Algeciras CF - Córdoba CF | La crónica

Larga vida al Algeciras de Lolo Escobar (1-0)

Victoria de enormes proporciones para el Algeciras CF y dosis de autoestima incalculable. El algecirismo es feliz, como hacía tiempo que no lo era, y la culpa la tiene la tropa que Lolo Escobar ha armado en cuatro días. Los rojiblancos se encumbraron este sábado contra el Córdoba CF de Iván Ania, contra uno de los aspirantes al ascenso, contra el entrenador que estuvo las dos últimas temporadas en el banquillo de La Menacha y se marchó sin decir adiós. Ese acicate también jugó y buena parte del partido en las gradas giró en torno al asturiano. "Esto es fútbol, papá", que dijo Bordalás.

Iván Turrillo decantó el triunfo a la media hora con un gol de la mejor escuela de 9. Quién lo diría. El gran capitán algecireño hizo pagar carísimo uno de esos errores groseros en defensa que tantas y tantas veces sufrió el algecirismo con Ania. Esta vez, el fallo se convirtió en regalo y en un tanto que vale tres puntos que saben a gloria.

El Algeciras prosigue con su arranque de temporada de ensueño, aunque eso de arranque ya se queda algo obsoleto. Los albirrojos se mantienen invictos tras siete jornadas y se afianzan en los puestos de play-off de ascenso del grupo II de la Primera Federación con 15 puntazos y sin mirar ni siquiera de reojo hacia abajo. Y a ver quién es el guapo que para el ritmo de estos chavales.

Como se intuía, Lolo Escobar mantuvo el que se ha convertido en su once de gala en el primer tramo de la temporada. Lucho García, Roldán, Juan Rodríguez, Yac Diori, Tomás, Eric Montes, Borja Fernández, Mario García, el capitán Iván Turrillo, Diego Esteban y Zequi. Larga vida al falso nueve... al menos hasta ver de qué pasta está hecho Milosevic, quien se tiene que conformar con hacer el calentamiento fuera de la convocatoria a la espera de los dichosos papeles.

El duelo arrancó con pitos para Iván Ania en cuanto el técnico exrojiblanco asomó por su banquillo. Esos silbidos luego se transformarían y cobrarían vida propia. El Algeciras y el Córdoba mostraron sus intenciones con sendas embestidas rápidas que desembocaron en saque de esquina. El pulso por ver quién presionaba más arriba y quién dominaba la pelota no concedió ni tanteos ni cortesías.

El Algeciras vio como el Córdoba le plantó tres hombres adelantados para impedirle sacar en corto. Los de casa no se obcecaron e intentaron buscar espacios a la espalda por velocidad. El primer cuarto de hora fue de tú a tú e igualdad máxima entre dos contrarios que demostraron conocerse y respetarse. La ausencia de ocasiones no estuvo reñida con la intensidad y los primeros roces. Los albirrojos fueron un poco más fuerte que los visitantes, algo que el colegiado no entendió en algunos lances.

El 1-0, en forma de regalo

Enfilaba el partido la media hora cuando el Córdoba concedió un regalo al Algeciras. Tocaban los centrales blanquiverdes atrás, Gudelj combinó con Carlos García, que golpeó mal hacia su portero y por ahí emergió mordiendo como un pitbull Iván Turrillo para robar la cartera, regatear el portero y marcar a placer el 1-0. El Nuevo Mirador rugió y celebró a lo grande, con más cánticos para su anterior entrenador, algunos cargados de guasa ("¡Ania, quédate!", entonaron). El erro garrafal del Córdoba en defensa recordaba demasiado a una película vivida en un pasado reciente.

Tras el tanto, el algecirismo olió la sangre y se lanzó a por más aunque Lolo Escobar pedía calma desde la banda. Sabía que el Córdoba era un animal herido. Con ese ímpetu, pudo ampliar diferencias el Algeciras al filo del descanso con un chut de Zequi desde la banda, que repelió Marín y creó zozobra. Los cordobesistas, más allá de un tímido disparo de Simo y algún centro desde los costados, no encontraban la puerta defendida por Lucho.

En los cinco minutos de añadido del primer acto, las gradas achucharon de lo lindo para que la renta no se moviese del vetusto marcador que en cuestión de semanas será jubilado por un moderno viodemarcador a la altura de la categoría.

Segundo tiempo

El Córdoba salió de la caseta dispuesto a dar un paso al frente y con Adilson para buscar más mordiente. El Algeciras se vio sin balón y asumió el rol de sufridor, algo que este equipo también sabe hacer aunque no sea su preferencia.

El segundo periodo se iba a librar por asaltos. Y el siguiente lo tuvo el Algeciras en el minuto 52 con una ocasión clara para Mario García que se plantó ante Marín, providencial en la parada. El Nuevo Mirador se venía arriba otra vez. La réplica inmediata vino en una contra del Córdoba en el minuto 56 que acabó en gol anulado a Toril por fuera de juego de Calderón, que le había puesto un centro perfecto. Era un aviso a navegantes.

Los de Ania empezaron a merodear el área algecirista cada vez más y con más peligro. Lolo Escobar se percató del giro de las tornas y metió a Admonio para apuntalar a su equipo con una defensa de tres centrales, una variante que el técnico ya ha probado en partidos anteriores aunque no con tanto tiempo por delante.

Kike Márquez gozó de una ocasión para los blanquiverdes con una falta lateral pegadita al área que se marcho por alto. La sensación es que al Algeciras se le había agotado el tanque de gasolina de sopetón y seguía quedando un mundo.

Tras otro aviso a balón parado de los visitantes, el Algeciras acarició el segundo. De nuevo Mario García como protagonista en una de sus cabalgadas y terminando con un remate forzado y casi acrobático que casi acaba en el fondo de las redes. No se podía despistar ninguno de los dos.

La atronadora ovación al gran capitán Iván Turrillo tras ser sustituido en el minuto 73 dio un respiro antes de los asaltos finales de un duelo que se había metido en una dinámica de ida y vuelta. El Algeciras se exponía a encajar el empate buscando el 2-0 antes que quedarse encerrado en sus dominios.

Kike Márquez la tuvo en el minuto 76. El reloj corría cada vez más rápido y el Algeciras, que fue tirando del banquillo, recuperó el brío suficiente para sostenerse en ese de tú a tú. Pero los de Ania no tiraron la toalla y en el minuto 87 Lucho García salvó con una estirada un disparo envenenado de Kuki Zakazar, cuyo rechace también fue invalidado por fuera de juego.

Había sido el último coletazo blanquiverde porque el tramo final y el descuento se convirtieron en una fiesta para todo el estadio con cánticos y más cánticos, incluso el renacido "Será porque te amo". No era una victoria más y como tal se festejó. A rey muerto, rey puesto.  

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios