Narcotráfico
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1989: plantón ciudadano a los 'narcos'

San Roque

Hace 25 años los barrios de Estación, Taraguilla y Miraflores vivieron el inicio de una lucha contra las drogas que es el germen de las coordinadoras y el movimiento social que marca al municipio

Acceso a la entrada de la Ensenada de Miraflores. / Andrés Carrasco
Y. G. T., San Roque

09 de marzo 2014 - 08:18

20 de junio de 1989. Entre 4.000 y 5.000 vecinos de San Roque cortan la carretera nacional 340, a la altura de Taraguilla y Miraflores durante 45 minutos en protesta por el tráfico de drogas asentado en estas barriadas. Meses antes, en febrero más de un centenar hacía los mismo en Miraflores ante el incremento del tráfico y consumo.

La historia de San Roque y su tejido social no podría entenderse sin tener en cuenta estos acontecimientos de los que se cumplen ahora 25 años.

El estallido del movimiento vecinal se produce en el año 89, cuando se crea también la Coordinadora contra las drogas en la Estación, Taraguilla y Miraflores, aunque dos años antes comenzaba a gestarse una lucha que tendría a un grupo de personas al frente, el párroco de la Estación, José Chamizo, presidente de esta Coordinadora y a la postre Defensor del Pueblo Andaluz; Francisco Mena, (después presidente de la Coordinadora); y mujeres como Micaela Pérez.

Todo este movimiento social surge como revulsivo al grave problema de consumo de heroína fundamentalmente que se producía en el Campo de Gibraltar, donde las tasas se duplicaban con respecto a la media del resto del país. En las barriadas sanroqueñas, especialmente en Taraguilla y Miraflores es donde se asientan los pequeños narcos y los puntos de venta de droga en muchas casas.

Tanto Chamizo como Mena coinciden en que son las madres las que abanderan este movimiento, con Micaela Pérez a la cabeza, tras un llamada que realizó a la cadena SER durante un programa y que despertó este movimiento. Este hecho fue el detonante para que muchas madres salieran a la calle y se realizaran patrullas cuidadanas. Ataviadas de silbatos avisaban cuando alguna persona acudía a comprar a alguna vivienda, señalaban los lugares donde se compraba droga, generando hacia ellos una gran presión que obligó a que las administraciones tuvieran en cuenta el problema existente y la necesidad de actuar.

En aquellos años era alcalde de San Roque el socialista, Andrés Merchán, que acudió a algunas de estas manifestaciones. El gobernador civil de la comarca era Plácido Conde.

"Fue noticia incluso a nivel internacional, aparecía en periódicos de todo el mundo y surgió de forma espontánea", recuerda Mena, quien destaca que en estos años se produjeron hechos curiosos como la abstención electoral que se produjo en las elecciones europeas que se celebraron ese año. De las 500 personas con derecho a voto en Taraguilla, se abstuvieron 200.

Otro hito significativo fue la colecta que realizaron los vecinos para comprar una vivienda en la que vivía un narcotraficante. "Se le compró la casa por 500.000 pesetas para que abandonara Taraguilla y se fue porque la presión era muy grande", asegura Mena.

Los mayores puntos de venta se situaban en los conflictivos bloques 9 y 10 de Miraflores o en la calle Ríos de Taraguilla.

La Coordinadora contra la droga, que posteriormente sería Alternativas se crea de esta necesidad y se llamó así porque aglutinaba a diferentes colectivos y entidades como asociaciones vecinales, grupos parroquiales y sindicatos. "Poco a poco fuimos creando nuestros propios recursos. Era muy importante que la sociedad entendiera que el drogodependiente era un enfermo y la gente empieza a entender que el culpable es el que vende la droga", apunta Francisco Mena, quien asegura que en ese camino fueron muchos los jóvenes que se dejaron la vida porque casi todos los días aparecía alguno muerto, no por sobredosis como se decía en muchas ocasiones sino porque la droga estaba adulterada.

A partir de ahí se crea la primera comunidad terapéutica en Montenegral, en Tesorillo porque eran muchos los jóvenes de este núcleo los que cayeron en la droga, a la que después se unieron la comunidad terapéutica Manantial, en Castellar y la asociación Acord, en Algeciras dirigida por el padre Juviales.

Se empieza con la prevención para ocupar el tiempo libre y se inician los primeros cursos de informática, mecanografía o taquigrafía.

El libro de Chamizo Quien ha dicho que vivir sea fácil explica cómo surge esta estructura y la concienciación social ante el problema de las drogas. Unos años en los que se produjeron muchas muertes por drogas, después vendría el SIDA, amenazas a mujeres y narcotráfico.

Tras 17 años como Defensor del Pueblo, Chamizo ha creado la asociación Voluntarios por otro mundo, una casa hogar para jóvenes que estudian y tienen problemas familiares y falta de espacio. El proyecto ya está diseñado en Puerto Real.

"Queremos hacer algo en el Campo de Gibraltar pero no podemos repetirnos. Queremos ocupar un hueco aún vacío como podría ser una casa de acogida para gente que sale de prisión. Tenemos que hablarlo", concluye Chamizo.

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