Hacía año y medio que el Servicio de Información de la Guardia Civil estaba siguiendo los pasos a los cuatro guardias civiles, tres en activo y uno retirado, que ayer ingresaron en prisión provisional sin fianza. Meses de trabajo para desarticular a un grupo de personas investigadas por facilitar supuestamente el trabajo a grupos de narcotraficantes del Estrecho y que estarían vinculadas con algunos de los alijos interceptados en los últimos meses en el Campo de Gibraltar.

El resultado de esa investigación llegó el martes pasado, cuando en una operación desarrollada de forma simultánea en Algeciras, La Línea y San Roque se detuvo a ocho individuos. Ayer, el titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de San Roque tomaba declaración a todos ellos y determinaba que los cuatro miembros del Instituto Armado ingresasen en prisión provisional, comunicada y sin fianza.

Se trata de un cabo retirado y tres agentes en activo, de los que se sospecha que se encargaban de facilitar la entrada de droga en Europa a diferentes organizaciones. Dos de ellos son de La Línea, uno de San Roque y otro de Algeciras. Por eso, en la mañana del martes la operación se realizaba en estos tres municipios, encontrando en los domicilios de los detenidos dinero en metálico por valor de 92.200 euros, con un reparto desigual: 60.000, 30.000, 1.700 y 500 euros. En una de las casas se halló también un arma corta con la numeración borrada.

El ingreso en prisión provisional llegaba ayer a petición de la Fiscalía Anticorrupción. En el caso de las otras cuatro personas detenidas, quedaron en libertad provisional, dos de ellas bajo fianza de 10.000 euros cada una, abonadas de inmediato.

En la causa, sobre la que pesa un secreto parcial, se investigan presuntos delitos de pertenencia a grupo criminal, contra la salud pública, omisión del deber de perseguir delitos, cohecho, falsedad en documento privado y revelación de secretos.

La operación policial, que sigue abierta, se inició el martes a primera hora. En Algeciras, media docena de vehículos de la Guardia Civil estacionaron en fila india y desde primeras horas en la calle San Juan, situada en la zona Baja de la ciudad, taponando por completo los accesos. Un numeroso grupo de agentes del Grupo de Acción Rápida (GAR) de la Benemérita registró la vivienda de uno de los guardias con el apoyo de perros rastreadores. En torno al mediodía, los agentes abandonaron el piso, llevándose consigo varias cajas de material incautado ante la presencia de funcionarios del juzgado.

Escenas similares se vivieron en las afueras de San Roque, en la barriada Fuente María España, y en la avenida del Burgo, en el popular barrio linense de Santa Margarita.