El arte de mejorar sus vidas
Premios al Valor Social
La Asociación de Espina Bífida e Hidrocefalia del Campo de Gibraltar recibe el impulso de Fundación Cepsa para su iniciativa de terapia psicoemocional ‘Arteándote’
Corrían los años ochenta del siglo pasado y ser diagnosticado, o que diagnosticaran a algún familiar, de espina bífida o hidrocefalia era prácticamente una condena al ostracismo. Un límite, el freno a cualquier posibilidad de hacer algo, de ser algo más que una persona enferma. Ellos y ellas, padres y madres, sin embargo, se opusieron entonces a que fuera eso lo que les pasara a sus hijos y tomaron las riendas de un carruaje que hoy siguen llevando con tino y fuerza, mucha fuerza, a pesar de las adversidades. Primero, claro, fue buscar la ayuda, el conocimiento, de los expertos. Empezaron a moverse de un lado a otro buscando información sobre las enfermedades de sus hijos, procurando saber qué era lo que necesitaban ante la a todas luces insuficiente capacidad de las administraciones por dárselo. Y así, poco a poco, empezaron por la integración escolar, luego con la formación y la inserción laboral, después la accesibilidad y el transporte… Por supuesto, la salud era esencial, así que también trabajaron otros aspectos como la fisioterapia.
La Asociación de Espina Bífida e Hidrocefalia Campo de Gibraltar trata desde entonces de cubrir las necesidades y demandas de las personas con espina bífida y/o hidrocefalia y otras discapacidades afines con el objetivo principal de mejorar su salud, su autonomía personal y la inclusión social. Actualmente presta servicios de atención social, de fisioterapia o psicología, dando apoyo a las personas usuarias en temas de salud, formación y empleo, recursos sociales, etc., aunque también realiza diferentes actividades de ocio y tiempo libre, campañas de sensibilización social o la participación en congresos y jornadas formativas (tanto sobre la propia discapacidad como de otros temas) que son de interés para el colectivo.
Ahora se encuentran enmarcados en el Proyecto “Arteándote con mucho arte”, una iniciativa que ha sido reconocida con el Premio al Valor Social de Fundación Cepsa y que trata de mejorar la salud psicoemocional de las personas usuarias apoyándose precisamente en el arte. Se trata de un taller de arteterapia como técnica expresiva, que recurre a procesos de comunicación no verbal, dejando abierta la puerta a procesos simbólicos más espontáneos, incluso eficaces, que las palabras. Esta herramienta, permite expresar un aspecto de la propia persona que no es capaz de manifestar con palabras como sentimientos o emociones. Todo ello permite “ampliar el autoconocimiento y la gestión emocional, mejorando la concienciación, ayudando a la transformación y al desarrollo humano, para aumentar la inteligencia emocional, mejorar la autoestima y promover la autonomía personal”, como explica Margarita Mefle, la presidenta de la Asociación. El proceso terapéutico es particular para cada persona o grupo, por lo que el terapeuta es el que se encarga de acompañar y apoyar a cada persona “para iniciar un viaje de autoconocimiento, introduciéndose en sus propios mitos, metáforas y símbolos, explorando así las emociones que encuentran a su paso”, tratando de conseguir que el usuario que sufre dificultades que afectan a su bienestar psicoemocional “logre descubrir por sí mismo aquello que origina el conflicto” y siendo capaz, por tanto, de restablecer su estado de confort.
El Premio al Valor Social de Fundación Cepsa ha supuesto “un impulso” para poder dar continuidad y ampliar el servicio de atención psicológica, implementando nuevas terapias que fomentan el crecimiento y empoderamiento personal y la participación social, algo “tan importante” para los usuarios de la Asociación, explica Margarita Mefle. Por eso resulta “imprescindible” agradecer a Fundación Cepsa su apoyo y recordar que “cualquier aportación de cualquier persona o entidad será siempre bien recibida”, porque, al fin y al cabo, se trata de ganar tiempo al tiempo, de seguir dándoles toda la ayuda que necesiten. Con ese espíritu empezaron hace más de 30 años. Con ese espíritu, poco a poco, casi sin darse cuenta, siguen consiguiendo día a día lo que pretendían: mejorar las vidas de sus hijos.
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