Las finanzas tienen un nuevo y despiadado dictador, el core capital, que determinará el futuro inmediato de los bancos y cajas españoles, presionados por el riesgo de nacionalización parcial y temporal, hasta cinco años, anunciado el lunes por la ministra de Economía y vicepresidenta del Gobierno, Elena Salgado. El umbral para los bancos será del 8%, un punto más que lo exigido por Basilea III para 2019. Las cajas de ahorros aún no saben en qué escenario se moverán, aunque fuentes del sector consultadas por Efe estimaban ayer que el listón llegará como mínimo al 8,5%. En este contexto, la malagueña Unicaja se revela como auténtico remanso de paz en mitad de la tormenta: en una nota difundida ayer, declaró que su core capital a diciembre de 2010 era del 13,1%, el más alto del sistema español, bancos incluidos.

¿Qué pasa con el resto de andaluzas? BBK Bank, que incluye a la cordobesa Cajasur, señaló ayer a este periódico que su núcleo de capital está en un holgado 8,9% a cierre del año. Mare Nostrum, el Sistema Integrado de Protección (SIP) al que se acogió Cajagranada, se situaría en el 8,4%, mientras que Banca Cívica, la opción elegida por Cajasol, estaría en un 7,64%, aunque fuentes de la entidad aclaraban ayer que aún trabajan en la confirmación del dato.    El presidente de Caja de Burgos, José María Arribas, reafirmó la voluntad de Banca Cívica de salir a Bolsa "lo antes posible" y de reforzar su solvencia a través de la inversión privada.

 El Gobierno andaluz, por cierto, afirmó que ninguna caja de ahorros andaluza se verá afectada por las últimas medidas anunciadas por el Gobierno. No habrá nacionalizaciones en la comunidad, o al menos eso es lo que opina la consejera de Presidencia de la Junta, Mar Moreno, quien en rueda de prensa, al finalizar la reunión del Consejo de Gobierno, consideró "positiva" esta nueva medida, por contribuir "a preservar la solvencia del sistema financiero español".

Con los datos de septiembre en la mano (no todas las cajas han aportado el porcentaje más actualizado), aparte de Unicaja, sólo cuatro cajas más pasarían la criba orientativa de La Moncloa y el Banco de España (orientativa porque en teoría sólo vale para los bancos): Caja Vital (11,6%), La Caixa (8,7%), Ibercaja (8,5%) y Ontinyent (8,01%). La guipuzcoana Kutxa supera ampliamente las exigencias (12,5%), aunque su referencia temporal -septiembre- está más desfasada. No alcanzan ese mínimo 8% ni el SIP liderado por Caja Madrid y Bancaja, ni Unnim, Catalunya Caixa, Novacaixagalicia o el combo castellanoleonés que forman Caja Duero-Caja España.

En cuanto a los bancos, todos superarían las exigencias del Ejecutivo a excepción del Sabadell, que se quedaría a un paso de acuerdo con los datos de septiembre de 2010 (7,84 %), mientras que Bankinter sería el principal perjudicado, con un core capital del 6,6 % en esa misma fecha, aunque  esta última entidad cuenta con dos ventajas: su reducida morosidad y un buen calendario de vencimiento de deuda.

Las nuevas exigencias de capital impuestas por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero generan por el momento más dudas sobre el sistema (ver página 43). En la Bolsa española, la recogida de beneficios y el miedo de los inversores hizo que optaran por las ventas, provocando que los dos grandes bancos, el Santander y el BBVA, perdieran el 3,13% y el 2,92%. Sabadell y Popular retrocedieron el 2,18% y el 1,93%, mientras Bankinter se llevó la peor parte (- 5,16%).

Los mercados dudan por la alta exposición al ladrillo del sistema financiero español. Para que el lector se haga una idea de la dimensión del problema, sirven las cifras aportadas ayer por Novacaixagalicia, que explicó en un comunicado que la financiación concedida por la entidad para la promoción de viviendas o para su adquisición por parte de las familias, unido a los activos inmobiliarios adjudicados, alcanza los 30.363 millones de euros. El dato indica que la exposición representa el 55,6% del riesgo total de la entidad. La exposición inmobiliaria se sitúa por debajo de la media del sector.