Balonmano

Paula Valdivia, la fuerza de una Guerrera

  • La internacional algecireña manda ánimos a la ciudad y al que club donde se crió

  • La balonmanista se recupera de la lesión de rodilla que sufrió en Gran Canaria

La algecireña Paula Valdivia manda un mensaje de ánimo desde Canarias

La internacional algecireña Paula Valdivia ha mandado un mensaje de fuerza y ánimo a toda la familia del BM Ciudad de Algeciras y también a su ciudad natal. La jugadora de balonmano del Rocasa Gran Canaria se recupera de una lesión de rodilla desde la distancia. A Paula le ha sobrevenido esta cuarentena por la pandemia del coronavirus en plena rehabilitación, sin embargo, la Guerrera invita a todo el mundo a mantener el optimismo.

"Es una situación complicada para todo el mundo", comienza Paula Valdivia en un vídeo compartido por el club algecireño en sus redes, un vídeo dividido en tres partes. "Una situación complicada sobre todo para los que se han visto obligados a cerrar sus negocios, momentos difíciles para todos y tenemos que ser responsables y solidarios porque la unión hará que venzamos a este virus", dice la deportista.

La internacional de Algeciras lleva su particular cuarentena "medianamente bien" y lo explica: "Me rompí el ligamento cruzado anterior hace un mes y estaba haciendo rehabilitación en una clínica cuando llegó todo esto. Ahora me toca hacerlo en casa y creo que voy evolucionando poco a poco", asegura Valdivia, que mantiene contacto con su fisio para realiazar todo tipo de ejercicios. "La mejoría es notable, la rodilla está respondiendo".

Paula Valdivia da algunos consejos para superar el encierro: "Mantener la mente ocupada y no pensar en las consecuencias de esta crisis". "Yo suelo leer mucho y estoy enganchada a Netflix como tanta gente. Intento pasar ratos con la familia, con juegos y sobre todo no entrar en un bucle negativo. Creo que esto puede sacar lo mejor de nosotros", asegura.

Cuando el coronavirus quede atrás, Paula tiene claro qué es lo primero que va a hacer: "Ir al traumatólogo para que me vea la rodilla y me dé indicaciones", dice con naturalidad. "Y luego salir a la calle, ver a los amigos y la familia, y disfrutar de las pequeñas cosas que antes no valorábamos".

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