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Vera regaló un pregón atípico de la mano del Papa Francisco

El pregonero se salió del guión tradicional para ofrecer un recorrido personal por las calles, las gentes y las imágenes del pueblo

Alfonso Vera, pregonero de la Semana Santa barreña. / Jorge Del Águila
Redacción

Los barrios, 03 de abril 2017 - 02:07

Ya lo advirtió el pregonero de la Semana Santa de Los Barrios, Alfonso Vera. "No esperéis un pregón oficialista, ni académico, ni siquiera serio. Y no puede ser serio porque el mensaje que quiero que recordemos es el mensaje de la felicidad plena, el del amor absoluto, el de la esperanza infinita, el de la vida eterna".

Y no lo fue. El texto de Vera, que fue escrito íntegramente en verso, se presentó como una bocanada de aire fresco entre los pregones tradicionales. No quiso su autor anunciar una Semana Santa que recorriera los desfiles procesionales, sino más pegada a su propia biografía, a sus sensaciones y sentimientos. Y otra novedad, la introducción de la figura del Papa Francisco.

El anunciador advirtió que no sería un pregón serio, sino lleno de felicidad y amor

"Hoy deseo y espero que hayamos venido a esta casa con el espíritu de recibir y llevar el mensaje que el Papa Francisco, al que voy a citar continuamente por mi admiración profunda, nos recordó hace tres años: 'La Iglesia es una gran familia, que nos acoge y nos enseña a vivir como creyentes y discípulos del señor. Y no sólo somos cristianos gracias a otros, sino que únicamente podemos ser cristianos junto con otros'. Me gustaría, hoy más que nunca, que nos sintiéramos hermanos y hermanas y que me ayudéis a ser cristiano junto a vosotros. Por eso mi saludo no distingue entre cargos, profesiones o ministerios. Es el saludo del hermano pequeño que ha llegado a la casa de su padre y quiere sentarse en esta gran mesa que es hoy nuestra preciosa parroquia de San Isidro, a charlar con alegría con su familia", declaró.

Los asistentes al acto descubrieron una Semana Santa barreña desgranada a lo largo de nueve capítulos escogidos por Vera, que siguieron el recorrido habitual de las procesiones del pueblo, situando en cada capítulo una calle, una imagen y un detalle del pasado. Y con cada pasaje, una referencia a una cita textual del Papa Francisco.

Vera se confesó y transmitió sus dudas cuando en una ocasión le expresó al padre Yelmann, párroco de San Isidro, porque no se sentía preparado. "Su respuesta fue que uno no comulga en Cristo para confirmar sus bondades, sino para pedir ayuda para superar las imperfecciones", dijo.

Antes de iniciar su recorrido de pasión se encomendó a su Cristo, al que le acompaña siempre. "Al que no me olvida, al que sabe lo que soy y a pesar de ello me empuja a seguir adelante. Que me muestra el camino a pesar de que tantas veces no lo sigo. Que me ha dado fuerzas y ha guiado mi lápiz estos días para decir lo que siento, para no engañar a nadie, para no ofender a nadie y expresarlo públicamente en este pregón que ahora comienza", apuntó el pregonero.

Y tras estas palabras, Vera trasladó al público asistente a las calles donde se vive la Semana Santa barreña, donde nace el sentimiento y la devoción por las imágenes. Y en cada parada, adornada con el alma de multitud de protagonistas, un mensaje del Papa San Francisco dirigido a los jóvenes, a las mujeres, al prójimo o al evangelio.

"Recordad lo que Francisco proclama. Que en la iglesia, parroquias y colegios se superen vergüenzas extrañas, que la calle también es nuetro reino. Que debemos hacer propaganda y pregonar el reino de los cielos. Que debemos abrir las ventanas sin prejuicios, temores o recelos porque el nombre que a Cristo se abraza nunca más volverá a tener medio", proclamó Vera.

El pregonero se despidió con el buen sabor que dejan los agradecimientos. "Gracias a vosotros que habéis sido prisioneros en una cárcel de silencio, presos sin escapatoria, gracias por aguantarme romántico y lisonjero y perdón si mis palabras no fueron satisfactorias. Con esto dice adiós, se despide vuestro hermano que no venía a predicar ni a repartir enseñanza, que no venía a responder sino a todo lo contrario, a decirte que las respuestas se buscan en el alma. En mi última cuarteta pido lo mismo que el Papa. Rezad, rezad por mí. Rezad, que me hace falta", predicó antes de recibir el cálido aplauso de quienes le siguieron en la parroquia de San Isidro.

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