El Circo del Sol vuelve este sábado a Madrid tras el parón por la pandemia con Luzia, un espectáculo inspirado en México que sorprenderá de una forma "diferente y emocional" y que la compañía traerá a Sevilla el próximo mes de febrero.

Para nosotros, aparte de un trabajo -que no es realmente un trabajo, es un modo de vida- tener que parar de un día a otro, haciendo más de 300 shows por año, fue algo súper raro", ha compartido el malabarista de la compañía de espectáculos, Cylios Pytlak.

En Luzia, espectáculo creado y dirigido por Daniele Finzi Pasca, participan 120 personas, entre artistas, técnicos y personal de apoyo, de 26 nacionalidades, entre ellos 10 españoles que, en busca de desarrollar un proyecto personal o por amor, han hecho del circo su modo de vida.

"No hay un día que no venga feliz al circo", cuenta a Efe Mikaël Bruyère-L'Abbé, acróbata del Circo del Sol desde 2011, satisfecho de formar parte de este montaje con el que recorre el mundo con una larga gira, que abre hasta el 8 de enero de 2023 sus puertas Madrid. Sin embargo, reconoce que con un trabajo así la vida personal se resiente.

Eso debió de pensar la catalana Montse Sabaté (Granollers, 1985), asistente de vestuario de Luzia y decidida a no permitirlo se unió. "Mi marido trabajaba en el circo, un lugar donde también hay espacio para las familias y así me incorporé", detalla. A partir de ahí, comenzó a colaborar y formarse en el departamento de vestuario hasta llegar a ejercer la labor que hoy desempeña, un trabajo que la apasiona, comenta, y por el que ha abandonado su profesión de veterinaria.

Vestuario

Mil piezas entre trajes, zapatos, accesorios constituyen el vestuario diseñado por Giovanna Buzzi que con el tiempo han sido modificados, como el traje que luce Majo Cornejo, que en su primera versión pesaba 20 kilos y ahora 12 y que incorpora elementos de iluminación.

"Lo principal es que el vestuario sea seguro para los artistas", advierte, por lo que el mantenimiento y la limpieza es diaria para realizar un seguimiento exhaustivo y reparar lo necesario, sobre todo, teniendo en cuenta de que en este espectáculo el agua tiene un papel protagonista.

Por ello, lo zapatos son tan importantes, apunta. Un detalle en el que nadie repara, pero que para Sabaté es crucial. "La suela tiene que agarrar bien al suelo" y se cambian y supervisan de manera constante para evitar resbalones indeseados.

Precisamente, otro español, el mallorquín Mique Llull, ha sido el ingeniero encargado de diseñar el espectáculo de agua, que "a veces el público cree que es proyectado, pero es real", ha explicado Charlie Wagner, responsable de comunicación del circo, entre un ir y venir de ensayos.

El espectáculo

Luzia invita al público a sumergirse en un viaje onírico entre lo real y lo irreal, que transporta a un México imaginario, como siempre, con una gran escenografía donde la acción se desarrolla entre un antiguo plató de cine, el vasto océano, un salón de baile lleno de humo y el árido desierto.

"Es un espectáculo muy poético, cargado de emociones, luz, acrobacia y color", casi cinematográfico, advierte Wagner. El primero completamente en español del Circo del Sol, con una intensidad que se puede comprender más allá del idioma, añade.

El reto mayor, incide Wagner, es el agua, buscar las transiciones de los espacios a partir de ella, con la que los artistas juegan y arriesgan con un vestuario que se ciñe a su cuerpo con silicona. "Un agua que se recicla" con la intención de desperdiciar nada.