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El entrenador algecireño Javier Malla es el único representante del Campo de Gibraltar premiado en la Gala anual de la Delegación en Cádiz de la Federación Andaluza de Baloncesto, que se celebrará este domingo, seis de octubre, en Trebujena. La Territorial reconoce los más de 30 años de ejercicio del preparador, jalonados de numerosos éxitos.
Malla, columnista habitual en Europa Sur,además de implicarse en la formación de jóvenes valores, ha entrenado, en diferentes categorías a Udea, Ciudad de Algeciras, CB Linense y Unión Linense de Baloncesto (ULB), Alginet Valencia y en la actualidad está vinculado a la Federación de Gibraltar.
El jurado ha determinado que en este 2024 los premios sean para:
“Recibir este galardón lo primero que me transmite es felicidad, me provoca un gran agradecimiento al mundo del baloncesto por haberme permitido disfrutar de estos primeros treinta años de carrera”, señala el entrenador de Algeciras.
“Desde el año 94 en el que debuté con Algeciras en Santiago de Compostela pues... ha llovido bastante”, continúa. “Son treinta temporadas de las que tengo que hacer un balance extremadamente positivo en todos los ámbitos: deportivo, como modelo de vida, por la apertura mental que te proporciona a la hora de afrontar cualquier circunstancia”.
“El baloncesto me ha permitido conocer gente, conocer ciudades...”, recuerda.
Malla muestra su agradecimiento “a la Federación por este reconocimiento” pero también “a todas las personas que han hecho el camino conmigo hasta este momento y a todas las que quedarán por llegar”.
Esa gratitud la hace extensiva a “todos los directivos y miembros de cuerpos técnicos” con los que ha convivido, así como “a las aficiones, a la prensa, a los patrocinadores”.
“Es el momento de dar las gracias a todos los que han hecho posible que después de mi etapa como jugador pudiese seguir ligado al mundo del baloncesto y me temo que esto es ya para toda la vida, porque cuando uno se hace entrenador le sucede como a los toreros: que siempre se sigue siendo aunque no se ejerza”, recalca el preparador de La Bajadilla.
“Tengo que reconocer que soy una persona tremendamente afortunada y en ocasiones como ésta uno se siente especialmente bien”, concluye.
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