Encallan una neumática con 1.590 kilos de hachís en la desembocadura del Palmones
Los narcos dejan el timón fijo a pocos metros de la costa y se trasladan a otras lanchas que viajan junto a la que está cargada La Guardia Civil recupera 57 fardos en su interior
En esta ocasión la operación les salió mal y perdieron la carga. Fueron 57 los fardos de hachís incautados por la Guardia Civil que se encontraron en una embarcación neumática que habían encallado en la desembocadura del río Palmones. Según explicaron a Europa Sur fuentes cercanas a los hechos, la estrategia de los narcos consiste en navegar con varias embarcaciones, una de las cuales lleva la droga. A unos metros de la costa, dejan fijado el timón y sus ocupantes pasan a otra de las que navega con ellas, hasta que la que va cargada queda embarrancada en la costa donde es descargada por personas que la están esperando.
En esta oportunidad, los agentes de la Guardia Civil conocían su llegada y establecieron un dispositivo de vigilancia en la desembocadura del río en el que participaron dos embarcaciones del servicio marítimo. La presencia de los agentes en la costa, hizo inútiles los intentos por hacerse cargo de la droga que al final, una vez pesada arrojó una cantidad de 1.590 kilos.
Se trata de una estrategia que busca salvaguardar a quienes hacen el transporte de la droga dificultando su detención al salir en lanchas más rápidas que las que tienen a su disposición las Fuerzas de Seguridad del Estado -y que van descargadas- así como complicar su detección ya que al ir agrupadas salen en los radares como un solo objeto.
La expectación que suscitó entre los vecinos de Palmones la aparición de la embarcación en la desembocadura del río se prolongó durante toda la mañana. Los primeros en percatarse de su presencia fueron quienes utilizan la ribera del río y la playa para sus primeros paseos, por lo que desde muy temprano, la zona anduvo revuelta ante la imagen de una lancha llena de fardos de hachís a tan solo unos metros de sus casas.
Algunas de las personas que ofrecieron según señalaron a Europa Sur creyeron que la embarcación había encallado en los bajos de arena de la desembocadura del río. Las fotos de la embarcación y de la droga incautada empezaron a intercambiarse en los teléfonos móviles. Al fin y al cabo solo era un reflejo fiel de un fenómeno que los palmoneños ya conocen, habituados cada vez más a ver entrar las embarcaciones, de día y de noche, por la desembocadura del río en dirección a zonas como El Acebuchal, la conocida como fábrica del pescado o Celupal, lugares que suelen utilizar para el desembarco de la droga. Algunos de los vecinos que temen que algún día una lancha de éstas pueda provocar un accidente a gente que está con sus pequeñas embarcaciones en los márgenes del río.
Lo que ocurrió en el amanecer del viernes ya se veía venir desde la noche anterior. Este diario pudo saber que las fuerzas de seguridad estaban siendo vigiladas y que la presión que, a su vez, estaban ejerciendo los agentes sobre los narcos fue lo que provocó que finalmente la droga no pudiera ser desembarcada a tierra.
Para mantener a las fuerzas de seguridad vigiladas y controladas, parte de los que forman la organización se colocan en puntos estratégicos con teléfonos y se van avisando unos a otros y hasta realizan llamadas falsas o provocadas para intentar distraer a los agentes. Un ejemplo de la situación que se vivió de vigilancia mutua en la madrugada del viernes fue la quema de cinco contenedores frente a los viveros situados en Los Cortijillos, un hecho originado por quienes trabajan para los narcotraficantes para desviar la atención sobre ellos.
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