El Betis respira y acerca al Zaragoza al infierno
El Real Betis logró un triunfo clave para su salvación frente a un Real Zaragoza al que hunde en la zona de descenso y que parece deslizarse lenta, pero inexorablemente, hacia la Segunda A.
No da muestras de reacción el Zaragoza, algo que sí están logrando sus más directos rivales. La derrota hizo montar en cólera a parte de los aficionados zaragocistas. Algunos de ellos, después del choque, esperaron a sus jugadores en los aledaños de La Romareda para despedirles entre insultos y hacer sentir su enfado. La Policía tuvo que intervenir y obligó a los futbolistas a esperar dentro del estadio para salir de él ayudados por la escolta policial.
El efecto de revulsivo que tuvo la llegada de Manolo Villanova al Zaragoza le ha desaparecido, porque se ha disuelto como un azucarillo en el café. Se ha convertido en un equipo asustado por la responsabilidad de no bajar, algo que sus jugadores no han sabido asumir ni digerir.
El miedo ha atenazado a unos futbolistas cuyo objetivo a principio de temporada eran los puestos europeos y que no han sabido responder cuando la meta se modificó. Mucho tendrán que cambiar su rendimiento de aquí a final de temporada para que no se consume el descenso, porque si continúa igual parece claro que no lo logrará.
El técnico del Betis, Paco Chaparro, apostó por una alineación ofensiva y acertó de pleno porque en las dos primeras llegadas de su equipo marcó y prácticamente dejó sentenciada la contienda.
El chileno Mark González aprovechó un centro por la derecha de Rafael Sobis para, de cabeza marcar, el primer tanto en el minuto 9 y en el 16 fue nuevamente el jugador sudamericano el que logró su segundo tanto de la tarde en un contragolpe en el que se recorrió medio campo hasta plantarse ante César Sánchez, al que batió con un disparo raso y colocado.
Un conjunto maño muy tocado intentó igualar con más corazón que cabeza pero apenas creó ocasiones de marcar, mientras que los veloces contragolpes del conjunto sevillano creaban mucho peligro.
El Zaragoza quería pero no podía, porque el repliegue del Betis no dio opciones a claras llegadas locales, cuyo juego ofensivo moría habitualmente en las inmediaciones del área bética o era su portero el que se hacía sin dificultad con los centros del equipo maño.
Tras el descanso el conjunto aragonés tuvo la oportunidad de haber acortado distancias en el minuto 58, tras el saque de una falta que remató el brasileño Francelino Matuzalem a la escuadra pero que Casto Espinosa sacó magistralmente.
Seis minutos después, el conjunto sevillano finiquitó el partido al marcar el argentino Hugo Mariano Pavone el tercero y certificar un paso casi definitivo para la salvación de los verdiblancos.
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