La integración como reto principal

La asociación cultural gitana Oripandó Caló, con sede en la ciudad de San Roque desde hace aproximadamente 17 años, tiene como objetivo principal dignificar el hecho de ser gitano.

Dicha asociación, que surgió de la mano de dos hermanas, Ana María Cortés Molina y Rosario Cortés Molina hace casi veinte años, se ha acogido actualmente a un programa de ayudas de la Mancomunidad de Municipios que otorga a este colectivo fondos para diferentes cursos y actividades de ocio en las que participan no sólo las personas de etnia gitana sino también los conocidos como castellanos, que son aquellas personas que no pertenecen a la raza gitana.

Según explicó Rosario Cortés, una de las fundadoras de la asociación y miembro activo de la misma además de diplomada en Relaciones Laborales, los gitanos "somos unos supervivientes, hemos sufrido infinidad de humillaciones y desprecios y aun así no han podido acabar con nuestra raza. Hoy en día por suerte, entidades como la ONU abogan por la raza gitana como una raza que merece ser protegida dada su importancia histórica, y eso es realmente positivo".

Por otro lado, Rosario Cortés quiso dejar claro que este colectivo cada vez recibe mayores subvenciones y ayudas por parte de la Unión Europea para jóvenes gitanos que deseen continuar con sus estudios o para familias que una verdadera necesidad.

Asimismo, esta asociación se ha beneficiado de diferentes programas de ayuda con los que han conseguido entre otras cosas un profesor particular para niños gitanos que acudían periódicamente a recibir clases de apoyo después de acabar su horario lectivo.

"Para nosotros es importante que nuestros jóvenes se superen a sí mismos, nos sentimos orgullosos de tener cultura y conocimiento y apoyamos al máximo a nuestros hijos para que continúen formándose siempre y cuando conserven lo especial de nuestra cultura", apuntó.

Por otro lado la diplomada en Relaciones Laborales quiso informar de que es realmente importante que los españoles conozcan la cultura gitana y por eso las clases sobre historia de los gitanos que han recibido niños de sexto curso en Primaria y jóvenes de cuarto de ESO han sido muy constructivas para la integración del colectivo.

Finalmente, Rosario aseguró sentirse muy orgullosa del papel que está desempeñando para su comunidad y espera que las cosas mejoren poco a poco.

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