La españolización de la Bundesliga
El fútbol alemán se toma la llegada de Guardiola como un impulso para recuperar la hegemonía
El fichaje de Josep Guardiola como nuevo entrenador del Bayern Múnich no hace más que coronar una tendencia que desde hace años define al fútbol alemán: la de su españolización. Mientras la sufrida economía de la península hace lo imposible por asimilar el exitoso modelo germano, la admiración va en dirección opuesta en materia de fútbol. Los alemanes llevan tiempo intentando copiar el juego de toque y posesión que hizo a España primera potencia mundial. Y Guardiola es el gran símbolo de ese esquema.
"Traerá esplendor no sólo al Bayern Múnich, sino también a todo el fútbol alemán", celebró el legendario Franz Beckenbauer al enterarse de la llegada de Guardiola, primer español que entrenará un equipo de la Bundesliga.
La proyección más allá del club fue constante en las reacciones a la noticia y explica que incluso los más perjudicados, los rivales del Bayern, la recibieran con alegría: "Esto nos hace bien a todos", sostuvo el jefe del Borussia Dortmund, Hans-Joachim Watzke.
Mientras España ganó las últimas dos Eurocopas y el Mundial de Sudáfrica -con un equipo construido sobre la base del Barcelona de Guardiola-, el último éxito internacional de la selección mayor alemana fue la Eurocopa de 1996.
El contraste también se da a nivel de clubes: el último título europeo de un equipo alemán fue la Liga de Campeones Europea del Bayern en 2001. Desde entonces cuatro españoles levantaron la gran copa de las grandes orejas, incluidos los dos títulos del propio Guardiola con el Barcelona.
Incapaces de frenar el poderío español, los alemanes optaron por una solución más directa: imitarlo. La llegada a la selección de Löw en 2006 profundizó el giro histórico iniciado por Klinnsman desde el tradicional juego recio y plano del fútbol germano hacia otro más alegre, más ligero, más español.
"A los españoles sólo se les puede ganar haciendo su juego", reconoció el técnico, que nunca ocultó su admiración por España pese a haber perdido ante ese equipo la final de la Eurocopa 2008 y la semifinal del Mundial en 2010.
Tampoco es casual que en los últimos años la Bundesliga se haya volcado con estrellas españolas, hasta hace poco casi ausentes, como Raúl a su paso por el Schalke o Javi Martínez con su llegada al Bayern como el fichaje más caro en la historia de la Bundesliga.
Con Guardiola nace ahora para Löw un alter ego que acompañará su ideal de juego al frente del Bayern, un equipo que, al igual que el Barcelona en España, aporta la base de la selección con piezas claves como el portero Neuer, el centrocampista Schweinsteiger o los delanteros Müller y Mario Gomez.
La selección de Löw terminó entre los primeros en los tres últimos torneos internacionales. Queda el paso final: alzar un título. Será el gran desafío de Guardiola y la prueba de que el fútbol alemán acertó con la apuesta por parecerse cada vez más a España.
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