Tajo de las Abejeras

Castellar rinde tributo a su arte rupestre

  • Las I Jornadas de Prehistoria concluyeron este sábado

  • Las conferencias tuvieron como protagonista a la Cueva de las Estrellas

  • "Ya pensamos en la segunda edición", afirma Adrián Vaca, alcalde de Castellar

El alcalde de Castellar, Adrián Vaca, junto a los conferenciantes.

El alcalde de Castellar, Adrián Vaca, junto a los conferenciantes. / Juanjo Rodríguez

Castellar de la Frontera clausuró este sábado sus I Jornadas de Prehistoria de la Universidad de Cádiz, que se han desarrollado durante dos días en el salón de actos del Ayuntamiento del municipio campogibraltareño.

Las conferencias, que tenían como excusa el hallazgo y estudio de ocho manos hariografiadas en la Cueva de las Estrellas del tajo de las Abejeras, un monumento natural en pleno corazón de la finca privada La Almoraima, fueron organizadas por el Consistorio chisparrero en colaboración con la Universidad de Cádiz (UCA), la Junta de Andalucía, la Junta de Extremadura, Ardalestur y Europa Sur.

El alcalde de Castellar, Adrián Vaca, mostró su “satisfacción” por el desarrollo de las jornadas y definió su objetivo como “ambicioso”. “Tenemos que seguir estudiando y dando a conocer lo que aún queda por descubrir en nuestro término municipal, y conseguir construir un Centro de Interpretación de Arte Rupestre en el municipio. No será sencillo, pero estamos seguros de que con el apoyo de las instituciones públicas y la Finca la Almoraima, podremos conseguirlo”, comentó.

La segunda sesión de las jornadas fue inaugurada por Eduardo Vijande, profesor de prehistoria de la UCA y miembro del equipo de investigación del tajo de las Abejeras. El docente expuso las características parecidas de los pueblos que poblaban ambas orillas del Estrecho de Gibraltar durante el periodo neolítico, lo que parece indicar que efectivamente hubo contactos entre ambos continentes. También explicó cómo podía saber si alguien había nacido y muerto en distintos lugares gracias al estroncio, un componente del agua distinto en cada lugar y que se queda en los huesos.

El segundo conferenciante fue Juan Jesús Cantillo, profesor de historia y director del Museo de Vejer, que explicó la explotación de los recursos marinos por los distintos pueblos del campo de Gibraltar y el uso de las conchas, demostrando que la alimentación no ha cambiado mucho en los últimos 6.000 años, ya que las sociedades neolíticas también consumían, navajas, doradas o atún. Ese típico collar con macarrones que todo niño ha hecho alguna vez con macarrones, ya lo hacían los infantes de la prehistoria, con conchas tubulares.

El tercer turno de palabra fue para Salvador Domínguez Bella, catedrático de Geología de la UCA, que expuso la composición geológica del Parque Natural de los Alcornocales, una zona que hace millones de años estuvo bajo el nivel del mar, lo que explica la amplia presencia de arcillas y areniscas marinas en el suelo.

Tras el descanso llegó uno de los platos fuertes de la conferencia a cargo de Hipólito Collado, director del Proyecto Handpass: Manos del Pasado. El proyecto surge a consecuencia del estudio de la cueva de Maltravieso, en Extremadura, donde se descubren una huellas en 1952, pero no se empieza a analizar hasta el año 95.

A partir del año 2000 se empieza a usar las nuevas tecnologías para el estudio del arte rupestre en la misma, con software y tecnología 3D, lo que permite hacer un análisis más detallado de los vestigios de nuestro pasado. Gracias a estas tecnologías, se pueden escanear cuevas y arte rupestre con un mínimo margen de error, lo que permite la reproducción real de los mismos.

Este es el punto de inicio de Handpass, que se focaliza en las manos rupestres y comienza a analizar cuevas con dichos rastros, 14 de ellas en España y cinco en Andalucía, con 20 huellas, cuyos datos se ponen a disposición de cualquier investigador que lo desee. En su página se puede hacer, por ejemplo, una visita virtual a la Cueva de las Estrellas y observar las manos hariografiadas encontradas en su interior con una recreación tridimensional de una extraordinaria calidad.

Collado explicó que unas manos, si están en horizontal, significan lugar de tránsito o dirección mientras que las posiciones verticales hacia abajo significan peligro. Asimismo se mostró la clara similitud entre una de las huellas de las Abejeras y otra de la cueva de Ardales. Otra de las cosas que se pueden averiguar es si las manos eran de hombre o mujer. Si el índice es más corto que el dedo anular, pertenece a alguien de género masculino, pero si el anular es el de menor longitud, pertenece a una fémina. Algo que cualquiera puede comprobar en casa.

Las manos son el símbolo más antiguo de la civilización, aunque se extiende en el tiempo y aún hoy en la Amazonia se siguen representando. Los musulmanes lo usan como protección, los inuit como símbolo de propiedad, y en la India como fertilidad. Intentar darle significado a las manos encontradas es casi imposible, pero son un legado en forma de arte que nos dejan nuestros antepasados”, destacó Collado

Para clausurar la conferencia, tomó la palabra Diego Salvador Fernández, investigador de la UCA y miembro del equipo de investigación de las Abejeras, para explicar la singularidad del entorno estudiado, situado en el Parque Natural de Los Alcornocales. Fernández destacó que en Cádiz existen más de 300 cuevas con arte rupestre, aunque muchas de ellas aún no han sido descubiertas.

El investigador también habló de las manos hariografiadas en Abejeras, ocho en total, de las cuáles tres eran de niños. Unas huellas que son las más meridionales de Europa y que se sitúan sobre roca arenisca, lo que hace más difícil su conservación. 

Precisamente la preservación es uno de los temas a tener en cuenta, ya que debido al fenómeno de “la seca”, que afecta a los alcornoques y los mata, pone en peligro el arte rupestre de la Cueva de las Estrellas. Al desaparecer la vegetación que protegía la roca, el viento y la humedad pueden penetrar en la cavidad y hacer estragos en las señales halladas.

Es por ello que defendió su trabajo de digitalizar el arte rupestre existente para poder estudiarlo en el futuro. Además recordó que la mayor parte de los vestigios rupestres han desaparecido en los últimos 90 años.

Tras esta conferencia, se dieron por finalizadas las jornadas. "Ya estamos pensando en las segundas. Todos los ponentes han destacado la importancia y la excepcionalidad de la situación geográfica que tiene Castellar", comentó el alcalde del municipio.

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