Víctima de sí misma
Real balompédica-la roda cf
Feo panorama Una Balona errante cede un empate ante un rival insípido, acumula cuatro jornadas sin ganar y se afinca en la plaza de promoción Atenuante El árbitro escatima dos penaltis de libro a los albinegros, uno en cada tiempo Sin fortuna Al final, cuando apelan a la heroica, los de casa malogran cuatro claras ocasiones
Malo, muy malo, se le está poniendo el ojito a la yegua. La Balona no sólo ha abandonado la costumbre de ganar, sino que ahora incluso empata con un equipo insípido y deja en su hinchada una dolorosa sensación de vacío y desazón, de ésas que suelen preceder a los largos y fríos inviernos. Aquella Recia que llenaba la boca de sus incondicionales hace cuatro ratos parece haberse disipado como por efecto de un mal de ojo. Lo peor no es que no haga fútbol, que igual en su situación es demasiado pedir, lo peor es la sensación de indiferencia e incapacidad que despide una escuadra que tampoco se sabe muy bien a qué narices quiere jugar.
Es verdad que el árbitro -pésimo no, lo siguiente- escatimó dos penaltis de libro a los de casa. Tan cierto como que al final, cuando apeló a la heroica como acostumbra a hacer de un tiempo a esta parte porque no encuentra otro argumento de más peso, la Balompédica dispuso de cuatro claras ocasiones que, en otro momento, le hubiesen dado una victoria de las que hinchan las venas y humedecen los ojos de los más acérrimos. Pero todo eso no sirve de eximente, sino como mucho de atenuante, a una Balona enrocada en sus infinitos miedos, cuyo entrenador no acaba de dar con la tecla para que su once, a falta de otra cosa, tenga al menos personalidad.
Vaya por delante que el Balona-La Roda de ayer dejó un tufillo a partido de Tercera que tira de espaldas y seca el paladar. No tuvo casi nada de lo que suele distinguir a esta Segunda B ya de por sí bastante miserable en muchos aspectos.
Y eso que el comienzo fue esperanzador. El público de La Línea, generoso como pocos, no hizo uso de las pinturas de guerra y recibió a su equipo en pie y con aplausos pese a que afrontaba el duelo después de tres derrotas. Y en el minuto cuatro Bello la puso en el área pequeña, Efrén, obstaculizado por un atacante, despejó tarde y mal y el esférico se fue rodando al borde del área como si supiese que su destino era encontrarse con Ocaña, que le pegó con el alma y adelantó a los de casa. Un tanto que festejó de manera muy significativa con Rafa Villén.
Era el escenario idóneo para un equipo que afrontaba la contienda sobre el alambre: ganaba desde el principio y el rival se tambaleaba. Copi tuvo en su mano la sentencia, porque un segundo gol hubiese hundido a los manchegos, que parecían esperar el tiro de gracia como el que espera la noche de los Reyes Magos. Pero no era el día del algecireño.
Justo en el 32' llegó el primer error garrafal del árbitro que o no vio o no quiso ver una mano de libro de un zaguero rojillo. La decisión tuvo un efecto sedante en el equipo de casa, que le dio vida al rival. En lo que quedaba de primer tiempo el bloque manchego tocó más, pero sin alardes y sin crear una sola ocasión, seguramente porque no da para mucho más.
La Balona volvió noqueada de la caseta. Cabizbaja. Asustada. Y a La Roda casi no le quedó otro remedio que irse a buscar el empate. Y en un córner, como no podía ser de otra manera, Javi Gallardo distrajo la marca, Antonio Megías recibió solo, avanzó un par de metros y, pese a que Ismael Chico trató de impedirlo lanzándose al suelo, fusiló a Pagola. La grada hizo sentir sus primeros silbidos de desaprobación.
Escobar intentó sacar de su chistera una solución agónica, le dio el mando a Rubén Cuesta, colocó a Abraham en un costado y su equipo empujó. Como empujó Góngora a Copi dentro del área, pero el colegiado y su auxiliar, otra vez, prefirieron mirar para otro sitio.
Con la entrada de Rafa Villén el balón circuló con algo más de criterio y tanto Abraham desde la frontal del área, como Ocaña en una espectacular chilena, Javi Gallardo en un centro-chut que se envenenó y Carlos Guerra de un punterazo pudieron dar la victoria a la centenaria Balona. Pero el balón protagonizaba una y otra vez maniobras para marcharse fuera del marco. Parecía querer burlarse de la agónica situación de los albinegros.
La Balona encadena cuatro partidos sin ganar y acaba la jornada en el esta temporada aún más temible puesto de promoción. Y con un par de enemigos en el futuro inmediato de los que quitan el sueño. Si a un rival tan cortito como La Roda le basta lo que enseñó ayer en el maltrecho césped sintético del Municipal para llevarse un punto es que el problema es más grave de lo que parece. Igual haya llegado el momento de dejarse de zarandajas y si no es posible apelar al fútbol, al menos hacerlo al ADN de la antes conocida como Recia. No vaya a ser que luego sea demasiado tarde.
ÁRBITRO: Víctor García Maqueda, de Zafra (Badajoz). Impresentable. Además de cometer innumerables errores de importancia menor ignoró dos clarísimos penalties a favor de la Balompédica.
TARJETAS: Amarillas al local Ismael Chico (61') y a los visitantes Pelegrina (21') y Raúl Espínola (79').
GOLES (1-0) 4' Ocaña desde la frontal del área culmina una jugada iniciada por Bello. (1-1) 59' Megías fusila a Pagola, después de aprovechar un error de marcaje tras la salida de un córner.
Incidencias: Encuentro de la octava jornada de Liga en el grupo IV de la Segunda división B, disputado en el Municipal de La Línea, con la peor entrada de la temporada, unas 1.700 personas. Antes del comienzo se guardó un respetuoso minuto de silencio en memoria del socio Alfredo Cuenca, que perdió la vida la pasada semana en un accidente de tráfico.
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