Ramón Franco en el Campo de Gibraltar: 1929, llega el héroe
El fallido vuelo transatlántico de 1929 convirtió a Algeciras en epicentro mediático internacional con el rescate del hermano republicano de Francisco Franco
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El verano de 1929 llevaría Algeciras a las portadas de la prensa nacional y a buena parte de la prensa extranjera. El motivo no fue otro que la presencia en la ciudad de Ramón Franco y las circunstancias que la provocaron. Personaje muy controvertido en su tiempo, Ramón Franco hermano del dictador Francisco Franco, fue uno de los personajes más conocidos de su época por sus hazañas. Fue un personaje complejo, inquieto, “aventurero profesional” y con fama de irresistible para las mujeres, diputado de Esquerra Republicana de Catalunya, republicano y masón. Fue iniciado en la masonería en 1929 en la logia “Plus Ultra” n.º 452 de París. Ya en España, en junio de 1931, se afilió a dos logias, la "Lixus" n.° 446 de Larache y la “Concordia” de Madrid. En la dictadura de Primo de Rivera se manifestó en varias ocasiones contra el régimen. Se le juzgó por estos cargos, causando baja en el Ejército y pisando las prisiones de la época. En octubre de 1930, junto con otros aviadores de tendencias republicanas, se apoderó de algunos aparatos en el aeródromo de Cuatro Vientos y sobrevoló Madrid arrojando proclamas revolucionarias amenazando con bombardear el Palacio Real. Se exilió volando hasta Lisboa, donde exiliado conoció a políticos republicanos e hizo amistad con Francesc Macià, líder de Esquerra Republicana de Catalunya.
Alegre, dicharachero, mujeriego, aventurero, masón y republicano: la vida del hermano de Francisco Franco, es toda una aventura. Sus méritos en la guerra de Marruecos hicieron que su fama creciese y su reconocimiento como aviador. En 1926, Ramón Franco lideró, junto con Juan Ruiz de Alda, el teniente de navío Juan Manuel Durán y el mecánico Pablo Rada, la “gesta del descubrimiento de América”, como así se denominó en la prensa de la época, esta vez desde el aire, con un hidroavión Dornier Wall que fue bautizado como Plus Ultra, Ramón Franco conseguía su primera gran hazaña internacional, cruzar el Atlántico. En un contexto en que España se había incorporado a la red de dictaduras europeas, secundado por el rey Alfonso XIII, las hazañas de Ramon Franco eran una forma de centrar la atención mundial con un golpe de prestigio para el régimen dictatorial. Pero Ramón Franco, el republicano, despreciaba al dictador, a Primo de Rivera. Sus afirmaciones públicas y las continuas críticas al poder y a las autoridades le valieron varios arrestos.
La que nos trae a colación es el intentó de otro vuelo trasatlántico, esta vez en 1929, que pretendía llegar a norteamérica, esta vez con distinta suerte ya que su avión cayó al mar, estando varios días a la deriva en la zona de las islas Azores.
Dejando al margen los muchos desencuentros sobre los prolegómenos de esta aventura entre Ramon Franco y el gobierno de Primo de Rivera, el viaje fue claramente un fracaso y estuvo a punto de costarle la vida a toda la tripulación. Un error de navegación, en medio de una borrasca, les hizo pasar de largo las Azores, y amerizar sin combustible fuera de la ruta donde les estuvieron buscando. Las autoridades españolas, que no tenían informes de posición del avión, alertaron a todas las estaciones de radio y pidieron ayuda a todos los gobiernos. Se montó una enorme operación en la que participaron Gran Bretaña, Portugal. Italia y Francia. Finalmente, y por casualidad - ya que el hidroavión Dornier no estaba donde debía - el portaaviones inglés Eagle les rescató, fueron llevados a Gibraltar y recibidos con todos los honores en Algeciras.
El campo de Gibraltar portada en la prensa internacional
La prensa se haría eco con bastante amplitud del raid de Ramón Franco desde el 22 de junio hasta el 10 de julio. Desde el 2 de julio que llegan a Gibraltar, el protagonismo de la comarca estará presente por ser el primer lugar de España que pisasen los aviadores salvados.
Aunque hay un gran seguimiento de todos los pasos del hidroavión (por el Estrecho pasó el 22), no es hasta el 28 de junio cuando aparecen titulares como “consternación en toda España. Se ignora el paradero del Dornier 16 y sus tripulantes”.
Desde el 22 al 28 se desplegaron trabajos de búsqueda, hasta que el mismo 28 se suspenden dichos trabajos, apareciendo en la prensa una visión pesimista de la suerte de los aviadores. El mismo día 28 de junio, algunos medios publican como noticia no confirmada la llegada a Madrid de un radiograma de Finisterre, participando que los tripulantes del Dornier 16 habían sido encontrados con vida. Noticia esta que al día siguiente se dio por confirmada causando el lógico entusiasmo, y suspendiéndose todo el operativo de rescate. La sirena del ABC, sonó en hora extraordinaria, como era costumbre cuando llegaba a la redacción una noticia importante.
Fiestas y verbenas se repartieron en toda la geografía nacional. En el Ministerio del Ejército en honor de los aviadores, manifestación el día de llegada a Madrid de los heroicos tripulantes del Dornier 16. Tedeum en acción de gracias en la capilla palatina por disposición de la reina, por haber aparecido los tripulantes del Dornier, así como grandes manifestaciones en provincias.
Cenas y manifestaciones se sucedieron en la mayoría de las provincias españolas y en muchas ciudades europeas y americanas. En Barcelona se celebró una manifestación para testimoniar el agradecimiento de los españoles por la ayuda prestada al salvamento de los aviadores españoles. En Estella, Pamplona, pueblo natal de Ruiz de Alda, se formó una manifestación con las autoridades que llegó a la casa familiar del aviador, obligando a salir al balcón al abuelo de Alda.
En Huelva, se formó una “imponente manifestación”. Presidida por las autoridades hasta llegar al consulado inglés, donde el cónsul Juan Morrison, expresó su agradecimiento. Sevilla, Madrid y un largo número de ciudades celebrarían el salvamento de los aviadores.
En el Campo de Gibraltar
El 30 de junio los titulares ya aluden directamente a Algeciras, hecho que se repetirá en los días posteriores con toda la comarca. El ABC el 2 de julio de 1929, hablaba de que los trenes y automóviles llegaban atestados de viajeros a Algeciras y Gibraltar a esperar a los aviadores. Por la tarde llegaría un buque de guerra procedente de Ceuta con autoridades militares. Llegaron también varios aparatos, que aterrizaron en Los Barrios (aeródromo de Guadacorte).
El cónsul de España en Gibraltar, López Ferrer, felicitó por la tarde en una nota, con indicaciones del recibimiento que se haría al día siguiente a los tripulantes del Dornier 16.
Llegaron a Gibraltar varias comisiones de San Roque, La Línea y Algeciras para sumarse al recibimiento en honor de los aviadores. También llegó una caravana de veinte automóviles procedentes de Sevilla. De Algeciras se desplazó el gobernador militar, general Fernández Muslera. La población de Gibraltar organizó actos y manifestaciones, sus comercios hacían alusiones en los escaparates de la llegada de los aviadores.
A las 9:30 de la mañana del martes llegarían los cuatro supervivientes a Gibraltar, a bordo del portaaviones británico Eagle. Una vez llegados a Gibraltar, el 2 de julio, se suceden interesantes relatos de los tripulantes que narran las peripecias del salvamento y de sus siete días sobre las aguas, incidiendo en la falta de ropa de abrigo. Comienzan así los recibimientos y celebraciones en toda la geografía nacional e internacional. Manifestaciones de gratitud ante las embajadas de Francia, Inglaterra, Portugal e Italia, países que habían ayudado en el operativo de búsqueda se suceden. Al ser el Campo de Gibraltar el primer lugar de España que pisaron los aviadores, se organizó un programa de la estancia de los héroes en Algeciras, ya que estaba previsto que llegasen a Madrid el jueves siguiente. Incluso corrió el rumor de que era posible que los recibiera en Algeciras el general Primo de Rivera. El mismo 2 de julio se publica el programa provisional de la estancia de los aviadores en Algeciras. De la serie de actos programados cabe destacar un banquete oficial en el Hotel Reina Cristina a las 9:30 de la noche y un Tedeum en la “Catedral de Algeciras”, la iglesia de La Palma, a la llegada de los aviadores.
La cobertura de prensa tuvo un nivel de acontecimiento mundial. A Gibraltar llegaron periodistas de medios ingleses, estadounidenses, portugueses, franceses, etc., por no hablar de la amplia repercusión en Hispanoamérica; Buenos Aires, Montevideo, La Habana, México, Lima, Caracas, etc. Por citar algunos, el Daily Express, Hearst Newspaper, O Seculo, Diario de Lisboa, Berliner Tageblatt, o un operador parisino de la Paramount. Su fama fue tal, que uno de los juguetes más conocidos e importantes de los niños de la época, fue el Eagle recogiendo al Plus Ultra.
El piloto, lejos de pedir perdón por el desastre, afirmó que si en vez del hidro italiano hubiesen llevado el español (lo cambió en el último momento) “habrían sido carne de tiburones”. El gobierno y los mandos quedaron en posición comprometida y desairada y cuando terminaron las celebraciones se presentaron graves acusaciones, incluyendo la sospecha de que había habido un soborno de la casa Dornier. Franco que causó baja en la Aviación, se defendió con un libro - Águilas y garras - que fue secuestrado, en el que insistía en su inocencia y afirmaba que se le persiguió por denunciar graves fallos.
Tal fue la popularidad del personaje, que mucho antes de su hermano Francisco Franco y que se iniciase la guerra civil, Ramón Franco tuvo rotuladas calles con su nombre en multitud de ciudades de España y del mundo; Buenos Aires, Villarreal (Portugal), Alcalá de Henares, Albacete, La Coruña, Cádiz, Manacor, Baleares, etc.
Final desigual para los cuatro aviadores
En 1936, al producirse la sublevación en la que tomaba parte su hermano, Francisco Franco, se encontraba como agregado en la embajada española en Washington (Estados Unidos), después de algunos titubeos, se incorporó a la zona dominada por los sublevados, haciendo prevalecer su lealtad familiar a sus ideas políticas republicanas.
El final de estos cuatro aviadores fue desigual a partir de la guerra civil. Ramón Franco, muerto en accidente de aviación en 1938; Modesto Madariaga condenado al acabar la guerra a 30 años de reclusión; Ruiz de Alda fusilado en Madrid en las primeras semanas del golpe de estado, y Pablo Rada exiliado por su tendencia republicana.
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