La Guardia Civil espera una orden judicial para demoler el narcotúnel entre Marruecos y Ceuta

Los agentes custodian día y noche la salida del pasadizo construido con maquinaria pesada y utilizado para introducir droga en la Península con el apoyo de guardias civiles, un concejal y aduaneros marroquíes

Hachís, sobornos de un diputado a guardias civiles y un narcotúnel: se levanta el secreto de sumario de la operación Hades

La Guardia Civil vigila día y noche el acceso al túnel hallado entre Ceuta y Marruecos.
La Guardia Civil vigila día y noche el acceso al túnel hallado entre Ceuta y Marruecos. / EFE

Tres meses después de que la Guardia Civil destapara bajo el polígono industrial del Tarajal, en Ceuta, la salida de un narcotúnel que conectaba directamente con Marruecos, el lugar continúa bajo vigilancia las 24 horas del día. La estructura, de más de 50 metros de longitud, fue utilizada por una red criminal para introducir grandes cantidades de hachís en territorio español y trasladarlas hasta la Península a través del Puerto de Algeciras. Ahora, una vez finalizada la inspección del pasadizo, los agentes están a la espera de que la Audiencia Nacional ordene su sellado y demolición.

El blindaje responde no solo a la necesidad de preservar una prueba clave en el caso, sino también a la posibilidad, por remota que parezca, de que el túnel pueda volver a ser utilizado. En ello pesa la limitada colaboración con las autoridades marroquíes, que durante semanas apenas conocían datos sobre esta operación —bautizada como Hades— pese a los avances que ya se acumulaban en el lado español.

La operación, una de las más complejas de los últimos años en la frontera sur de Europa, suma hasta la fecha 15 detenidos, entre ellos un concejal del Ayuntamiento de Ceuta, Mohamed Alí Duas, funcionario de prisiones, dos de sus familiares y dos agentes de la Guardia Civil. La organización, de carácter transfronterizo, contaba con una potente estructura logística a ambos lados de la valla: naves para almacenar la droga, personal para su manipulación, vehículos de transporte y conexiones con aduaneros marroquíes y miembros corruptos de las fuerzas de seguridad españolas.

Entre los colaboradores más comprometidos figuraban guardias civiles destinados en el control de vehículos y en la Unidad de Análisis e Investigación Fiscal y Fronteras (Udaiff), quienes, según las escuchas, garantizaban el paso seguro de la droga por el puerto de Ceuta. De allí, la mercancía seguía su camino hasta el Puerto de Algeciras para ser distribuida por la Península. De hecho, antes de ser desmantelada, la red ya preparaba el envío de casi dos toneladas de hachís a una nave de Villanueva del Trabuco (Málaga), ocultas en camiones de gran tonelaje.

Todo este entramado comenzó a resquebrajarse gracias al trabajo de tres agentes encubiertos, cuya infiltración permitió los primeros contactos con la red y aceleró la investigación. Su papel fue crucial para destapar la capacidad operativa de una organización que actuaba con una peligrosa sensación de impunidad y que incluso presumía de tener “la ruta asegurada”.

Mientras en Ceuta se cerraba el cerco, Marruecos mantenía un perfil bajo. Las autoridades del país vecino no confirmaron públicamente el hallazgo de la entrada al túnel hasta que el pasado abril el medio Alyaoum24.com publicó que se había localizado en una vivienda situada en una zona de carácter militar. Desde entonces, la investigación marroquí ha cobrado impulso: la policía judicial del país asumió el caso, se identificaron a varias personas implicadas en la construcción y se anunciaron próximas detenciones. El principal sospechoso, según el mismo medio, es un viejo conocido de las fuerzas de seguridad, con antecedentes por narcotráfico en la zona de Tetuán.

Las autoridades marroquíes accedieron finalmente a la cavidad gracias a una empresa de Alhucemas que desplazó operarios a la zona del Arroyo de las Bombas, donde se logró perforar el terreno hasta alcanzar el túnel. La magnitud de la obra —en la que se utilizó maquinaria pesada— y su ubicación dentro de un perímetro militar podrían, según fuentes judiciales marroquíes, desencadenar ceses en altas instancias.

La Guardia Civil, por su parte, insiste en que es imposible que Marruecos desconociese la existencia y localización del túnel, dada su complejidad técnica y su proximidad a zonas sensibles. La falta inicial de coordinación entre ambos países contrastó con los avances logrados por los investigadores españoles, que, apoyados por el área de Asuntos Internos y un sólido dispositivo de vigilancia y escuchas, lograron desmantelar el corazón de una red con ramificaciones institucionales.

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