El reverendo Pedro Rodríguez Molina exalta la gloria de Dios en San Roque
La comunidad cofrade se cita en la parroquia de Santa María la Coronada para oír un cuidado pregón en la Cuaresma de 2009 · Predica el acto de amor de Cristo y reivindica una penitencia anónima
La comunidad cofrade sanroqueña se reunió ayer en la parroquia de Santa María la Coronada para oir el cuidado y sentido pregón del reverendo padre Pedro Rodríguez Molina. Empapado de sus propias vivencias -el vicario es desde muy joven hermano de Las Angustias-, el pregonero de la Semana de Pasión de 2009 huyó de tópicos como la exaltación de sensaciones al olor del incienso o el azahar para predicar la gloria de Dios, sin la cual admitió que la comunidad cristiana no hubiera estado ayer en la parroquia.
"Ay, qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios", como llamó Rodríguez a San Roque, "que sabe que otra madrugada el señor resucitará para siempre". El religioso se mostró cauto y respetuoso desde el atril, "con el riesgo del que llega donde se ha criado y se pone a pregonar" y dedicó su discurso al entrañable Sebastián Araujo, a quien consideró figura fundamental en hermandades del municipio.
Con un pregón encomendado al Jesús Chiquito de Puerto Real, habló de la noche de Miércoles Santo, cuando sale su Hermandad. "Esté donde esté mi deseo vuela hasta la parroquia de la Visitada" y su verbo se volvió más emocionante cuando habló de su familia y de su sobrino Antoñito quien, con un sólo año, desfilará por primera vez como penitente en Las Angustias.
El padre Pedro aprovechó paraaclarar que las imágenes son símbolos venerables, no ídolos, y mostró su preocupación por aquellos que quieren cambiar la imagen de su hermandad siguiendo criterios artísticos. "No podemos movernos por apetencias pasajeras, cuando llegue el momento, cuando sea ineludible, se cambiará".
A continuación repasó su sentir cofrade en otros municipios donde ha ejercido su labor pastoral. Entre otras vivencias, destacó el compromiso de los linenses y cuando ejerció de costalero en La Esperanza. "Desde entonces no he vuelto a ser el mismo", admitió el vicario, que explicó que en Andalucía se vive la Semana de Pasión de una forma difícil de entender en otras zonas. También aprovechó la ocasión para pedir a los cofrades que vistan túnica en actos de penitencia para acompañar de manera anónima a sus imágenes, encontrarse con sus hermanos y con uno mismo, sin el afán de protagonismo que predican algunos.
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