La increíble irrupción del 'B-Team' en la clase A

Brawn, Button, Barrichello. El B-Team ha sacudido los cimientos de la máxima categoría del automovilismo, la Fórmula 1. "Venir de una situación en la que ni siquiera sabíamos si íbamos a competir hasta la pole en la primera carrera del año es increíble", dijo ayer el británico Jenson Button.

Poco antes, el piloto de Brawn GP había logrado por delante de su compañero de equipo, el brasileño Rubens Barrichello, el mejor tiempo en la clasificación para el Gran Premio de Australia.

"Es la posición que nos merecíamos tras los tiempos difíciles", opinó Button, que tras abandonar Honda la Fórmula 1 estuvo durante meses temiendo por su continuidad.

Ahora, sin embargo, ni el bólido rojo de Ferrari ni el plateado de McLaren-Mercedes, el triunfo es blanco. Y detrás de él está el renacido Ross Brawn. El jefe y propietario del equipo parece casi haber obrado un milagro. Aunque en todo caso sería uno planeado desde hace tiempo y llevado a cabo con mucho trabajo y también mucho dinero.

Por eso no es ningún milagro que Barrichello se deshaga en elogios hacia su jefe. "Fue espantoso sencillamente sentarse y esperar novedades", contó el brasileño sobre las semanas de incertidumbre. "Estar ahora aquí y pilotar este coche es fantástico", reconoce.

"Ver cómo nuestros coches lideraban las tablas de tiempos durante la clasificación coronó un día excelente", dijo Ross Brawn. El británico, conocido también como the brain (el cerebro), es considerado un auténtico estratega de carrera, lo que eleva las expectativas en Australia de unos coches que ya asombran.