Convención del PP en Sevilla

Aznar acusa al Gobierno de llevar el modelo autonómico al borde del precipicio

  • El ex presidente del Gobierno responde a las críticas de quienes les acusan de atacar el Estado de las Autonomías por plantear reformas para hacer "racional" el actual modelo.

“Los únicos que han hecho todo lo posible para destruir el modelo autonómico han sido los socialistas, con el presidente del Gobierno a la cabeza”. El presidente de honor del Partido Popular, José María Aznar, salía así al paso de quienes les han acusado en los últimos días de atacar el Estado de las autonomías por plantear, según el ex presidente del Gobierno, “ideas razonables y razonadas para hacer más racional” el modelo autonómico. Aznar acusó a los socialistas de “querer cambiar la Constitución por la puerta de atrás” y recordó que pretenden “dejar sin efecto la sentencia del Constitucional sobre el Estatuto catalán”. Los socialistas, continuó, “han llevado el modelo al borde del precipicio”.

Aznar fue la gran estrella de la sesión que inauguraba la convención que celebra el Partido Popular este fin de semana en Sevilla. Y, a tenor de las ovaciones que le recibieron y despidieron y que trufaron toda su intervención, dejó a los asistentes al evento satisfechos, aunque, lejos de su habitual (algo menos en los últimos tiempos) discurso incendiario, ese que tantos problemas le ha ocasionado a su propio partido, Aznar prefirió esta vez contenerse y usar palabras menos polémicas. “Si digo otra palabra seguro que me lo sacan”, llegó a decir. Como hace una semana en León, el presidente de honor de los populares volvió a pronunciar un discurso de unidad, de esperanza y de apoyo sin fisuras al actual líder del partido, Mariano Rajoy, e insistió en que el PP es la única alternativa a los socialistas, y que es necesario que alcancen tanto el Gobierno de España como el de Andalucía, porque ambas necesitan el cambio para poder salir de la crisis y comenzar la recuperación económica. 

“Somos el único partido que cree en España”, dijo Aznar, y añadió que “la recuperación sólo puede venir con el PP, no de un socialismo que confunde reformas con recortes y que no cree en las reformas”, y recordó que cuando su partido gobernó, en los años de bonanza económica, les fue bien a todos los españoles, no sólo a los que les votaron o a los que son afiliados a su partido. “Somos conscientes de la responsabilidad que tenemos para quienes nos votan, para quienes no lo hacen pero lo harán y para quienes no tienen intención de hacerlo nunca. No hace falta ser del PP para beneficiarse de un Gobierno del PP”, aseguró, y recordó que los socialistas “dilapidaron enseguida la herencia económica que les dejamos”.

Aznar aseguró que su formación defiende la libertad, la democracia, las instituciones, y atacó a quienes sólo buscan dividir, reeditar rencores del pasado, porque “gobernar no es destruir, sino construir”. “Nosotros somos de fiar, no como otros, que sólo hacen propaganda”, dijo, en clara referencia a los socialistas, que, continuó, distraen con debates sobre la continuidad o no de Zapatero y quién será el que le sustituya. “No estamos para bromas ni para pinganillos”, aseveró, recordando otra polémica, la de las traducciones en el Senado.

Antes de Aznar subieron a la tribuna del primer plenario de la convención de los populares Baudilio Tomé, coordinador de estudios y programas; José Luis Sanz, presidente del PP de Sevilla; el secretario general del PP andaluz, Antonio Sanz ("Arenas se merece ser presidente de Andalucía y Andalucía se merece un presidente como Arenas" o “Zapatero es el presidente más antiandaluz de la historia" fueron algunas de las frases destacadas de Sanz, que dijo también que la receta contra el paro es “mucho PP” y “poner Andalucía a funcionar” y prometió: “No les vamos a defraudar”); el candidato a la Alcaldía de Sevilla, Juan Ignacio Zoido (al que le cantaron el cumpleaños feliz); y la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, que recordó algunas de las ocasiones en las que el Gobierno, concretamente Zapatero y Solbes, “negaron la crisis”, defendió la necesidad de una educación de calidad, que premie el esfuerzo y que establezca unos mínimos comunes a todos los estudiantes, unos contenidos que todos deban conocer, especialmente concernientes a Lengua, Literatura e Historia; criticó la “la maraña burocrática” y la duplicidad de organismos y trámites y defendió reformas que tiendan al centralismo sólo como herramienta para ahorrar en gasto público. Cospedal terminó su intervención asegurando que "no vamos a permitir que de ninguna manera los terroristas se presenten a las elecciones".

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