León recorre entre versos las principales etapas de la Semana Santa de la Villa

Poesía, sentimientos y viviencias. El hermano mayor de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén (Borriquita) y María Santísima de la Estrella, Alejandro León, supo poner anoche estos tres elementos en perfecta unión para pregonar la inminente Semana Santa de Los Barrios.

León, quien tuvo palabras emotivas para los cofrades barreños, se dirigió al público y autoridades en el templo de San Isidro acompañado por la asociación cultural Banda de Música de Los Barrios. Presentado por José Luis Domínguez, hermano mayor del Buena Muerte, León trufó sus palabras con las siempre afinadas notas de los músicos barreños y composiciones poéticas con las que jalonó su discurso.

Así, tras reconocer las dudas iniciales para situarse en el atril y agradecer a quienes le hicieron convencerse a la hora de asumir el encargo, el pregonero sostuvo que un pregón particular se escribe a lo largo de la vida. "Tengo la convicción de que un pregón particular se va escribiendo en el corazón de cada uno de nosotros, a golpes de momentos vividos que teclean cada palabra, cada línea y cada párrafo, en el continuo devenir de los años al servicio de la Iglesia de Cristo para mayor gloria de Dios", apuntó.

De ahí, León tuvo tiempo para sus primeros recuerdos cofrades, cuando veía los pasos de la Semana Santa aupado en los hierros para el Toro Embolao -que se suelta cada Domingo de Resurrección en la Villa- y que por aquellos años partía desde la Plaza de la Iglesia.

Tras un periodo como penitente, Alejandro León evocó la creación de la hermandad que ahora encabeza, allá por 1998, y que agradeció particularmente al entonces párroco local José Antonio Alonso. Porque la imagen de la Borriquita llegó donada desde Algeciras y fue sacada por costaleros de otras hermandades durante varios años hasta que un grupo de jóvenes cofrades barreños decidió fundar el colectivo.

"Pero faltaba algo, y cómo el Señor tiene sus tiempos y mueve sus hilos si nosotros lo dejamos, dejó caer en la Hermandad a la Estrella. Y quiso Dios que se llamara Estrella y cómo faro en el mar de la vida, guía nuestro camino para siempre", recordó, para hacer mención al encargo de la talla para la cotitular de la hermandad. "La puerta de un taller en Carmona, se abría ante nosotros y un olor para mi familiar, el de la madera recién labrada, me dejó delante de su rostro por primera vez. El barro había tomado forma virginal y era cubierto por unos simples tejidos rojos y azules. Desde aquel mismo momento, estuvimos seguros los que allí la contemplamos, que Ella sería la Reina del Domingo de Ramos", recordó.

Tras centrarse en la hermandad a la que pertenece, León dirigió su pregón a exaltar la figura de María a través de las distintas representaciones marianas que tiene la localidad, parte del pregón que concluyó con la interpretación de la marcha Madrugá de canela y clavo.

El tramo final del pregón lo basó en las hermandades y su razón de ser. Así, Alejandro León sostuvo que las hermandades tienen su sustento en tres pilares fundamentales: la formación, la caridad y el culto. Y tras desgranar cada uno de estos pilares, dirigió sus últimas palabras a exaltar la figura de Cristo, al igual que había hecho momentos antes, a través de las representaciones del Señor que realizan estación de penitencia en la localidad.