La Guardia Civil descubrió el narcotúnel entre Ceuta y Marruecos tras la confesión de un colaborador de los narcos

El pasadizo estuvo operativo durante dos años y su propietario, un ceutí con antecedentes, está huido con una orden de busca y captura internacional

La Guardia Civil espera una orden judicial para demoler el narcotúnel entre Marruecos y Ceuta

Varios agentes de la Guardia Civil en el polígono del Tarajal, a 19 de febrero de 2025, en Ceuta.
Varios agentes de la Guardia Civil en el polígono del Tarajal, a 19 de febrero de 2025, en Ceuta. / Antonio Sempere / Europa Press

Algeciras/Durante años fue poco más que una leyenda, un murmullo entre confidentes y camellos, un rumor envuelto en misterio que recorría las calles del Príncipe y los pasillos del puerto: la existencia de un narcotúnel entre Ceuta y Marruecos. Un conducto subterráneo capaz de sortear todos los controles fronterizos y mover toneladas de droga con dirección al Puerto de Algeciras y, después, al resto de Europa. Aquel susurro cobró forma y gravedad en febrero de este año, cuando un investigado por la Audiencia Nacional en la llamada operación Hades confirmó lo que hasta entonces eran solo sospechas.

Este colaborador, ahora bajo protección pero con un precio sobre su cabeza, proporcionó detalles precisos: no solo del túnel, sino de la implicación de varios agentes de la Guardia Civil, algunos destinados en el Puerto de Ceuta. “Nos informaban de cuándo podíamos operar, si había controles, si algo salía en rojo”, relató ante el juez, en una declaración grabada que llegó a difundirse brevemente por redes sociales, desatando una tormenta en los entornos criminales ceutíes. Las represalias no se hicieron esperar: el vídeo, de apenas unos minutos, bastó para convertir al arrepentido en objetivo de su antigua organización, que lo tachó de “rata” y lo sentenció a muerte.

Fue su testimonio el que llevó a los agentes de Asuntos Internos de la Guardia Civil hasta el polígono del Tarajal. En una nave junto al Arroyo de las Bombas que había funcionado como marmolería, los perros marcaron el suelo. Bajo varios palets de escombros, los agentes descubrieron una trampilla metálica que daba acceso a una cavidad vertical de doce metros de profundidad. Desde allí, se accedía a una galería de unos 50 metros de largo, apenas 70 centímetros de ancho, con suelo de tierra y paredes de madera.

La galería, dotada de iluminación casera y un sistema de drenaje, descendía hacia el sur, pero el agua estancada en la parte final impidió a los investigadores recorrerla en su totalidad. Lo poco que se pudo ver más allá eran bloques de cemento lanzados desde el lado marroquí, posiblemente tras destaparse la operación, para inutilizar la estructura.

Fue un incendio de rastrojos lo que terminó de confirmar la ubicación de la salida: el humo penetró en el túnel desde el lado marroquí, guiando a los agentes hasta una zona militarizada en las afueras de Castillejos. El hallazgo motivó una comisión rogatoria internacional. La jueza María Tardón ha solicitado a Marruecos que colabore para determinar con precisión el trazado y la estructura del pasadizo. Se utilizarán cámaras subterráneas y georradares para intentar reconstruir la infraestructura al completo.

Dos años de actividad y cinco toneladas de hachís

Los indicios recopilados por los investigadores apuntan a que el túnel estuvo en funcionamiento desde mediados de 2022 hasta finales de 2024. La nave industrial fue alquilada en junio de 2022 por un ciudadano ceutí de 40 años llamado Rafael Jiménez, con antecedentes por delitos de lesiones, malos tratos y tráfico de drogas. En enero de 2023, fue sorprendido en el puerto con 30.000 euros ocultos en el coche de su expareja. Según el sumario, en la parte superior de la nave también se hallaron trajes de neopreno con restos de barro y tierra aún húmedos, lo que demuestra un uso reciente, probablemente en diciembre.

La nave funcionaba como centro logístico: por ella entraban porteadores desde Marruecos cargados con fardos de hachís. El material era luego cargado en camiones con dobles fondos, listos para cruzar en ferry a Algeciras. Allí, una red de colaboradores y al menos dos agentes de la Guardia Civil, ahora en prisión provisional, se encargaban de facilitar la entrada del cargamento.

Los investigadores vinculan al túnel con al menos dos grandes alijos frustrados: uno en junio y otro en diciembre de 2023. En total, se calcula que el pasadizo sirvió para introducir más de cinco toneladas de hachís en la ciudad autónoma. El beneficio para los intermediarios superaba los 100.000 euros por cada operación de éxito.

Un fugitivo con las llaves del caso

A día de hoy, Rafael Jiménez no ha sido localizado. Una orden de busca y captura internacional pesa sobre él desde el pasado mes de abril. En su domicilio, los agentes hallaron documentación que lo vincula directamente con la construcción y explotación del narcotúnel. Su empresa, supuestamente dedicada a la marmolería, habría servido como pantalla para financiar la infraestructura.

Su huida complica el cierre del caso, pero la investigación sigue su curso. La Audiencia Nacional insiste en que este túnel no es un caso aislado, sino parte de una red criminal transfronteriza con ramificaciones tanto en Ceuta como en territorio marroquí. “Los hechos indiciariamente podrían afectar a estructuras criminales en los dos países”, apunta el auto judicial.

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