Gérard Mourou (Albertville, Francia, 1944) logró el Premio Nobel de Física de 2018 por sus estudios con el láser, un tipo de luz amplificada por la estimulación de radiaciones y cuyas aplicaciones ha venido a divulgar para los estudiantes de la Universidad de Sevilla: terapia oftalmológica, limpieza radiactiva de los residuos nucleares y eliminación de la chatarra espacial. Dirige laboratorios en la República Checa, Hungría y Rumanía después de haber trabajado 30 años en Estados Unidos. Esta entrevista fue posible gracias a la pulcra tarea del traductor e intérprete José Luis Bachero Valera.
-¿Cuál es la diferencia de la luz que dan el sol, una linterna o una hoguera y de la luz del láser?
-La misma que hay entre un maratón de diez mil corredores y un ejército marchando. En un maratón, los corredores llevan prendas distintas, corren a su ritmo y, si se conoce a un corredor, no puede obtenerse información del resto. En un ejército en formación, todos los soldados van vestidos igual, todos caminan a la misma velocidad y, cuando se conoce a uno, puede adivinarse qué tipo de soldados son y dónde están.
-Usando el haz compacto y uniforme del láser puede calentarse una cafetera a dos mil kilómetros de distancia.
-Sí, pero sería una forma de hacerlo demasiada cara.
-¿Podría usarse también para calentar las nubes y provocar la lluvia?
-La eficacia del láser requiere energía eléctrica para que funcione y, en ese caso, el rendimiento no es bueno. Con el láser pueden hacerse cosas mejores.
-¿Como qué?
-Puede funcionar como un bisturí idóneo, puesto que hace cortes extremadamente precisos sin provocar daños colaterales ni infecciones. Para los problemas oculares es fantástico.
-También enmienda los defectos de la vista.
-Corrige la miopía, la hipermetropía... También cura el glaucoma y la degeneración macular... Y cura las cataratas.
-Usted trabaja también en su utilidad para aplicaciones medioambientales.
-Hay una muy importante: la transmutación de los residuos nucleares, es decir, la reducción de la radiactividad de sus átomos, que es el problema. De los millones de años que tardan en desactivarse podría pasarse a apenas unos años.
-Francia es uno de los países de Europa que más apuestan por la energía nuclear, al contrario que sus vecinos. ¿Hay un debate?
-Sí, pero es un tema muy sensible. Prefiero pasar el tiempo en el laboratorio, trabajando, y no tratar asuntos controvertidos.
-Hubo un tiempo en que el láser se usaba como símbolo del futuro en las películas y las novelas. ¿Desde cuánto hace que vivimos en el futuro?
-El láser se desarrolló en la década de los sesenta del siglo XX. Se ha hecho un gran número de cosas con la luz láser y creo que queda mucho por descubrirse todavía.
-Por su particular naturaleza, un láser emitido desde la Tierra puede recorrer millones de kilómetros en el espacio. ¿De qué está hecho el espacio?
-De vacío.
-¿Y qué es el vacío?
-El vacío se compone de partículas y de antipartículas que se van creando y destruyendo sin cesar. Se cree que es la nada.
-¿Y la materia oscura?
-No se sabe. Se tiene alguna idea. Son partículas muy grandes pero con masas muy ligeras.
-¿Cómo explicaría qué es un agujero negro?
-Un lugar del que no sale nada, todo lo que entra desaparece, incluso la luz. De ahí su nombre.
-Vacío, materia oscura, agujeros negros... Parece una película de terror.
-Es una película de terror espacial.
-Da vértigo pensarlo.
-Fuimos creados del vacío hace 14.000 millones de años. Y aquí estamos. Venimos del vacío. No tenemos por qué tenerle miedo. La vida procede del vacío.
-Recorrerá España en los próximos días. ¿Se imagina haciéndolo a la velocidad de la luz?
-Según la teoría de la relatividad, viajar a la velocidad de la luz es imposible. Ya se sabe que si uno se acerca a la velocidad de la luz, el peso aumenta enormemente hasta hacerse no factible.
-Desde un extremo a otro del espectro electromagnético, desde las ondas gamma a las de radio, los humanos percibimos un estrecho margen. No parece que el universo esté hecho para los humanos.
-El universo nos ha creado. El hombre no es la medida de todas las cosas, claro que no. No somos nada.
-Hay premios Nobel que se quejan de su condición de autoridad, porque todo el mundo los admira y les preguntan como si lo supieran todo. ¿A usted le ha parecido un rollo haber ganado el Nobel?
-No, no. Pero es cierto que hay que tener mucho cuidado con lo que se dice. Lo que dice un Nobel va a misa.
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