El último arreón de la maratón

El Algeciras CF enfila los últimos metros del año, la recta final del maratón de partidos jugados en un diciembre mágico eclipsado por la Copa del Rey y la eliminatoria que el pasado miércoles acabó con el sueño albirrojo ante un Primera división como la Real Sociedad. Ahora, de vuelta a la tierra, toca la Liga, el pan de cada día, y el domingo el equipo de Manolo Sanlúcar despide 2013 en el Nuevo Mirador.

El Algeciras afronta el último compromiso del año, en casa, ante La Roda CF, un rival directo en esa lucha continua por mantener la categoría en el grupo IV de la Segunda división B. La tropa de rojo y blanco, que ayer regresó a casa, enfrenta la batalla con las fuerzas justas, con muchos más minutos que su adversario en las piernas y con ese ánimo ambiguo propio de un equipo que ha sufrido una derrota pero lo ha hecho con la cabeza alta y con el reconocimiento de la gran mayoría de los presentes.

Los albirrojos necesitan echar el resto el domingo a las 17:00. El partido frente a La Roda marcará en buena medida los parciales de una primera vuelta que seguro está aprobada pero que podría acabar incluso entre el bien y el notable, teniendo en cuenta que los de Sanlúcar ejercen de recién ascendidos.

Además de tres puntos en juego, el Algeciras sabe que en el último duelo de 2013 pone en juego endulzar la despedida de un año que ha sido memorable. Pone en juego irse de descanso con una alegría en el cuerpo. Pone en juego la tranquilidad del que marca territorio con los puestos peligros y a su vez puede plantearse una segunda mitad de la temporada algo más ambiciosa, con nuevos retos.

La expedición algecirista voló ayer al mediodía desde Bilbao hasta Sevilla. El equipo almorzó en la capital hispalense y retornó al Nuevo Mirador. Sanlúcar canceló el entrenamiento previsto para la noche y citó a sus pupilos para esta tarde a las 17:30 horas, momento en el cual todas las energías del vestuario se centren en La Roda.

Toda maratón requiere un sobreesfuerzo máximo. Por eso ahora es cuando los albirrojos deben dar ante su gente ese último arreón final.