"Gracias a las directivas, la tensión entre Balona y Algeciras se ha rebajado"

José Antonio Bernal lleva desde 1974 estrechamente vinculado al organigrama del fútbol gaditano. Lo hizo como fundador del CD Olímpico hasta que en 1989 la Federación Gaditana le reclutó como vicepresidente. Dos años después dio el salto a la poltrona tras la dimisión de Cristóbal Reina. Lo que parecía una etapa provisional le ha terminado por marcar en su vida, ya que es todo un referente incluso más allá de los límites del balompié provincial.

-¿Qué momento vive el fútbol gaditano?

-Goza de la mejor salud de los últimos años. Esta temporada se disputarán algo más de 22.000 partidos y contamos con más de 24.000 licencias como consecuencia de que hay cerca de 1.000 equipos. Esto provoca que cada fin de semana se celebren 500 partidos, y la verdad es que se va sacando bien. A esto hay que sumar la promoción que estamos haciendo del fútbol femenino, fútbol playa y fútbol sala.

-¿Y la Federación Gaditana de Fútbol?

-No hay que olvidar que en esta provincia somos tres en uno. La Federación Gaditana es la más descentralizada al contar con delegaciones en varias localidades, algo que se agradece porque no obliga a acudir a la capital para realizar diferentes gestiones. Con la distancia que existe entre muchas localidades y Cádiz, los clubes son los grandes beneficiados.

-Tras tantos años en la presidencia, ¿cómo se siente?

-Ahora mismo estoy aquí como presidente y sabe Dios hasta cuando. Entré de manera provisional en 1991... y aquí sigo. En 2016 se celebran elecciones y ya se verá qué hago. No cabe duda que después de tanto tiempo he pasado momentos malos por cosas que no salen bien, pero ese mal trago se pasa. Los clubes colaboran mucho y hacen que todo sea más fácil.

-¿Desgasta la presidencia o el tiempo que lleva ocupándola?

-El cargo no desgasta, menos aún con la ilusión con la que acudo cada día a trabajar. Pero el tiempo no pasa en balde y es una realidad. Pero al final se pasa mejor metido en el apasionante mundo del fútbol.

-Entonces, ¿qué le diría a los que piensen que usted está muy visto?

-A lo mejor tienen razón porque son muchos años. Para muchos, estaré muy visto y otros no lo entenderán de la misma manera. Pero, por encima de todo, me siento valorado por los clubes, que siempre me han mostrado su apoyo y es algo que reconforta y ayuda a salir adelante una temporada tras otra.

-¿Qué logros destacaría después de 23 años como presidente de la Gaditana?

-Cuando entré en la Federación no me encontré nada. Ni sede, ni nada. Entonces empecé a dotarla de su propio patrimonio y de un lugar en el que los clubes pudieran realizar su trabajo. Luego hicimos lo mismo con las delegaciones, para que igualmente dispusieran de los medios adecuados para su correcto funcionamiento. Después está el número de licencias, que se ha multiplicado por 400 en este tiempo. Otro aspecto que debo destacar es que de los cerca de 1.000 equipos en competición, una gran mayoría está dirigido por entrenadores, técnicos y monitores titulados. Tras un proceso que ha durado tres o cuatro años, se ha logrado que casi todos estén titulados, que sean personas preparadas para la educación deportiva de los futbolistas.

-¿Y qué le queda por hacer?

-Estamos inmersos en el centenario de la Federación Andaluza, que será en 2015. El año que viene cumple 100 el fútbol andaluz, por lo que estamos intentando hacer actos en la provincia de Cádiz. Nos gustaría traer un partido internacional de fútbol sala, un torneo de fútbol playa y diversos eventos. Estamos trabajando en ello y espero que en próximas fechas tengamos algo en firme.

-Si le digo que la violencia es la gran lacra del fútbol gaditano...

-Si tenemos en cuenta que en la provincia se juegan 22.000 partidos en una temporada y que al final se producen tres o cuatro actos violentos, me doy con un canto en los dientes. Ocurre muy de vez en cuando, pero no cabe duda que lo ideal sería que no sucediera. Debemos insistir en que los entrenadores y los delegados se mentalicen en la formación; es clave. Por nuestra parte, hacemos todo lo que está a nuestro alcance, ya que incluso este año hemos puesto en práctica una norma en la que de la categoría alevín hacia abajo no se contabilizan más de diez goles por parte de un equipo en un partido. Es una cuestión de respeto porque no hay lugar a humillar al contrario, como desgraciadamente venía sucediendo desde hace años.

-¿Cómo definiría la educación deportiva de los familiares de los jugadores?

-Lo que ocurre dentro del terreno de juego suele ser perfecto. Con lo que hay que tener más cuidado es con la grada. Los padres deben darse cuenta de que el niño sale a divertirse, por lo que sobran los altercados que se montan en las gradas. Hay momentos en los que se pelean los padres de jugadores de uno y otro equipo. Con esa lacra hay que acabar, lo que pasa es que se sale de las competencias de la Federación Gaditana de Fútbol.

-Hábleme del Cádiz, equipo al que habitualmente sigue desde el palco del Carranza.

-Afortunadamente parece que, por fin, después de varios años intentándolo sin mucho acierto, ahora hay un proyecto liderado por un presidente y unos consejeros que están actuando con más cabeza. Deseo que esa línea dé sus frutos porque salir de Segunda B sería la solución a muchos de los males que tiene el club. El equipo de Manuel Vizcaíno tiene experiencia en hacer las cosas bien, pero quizá con lo que no cuenta es con marcadores como el del domingo ante El Palo.

-También es obligado mirar a Jerez... El Xerez Deportivo y el Xerez DFC, ¿qué le sugiere la situación actual?

-El Xerez Deportivo es un enfermo que está en la UCI y que aún no sabemos si va a salir bien o con los pies por delante. Ahí está aguantando el tirón para recuperar el terreno perdido. Y el nuevo Xerez DFC trata de llegar al lugar que tuvo el Xerez Deportivo. Hay una lucha importante, pero es normal con las circunstancias que se han dado desde la temporada pasada.

-¿Qué me dice de la Balona y el Algeciras, la eterna rivalidad en pocos kilómetros y en una misma comarca?

-Balona y Algeciras tienen su pique, que es histórico más allá del deporte, y siempre ha sido así. De todas formas, el Algeciras y la Balona han rebajado esa rivalidad que ahora es bien entendida, y de eso tienen mucha culpa las directivas de ambos equipos. Han sabido frenar los comportamientos violentos.