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A Corzo, un guardia civil imprescindible

In memoriam

Jesús Fernández Corzo. / E.S.
Francisco Guerrero
- Presidente de la Hermandad de Antiguos Cabalelleros Legionarios del Campo de Gibraltar

10 de diciembre 2019 - 21:39

Nacido en La Línea de la Concepción un día de esos en los que le da por nacer a las buenas personas, con pocos años ya estaba correteando por la Comandancia de la Guardia Civil en Algeciras, rodeado de verde y negro, de uniformes y tricornios, jugando y aprendiendo valores y vida en vena.

De adolescente empezó parando balones con el equipo Duque de Ahumada y algo más tarde, con el Mirador. Eran buenos tiempos, lo verde le atraía y, como no podía ser de otra manera, terminó ingresando en la Academia para salir por la puerta grande como los buenos toreros: un guardia civil de categoría, profesional y noble a partes iguales, lo que lo acompañaría el resto de su vida. Tuve el honor de conocerlo a través de grandes amigos como David Carrío, Paco López, Francisco Villanueva y Joaquín Delicado. Gracias a ellos descubrí su figura, su trayectoria, su sombra alargada de buenos actos y firmeza cuando debía. No nos quedó otra que nombrarlo Socio de Honor de nuestra humilde Hermandad de Antiguos Caballeros Legías. Todo un lujo, que quede claro. Costalero del Palio de la Soledad acompañando al Santo Entierro, su familia –qué puedo decir de ella, me faltan palabras hacia sus padres, hermanas, sobrinos– es todo dedicación, amor, buen hacer, constancia, cariño, dosis de vida e ilusión,de esperanza. Si no nombro a alguien más es que no tengo que nombrarlo, quid pro quo, o lo que significa en el lenguaje de Cervantes “algo por algo”.

Jesús Fernández Corzo, grande hasta en tu ultimo gesto, regalaste vida con tus órganos a otras personas que lo necesitan, en la despedida, que no el final,con un par de cojones, los mismos con los que luchaste contra esa hijoputada de la ELA.

Por tu ejemplo de lucha y esperanza, como sentenció Bertolt Brecht: “Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles”. Tú eras de esos, de los imprescindibles. No te has ido, porque nunca te fuiste ni te irás.Dejaste sembrado algo en nuestros corazones, ese espíritu de lucha, de constancia, de sufrimiento y de coraje.

Como reza nuestro Credo: “Jamás un legionario dirá que esta cansado hasta caer reventado...”. Tu uniforme y el nuestro, verdes, iguales, como la esperanza, como nuestras creencias. Hubieses sido un buen legionario,pero fuiste un gran guardia civil y mejor persona, amigo de tus amigos. Te honra, te honramos, compañero,desde el primero al último.

Tu apellido seguirá presente en todas las carreras, los 101, la desértica, la cuna, la africana, etcétera, porque hay una semilla plantada por esos que tú bien conoces, más cabezones que tú, que hacen que cada día nos sintamos orgullos de ti, y que hoy no lloramos por que te fuiste, si no por que tuvimos la suerte y el honor de haberte conocido. Como dice tu hermana Miriam: “Vuela alto, Nene”.

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