El limbo como amenaza
Después de encontrar el camino de la permanencia, pero cada vez más lejos de los puestos altos, un peligro desconocido desde hace años se cierne sobre la Balona de cara a la segunda vuelta: la falta de objetivos
En el camino de obtener la buscada salvación de manera holgada, pero cada vez más lejos de las primeras posiciones, una amenaza se cierne en torno a la Balompédica de cara a la segunda vuelta: la falta de objetivos.
El dibujo del grupo IV sitúa a los albinegros con sólo tres puntos de ventaja sobre el puesto de promoción de permanencia -ocupado por un decepcionante Cádiz- y a ocho de la cuarta plaza, la última que da derecho a disputar la fase de ascenso a la Liga Adelante.
Después de haber enmendado el rumbo al haberse embolsado diez puntos de quince posibles en el mes de noviembre y la primera fecha de diciembre, la Balona marca la línea para mantenerse en la categoría y, además, hacerlo sin sobresaltos de última hora. El conjunto albinegro dispone ya de 19 puntos cuando quedan cuatro jornadas para acabar la primera vuelta y en las últimas campañas han bastado 43 para quedarse. Con ganar tan sólo un encuentro más en las próximas semanas superará la media necesaria. Todo eso teniendo en cuenta que, aunque tendrá que repetir el balance en la segunda vuelta, la curva ascendente de los linenses hacen prever que incluso lo mejorará.
Hasta ahí todo bien. El problema surge cuando se dirige la vista hacia la zona alta de la tabla clasificatoria. La brecha entre los cinco primeros clasificados y el resto es ya evidente. Curiosamente todos ellos llevan, transcurridas quince jornadas, 27 puntos. Es el balance de goles el que los sitúa ahora en el siguiente orden, de arriba abajo: Real Jaén, Almería B, Albacete, San Fernando y Cartagena.
El siguiente, el Écija Balompié, se encuentra a cinco puntos. El Arroyo también, pero con peor goal average. La Balona está a ocho. Todo indica a que el abismo entre los cinco primeros y el resto se irá incrementando, como consecuencia en buena media de esa igualdad. El hecho de que ninguno haya conseguido escaparse ni un poquito todavía -ni siquiera el Cartagena, que tuvo un comienzo fulgurante- muestra un paisaje de futuro bastante exigente para ellos, lo que normalmente contribuirá a que eleven su rendimiento. Si la zona VIP se aleja cada vez más y los puestos que nadie quiere también, la Balona puede verse abocada a un panorama apático que la lleve a caer en la desidia. Mal compañero de viaje por cuanto todos los clubes, pero sobre todo los más humildes y con menos ayudas externas como el albinegro, requieren de ingresos por taquilla para sobrevivir.
Si la Balona se queda sin objetivos y la afición se desmotiva al club le quedan unos meses complicados por delante.
Lo único que puede evitar esta situación está en manos de la plantilla que dirige Rafa Escobar, obligada a revertir de forma radical la situación y ponerse a la altura de los mejores equipos del grupo -en la línea de lo que consiguió la pasada campaña- para acercarse lo máximo posible a la zona de privilegio y contagiar a su hinchada de una ilusión que ahora mismo corre peligro de perderse en el limbo.
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