CD Cabecense - UD Los Barrios | La crónica

La Unión, a las faldas de la liguilla (0-1)

  • Los barreños se colocan a un solo punto de la cuarta plaza tras vencer en Las Cabezas con un gol en propia puerta de Alvi

  • Los gualdiverdes se reencuentran con el triunfo lejos del San Rafael después de cuatro meses

El gualdiverde Álex Vázquez avanza con la pelota en el Carlos Marchena.

El gualdiverde Álex Vázquez avanza con la pelota en el Carlos Marchena. / Andrés González

La Unión Deportiva Los Barrios ha vuelto a poner el pie en el acelerador. Los barreños se desquitaron este domingo ante el Cabecense de los dos últimos empates y acabaron con su racha de cuatro meses sin ganar fuera. Un triunfo en Las Cabezas con un gol en propia puerta de Alvi a tiro de Guti decidió un partido luchado que consumó el descenso de los locales y vuelve a posicionar a los gualdiverdes a las faldas de los puestos de liguilla en el grupo X de Tercera división, tras los empates de Ceuta y Xerez DFC.

Los de Carlos Ríos jugaron bajo un calor asfixiante, pero se bastaron con un solitario tanto ante un equipo que se mostró muy rocoso y que apenas concedió facilidades en los primeros 45 minutos, pero que pagó su falta de acierto delante del marco. A los de la Villa tardó en acompañarles la suerte, con acercamientos marrados por Goma, Mario y Gonzalo Almenara.

Nada más regresar de vestuarios, una indecisión dentro del área propició que Gonzalo pudiese centrar pegado a la línea de fondo para que Guti, en semifallo, rematase a puerta. El disparo del algecireño salió mordido y en dirección a Goma, que esperaba con la caña preparada para rematar en el segundo palo. Alvi salió al paso para impedir que el balón llegase a dominios del atacante jerezano, pero la jugada le salió mal y su despeje tomó rumbo a su propia portería, para desgracia de los suyos.

La Unión, con todo el segundo tiempo por delante, protegió el resultado y aguardó en busca de una sentencia que se quedaría en el tintero. Sin tomar riesgos, no era el día. Pocos minutos después de abrir la lata, Alan tuvo dos ocasiones para desbancar a los locales. Primero con un trallazo dirigido a la escuadra que repelió Iván Casas, el más destacado de los suyos con diferencia, y posteriormente con un golpeo raso desde la frontal que también atajó el guardameta rojinegro.

El Cense apretó, dio el último aliento, lo que viene siendo echar el resto, cumpliendo con la honorable básica de dar batalla antes de capitular. Pero al igual que durante toda la temporada, le lastró la preocupante falta de gol. Y eso que la defensa barreña, que no tuvo que emplearse a fondo como en otras ocasiones, amagó el tembleque para ahuyentar a los fantasmas de los dos últimos encuentros.

El calor tomó protagonismo sin dejar hueco para los más frioleros. Tanto fue así que Schuster sufrió las consecuencias de las altas temperaturas y tuvo que echar pie a tierra con un golpe de calor.

Pasada la hora, Javi Salas forcejeó en exceso con Gonzalo y el colegiado no dudó en señalar falta y mostrar la que era su segunda amarilla. El zaguero, entre evidentes muestras de desacuerdo fruto de la impotencia, abandonó el campo y dejó con uno menos a los suyos en tan difícil coyuntura. De esa falta nació un lanzamiento de Juanma, que se envenenó más de lo debido y obligó a cancerbero local a realizar una de esas paradas acrobáticas.

Como hasta que no pite el árbitro no hay nada resuelto, el conjunto sevillano replicó encomendándose a la fe. El exalgecirista Pepelu encontró un resquicio en la defensa y llegó al encuentro con Zamora, y en el que los de casa acabaron por solicitar pena máxima.

Con un cuarto de hora por delante Goma desperdició la sentencia y Zamora evitó el empate a tiro de Pepelu. La Unión sin mordiente, se limitó a aprovechar la necesidad de su adversario, que volcó todas sus naves sobre campo gualdiverde. Pero la situación no estaba como para derrochar energías cuando el sueño está en la mano y las fuerzas son las justas.

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