala más dura de su partido, que la acusan de haber cometido un error estratégico al no incluir una referencia expresa al Peñón en la carta que el miércoles pasado envió a Bruselas para activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa, dando inicio al período de dos años de negociaciones para la desconexión.
Previamente, su portavoz oficial, Greg Swift, había descartado un hipotético enfrentamiento armado por la Roca al decir que "no va a suceder".
"Alguien en el Reino Unido está perdiendo los nervios". Esa es la única explicación posible que encontraba el ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, al hecho de que en Londres se haya oído decir que el Gobierno británico estaría dispuesto a ir a la guerra si ello fuera necesario para defender la soberanía de Gibraltar. "La tradicional flema británica brilla por su ausencia" en este asunto, lamentó Dastis.
El ministro indicó en el transcurso de un desayuno del Foro Cinco Días que el antiguo líder conservador británico Michael Howard "no dijo exactamente eso". Sin embargo, Dastis sí censuró que "traer a colación situaciones pasadas con las Malvinas es un poco sacado de contexto". El jefe de la diplomacia española, no obstante, quiso destacar que el Gobierno de Mariano Rajoy no tiene que dedicarse a responder a "observaciones" que políticos "de ahora o de ayer en el Reino Unido hagan sobre este particular". Y volvió a recalcar: "Me parece que alguien en Reino Unido está perdiendo los nervios pero no hay ninguna base para ello".
Para limar asperezas en este asunto, aunque ya estaba prevista desde hace unos días, Dastis mantuvo la noche del domingo en Madrid una cena con el ministro británico para la salida de la UE, David Davis, a quien trasladó que la posición negociadora respecto a Gibraltar es la del borrador del Consejo Europeo, que condiciona la aplicación del pacto del Brexit en el Peñón al acuerdo entre España y el Reino Unido. Dastis recordó que "la posición es clara: Cuando el Reino Unido salga de la UE sale entero y nuestra intención y deseo es que fuera de la UE permanezca entero y vamos a trabajar en ese sentido".
Mientras tanto, la Unión Europea hizo un llamamiento al diálogo sobre el futuro de Gibraltar después del Brexit. "La Comisión Europea se pone del lado del diálogo y la cooperación, que es nuestra manera de hacer las cosas", dijo su portavoz Margaritis Schinas a los periodistas en Bruselas. Schinas manifestó su apoyo al borrador de las bases que guiarán las negociaciones de la UE para la salida del Reino Unido del club europeo y que contempla que no se aplicará ningún acuerdo a Gibraltar sin el consentimiento de España y del Reino Unido. En la práctica, esto supone un poder de veto para España sobre cualquier decisión que implique a Gibraltar, extremo que fue criticado duramente por Londres y celebrado por Madrid como una victoria diplomática.
Mientras, la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Federica Mogherini, evitó pronunciarse sobre la polémica. "No es una cuestión de política exterior todavía. No voy a comentar sobre esto", dijo la jefa de la diplomacia europea.
Boris Johnson: "La soberanía no va a cambiar"
El ministro de Exteriores británico, Boris Johnson, quiso dejar claro ayer que "la soberanía de Gibraltar no ha cambiado y no va a cambiar", aunque evitó hacer ningún tipo de alusión bélica a la disputa territorial entre España y Reino Unido por la soberanía del Peñón. "La soberanía de Gibraltar no ha cambiado y no va a cambiar y no puede cambiar sin el apoyo y consentimiento expreso del pueblo de Gibraltar y de Reino Unido y esto no va a cambiar", remachó el jefe de la diplomacia británica. Al término de la reunión con sus homólogos de la UE en Luxemburgo, Johnson insistió en que "la soberanía de Gibraltar es inviolable y seguirá siendo así. Protegeremos los intereses de la gente de Gibraltar, sus intereses políticos, económicos", aseguró, argumentando que "la cuestión determinante" es el referéndum sobre la soberanía celebrado en Gibraltar "hace unos años", en 2002.
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