Elecciones

La fuerza de la popularidad

  • Considera que ahora los mensajes son repetitivos y poco ingeniosos · Pero, tras ocho participaciones en convocatorias a las generales, sigue con la misma ilusión

CELIA Villalobos, cabeza de lista por Málaga al Congreso de los Diputados en representación del Partido Popular, dice que la campaña electoral está siendo tranquila, ya que en su opinión la gente tiene las ideas claras, debido al mucho tiempo transcurrido desde que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció su decisión de adelantar los comicios generales al 20-N. Está de acuerdo, en que a diferencia de otras ocasiones, ahora los mensajes son repetitivos y casi siempre poco ingeniosos, lo que puede provocar esa sensación generalizada de una contienda electoral menos atractiva que en anteriores ocasiones.

Aunque Villalobos asegura, después de haber participado en ocho campañas para las generales, más las correspondientes a las municipales, autonómicas y al Parlamento Europeo, que conserva la misma fuerza y las mismas ganas que cuando comenzó su vida parlamentaria en 1986, primero como segunda de la candidatura y después poniendo la cara en el cartel electoral. Un total de 25 años como diputada en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo, que no han conseguido cambiar su forma de pensar, pero que reconoce que le han hecho más prudente. "Cosas de la edad", afirma.

Nadie puede negar que la popularidad de la candidata del PP es su principal patrimonio político y el de su propio partido, obtenida a base de estar siempre cercana, por su forma de hablar para que la entienda todo el mundo, por su presencia ante las cámaras de televisión, cuando casi nadie se arriesgaba a someterse al ojo público y también por tener pocos pelos en la lengua. Una característica que le ha creado más de un problema, sobre todo cuando sus ideas no han comulgado con los sectores más conservadores del PP.

Para permitir conocer más de cerca el trabajo electoral de Villalobos, el responsable de prensa de su campaña, busca un hueco en una agenda que se antoja insoportable, y la cita se produce en el salón de un céntrico hotel malagueño donde la candidata acompañará a Javier Arenas en la reunión del Foro del Turismo de Málaga. Antes ha atendido a una televisión local, luego asistió a una entrevista radiofónica, para salir pitando para Nerja, donde almorzó con empresarios locales. Ya de vuelta, participó, junto a la también candidata Margarita del Cid, en una reunión en el Colegio de Abogados, para terminar la jornada, en la sede provincial de su partido, con un encuentro con representantes del sector lotero. "Gracias a nosotros se paralizó la privatización", dice.

En la charla con la candidata, que se realiza mientras que todo el que es alguien en el PP va accediendo a los salones del NH, Celia Villalobos niega que sea una arenista conversa. "Yo soy leal a mis compañeros y a mi partido, no soy pelotillera. Quiero que Javier sea el próximo presidente andaluz". También confiesa que en la foto que publicó la portada de Málaga Hoy, en la que Mariano Rajoy coge cariñosamente la cara de la candidata malagueña, su presidente estaba diciendo "gracias, Celita". Y dentro del mismo terreno de las confidencias, asegura sentirse a gusto entre el joven equipo, presidido por Elías Bendodo, que ahora conforma la dirección del PP de Málaga. "He conocido a ocho presidentes, siempre me he encontrado bien. Ocupo mi puesto y trato de ganarme el respeto".

Retomando el tema de la campaña, que le obliga a hacer una media de cerca de 250 kilómetros diarios para tratar de acudir al mayor número de puntos de la provincia, Celia Villalobos dice que las encuestas sólo le interesan como tendencia, por lo que mantiene que "no hay que cantar victoria" hasta el domingo, si se ganan las elecciones. También afirma que no le preocupa en absoluto su destino durante la próxima legislatura, "me conformo con representar y defender los intereses de Málaga", y su rostro adquiere gesto de gravedad cuando explica que ella no cree, en contra de lo que piensan otros dirigentes de su partido, que tras el triunfo de Rajoy se incrementarán las protestas en la calle. "Ya lo hicimos y lo volveremos a hacer. Gobierno, patronal y sindicatos a negociar y a trabajar todos juntos", afirma.

Sólo tuerce el gesto cuando se le plantea la inevitable pregunta sobre su negativa a debatir con la candidata socialista. Que contesta reiterando los argumentos conocidos por todos y que resume diciendo que su opositora "realmente no quería, tenía miedo", y se escabulle contando la única maldad vertida en el encuentro. Según Villalobos, Miguel Ángel Heredia nunca quiso que Trinidad Jiménez fuese la número 1, "quería ser él mismo, para medirse conmigo, por eso le facilita los datos equivocados".

Avisan de que el acto va a comenzar, pero la candidata popular no resiste la tentación de enseñar al periodista las fotos de sus tres nietas y afirmar que está deseando volver a abrazarlas, porque "ahora son lo que más me importa".

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