ENTREVISTA | SÉFORA VARGAS, ABOGADA, ESCRITORA Y ACTIVISTA GITANA

"El racismo se ha vuelto más sutil pero se da de una forma brutal"

Séfora Vargas

Séfora Vargas / Antonio Pizarro

Séfora Vargas (1980) es sevillana y gitana a mucha honra. Desde muy pequeña tuvo la inquietud por informarse sobre el mundo romaní. Siempre ha respetado las tradiciones gitanas y se considera una profunda defensora de su cultura. Se define como luchadora desde pequeña por sus sueños, con las ideas muy claras. Ahora es una de las abogadas más conocidas entre el pueblo gitano y ha sabido unificar la profesión con su etnia para así defender la identidad y la igualdad del pueblo gitano. El resultado de este proceso: ser la presidenta de Aproideg, organización que fundó en defensa del pueblo gitano. Todo un ejemplo de lucha y superación. 

¿La sociedad sigue estando muy estigmatizada?

Lamentablemente, pienso que nuestra sociedad actual es una desgracia porque estamos involucionando. Vivimos en una era donde hay una sobreprotección bajo el amparo de todo tipo de leyes y tratados. Sin embargo, se están produciendo más casos de racismo que nunca, hay un mayor número de violaciones y abusos sexuales a la población, aumento de casos de discriminación, mayor número de muertes por violencia doméstica... Hay un retroceso, la sociedad ha empeorado y se están reproduciendo episodios que se suponía que ya habíamos superado.

¿Qué rol juegan las redes sociales? 

Las redes sociales, por ejemplo, son un hervidero de odio. Es una siembra de odio directo. Esto nos expone más y recibimos ataques xenófobos, racistas y discriminatorios todos los días. No hay día que no me levante y no tenga un mensaje que sea un delito de odio. No somos conscientes, pero lo son. Sin haberles hecho nada y sin conocer a la persona en concreto. 

¿Existe un feminismo gitano? 

Pues claro que sí. De hecho, en uno de mis primeros libros, El precio de la libertad, narro lo que le costó a unas mujeres gitanas ser libres. Una de las cosas más tristes que tenemos las mujeres gitanas feministas es que muchas veces sufrimos discriminación de las mujeres payas, que nos instan a comportarnos y adoptar un esquema de valores que quizá no forma parte de nosotros. El feminismo gitano es algo relativamente reciente, sin embargo, el proceso de maduración de estos valores está llegando poco a poco. Todavía hay una parte muy conservadora del pueblo gitano que solamente el hecho de decir la palabra feminismo ya lo considera una aberración. Nuestra lucha es doble porque tenemos que luchar contra la sociedad mayoritaria y de forma particular, con nuestro pueblo. 

"Nuestra lucha es doble, tenemos que luchar contra la sociedad mayoritaria y de forma particular, con nuestro pueblo"

¿Sigue siendo difícil ser gitana y mujer en el mundo de hoy? 

Sí. Si le pasa a un hombre gitano, imagínate ser mujer y gitana. Hay muchas mujeres gitanas que son pobres, que viven en situación de exclusión social y es muy complicado salir adelante cuando la sociedad te impide ser tú misma. No tenemos las mismas oportunidades que las payas. 

¿Cree que la sociedad sigue poniendo trabas por ser de etnia gitana?

Sí, hoy en día todavía no puedes poner en el currículum que eres gitana y mucho menos si vives en un barrio desfavorecido o en cualquier barrio propiamente de gitanos. Ya te aseguro yo que no te contratan. Hace unos años me interesé en trabajar en un banco conocido y el director me comentó que ser gitana y trabajar en la banca no era bueno. El racismo se ha vuelto más sutil pero se da de una forma brutal y se reproduce en todas las esferas.  

Séfora Vargas Séfora Vargas

Séfora Vargas

¿En qué situación se encuentra ahora mismo la cultura gitana? 

Está en un proceso de recuperación, de dignificación histórica, de reivindicar que somos parte del pueblo español y seguimos aportando mucho a la cultura española. Mucha de la identidad española proviene del pueblo gitano, como el flamenco, o algunas palabras del castellano pertenecen al caló, a la mezcla del romaní con el castellano antiguo, y eso la gente no lo sabe. 

¿Qué le llevó a indagar sobre la cultura gitana y a hacerse defensora?  

Los episodios continuos de injusticia me llevaron a una pérdida de identidad. Esa falta de referentes, esa falta de información y ese vacío existencial, ese silencio continuo que habíamos heredado de nuestros antepasados fue lo que a mí me llevó a luchar. Porque vivimos en condiciones de exclusión social.

¿Qué aporta con sus estudios en Derecho en el mundo gitano? 

Saber cómo protegernos de tanto racismo, tanto y tan mal, injusto y gratuito. La necesidad de amparar nuestros derechos. Si te soy sincera, esa primera generación de gitanos que llegamos a cursar estudios universitarios, la mayoría somos abogados. Abogados y abogadas por la necesidad que teníamos de protegernos, defendernos y hacer justicia de todo lo que hemos sufrido. 

"La mayoría de la primera generación de gitanos que cursar estudios universitarios somos abogados por la necesidad que teníamos de protegernos, defendernos y hacer justicia"

¿Qué reclama como gitana este Día Internacional del Pueblo Gitano?  

El Día Internacional del Pueblo Gitano no es un día para celebrar, es un día de conmemoración porque en él se recuerda a los miles de gitanos murieron en el Holocausto nazi. La gente no lo sabe, pero el pueblo gitano sufrió una atrocidad causada por los nazis. Se conmemora para reivindicar la lucha contra la discriminación tan atroz que todavía seguimos teniendo. Esa es la verdadera razón por la que se celebra el 8 de abril.  

¿Qué opinión tiene acerca de los últimos incidentes cometidos en La Liga, como el caso de Quique Sánchez Flores? 

En el fútbol cada día hay más discriminación. Eso de llamar gitano como insulto es una barbaridad, y en el deporte se produce cada dos por tres. Se nos olvida el dolor y el daño que produce ese tipo de reacción. Los hechos son aberrantes, además de estar considerados un delito de odio contemplado en el Código Penal. Siento profunda tristeza que tengamos que seguir condenando y denunciando este tipo de actos en la sociedad del siglo XXI. Donde todo el mundo se supone que somos iguales. Por ser gitano, ya por eso se nos puede insultar. Esto demuestra lo enferma que está muchas veces la sociedad.

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