En busca de un Tratado internacional

La CE y Reino Unido esperan cerrar el acuerdo sobre Gibraltar tras el Brexit "antes de fin de año"

  • La UE espera una respuesta de Londres a su propuesta durante la décima ronda de negociación para desatascar las conversaciones 

  • "Aún queda mucho por discutir", afirma el secretario de Estado español para la UE, Pascual Navarro

La Aduana de La Línea y Gibraltar.

La Aduana de La Línea y Gibraltar. / Erasmo Fenoy

Dos años y medio después de que comenzara la negociación para fijar la relación de Gibraltar con la Unión Europea (UE) tras el Brexit, los equipos de la Comisión Europea (CE) y de Reino Unido esperan celebrar antes de fin de año una décima ronda de conversaciones que desatasque el esperado tratado internacional para derribar la Verja y crear una zona de prosperidad con la comarca.

En el mejor de los escenarios, esa reunión (que se celebrará en territorio británico, previsiblemente en dos jornadas) servirá para dar paso a la confección de un primer borrador. En el peor, las dos partes (o una de ellas) darán por zanjada la negociación sin haber alcanzado un acuerdo, para lo que se preparan tanto Reino Unido como Gibraltar desde hace meses.

"Ya está todo encima de la mesa y la negociación tiene que concluir. Efectivamente tenemos que llegar a un acuerdo, lo lógico es antes de fin de año; es lo que confiamos todos", ha expresado a la prensa en Bruselas el secretario de Estado para la UE, Pascual Navarro, a su llegada a una reunión de Asuntos Generales de la UE en donde los Veintisiete repasarán el estado de las relaciones con Reino Unido tras el relevo en el Gobierno británico, informa Europa Press.

Navarro ha defendido que "no hay ningún punto bloqueado" en las negociaciones y que en la última ronda de contactos que tuvo lugar en Bruselas hace una semana permitió a los europeos presentar una propuesta de acuerdo "que está encima de la mesa".

"Es un texto largo y complejo porque afecta a todos los aspectos de las relaciones con Gibraltar", ha señalado Navarro, para explicar que aún quede por delante "mucho que discutir" a nivel técnico pero que ello no implica falta de avances para el acuerdo final.

"Ahora se inicia la negociación de las comas y eso llevará un poco de tiempo, pero la propuesta ha sido ya suficientemente explicada y confiamos en que la negociación avance rápido", ha recalcado el secretario de Estado para la UE.

Preguntado sobre las posibilidades de acuerdo de aquí a diciembre, Navarro ha precisado que para que el acuerdo entre Reino Unido y la Unión Europea vea la luz son necesarios aún "arreglos administrativos prácticos" que están por definir y que tienen que ver con el papel de Frontex en el control fronterizo del paso de Gibraltar a España, en tanto que frontera exterior de la UE.

Más optimista todavía fue el miércoles la secretaria de Estado de Comercio del Gobierno español, Xiana Méndez, quien avanzó que el acuerdo entre la Comisión Europea y Reino Unido sobre Gibraltar está cercano después de haber hecho importantes progresos en la negociación. 

Los días 10 y 11 de noviembre se llevó a cabo en Bruselas la novena ronda de negociación, que había sido aplazada por la muerte de Isabel II y, como es habitual, ninguna de las partes se pronunció acerca de si se habían producido avances significativos. La discreción que exige la diplomacia en estos casos no evita que haya trascendido que las conversaciones están estancadas desde enero en cuestiones como la aplicación de impuestos, la gestión del paso fronterizo y el papel de la base militar de la Roca. Tanto es así que nadie niega que todavía existe la posibilidad de que la negociación fracase. Una amenaza terrible después de que ambas partes hayan alcanzado un consenso en gran parte de los puntos (aproximadamente un 90% de los 300 artículos que compondrían el futuro tratado). 

A esto se refirió el miércoles el ministro de Exteriores británico, James Cleverly, cuando afirmó durante una comparecencia en la Cámara de los Comunes ante el Comité de Escrutinio Europeo que queda "un número relativamente pequeño de cuestiones pendientes en las negociaciones del tratado sobre la futura relación de Gibraltar con España y la UE". Lo que no dijo es la importancia tan grande de lo poco que queda.

Pascual Navarro (derecha), con los secretarios de Estado de Irlanda (Thomas Byrne) y Alemania (Anna Luehrmann)este viernes en Bruselas. Pascual Navarro (derecha), con los secretarios de Estado de Irlanda (Thomas Byrne) y Alemania (Anna Luehrmann)este viernes en Bruselas.

Pascual Navarro (derecha), con los secretarios de Estado de Irlanda (Thomas Byrne) y Alemania (Anna Luehrmann)este viernes en Bruselas. / Efe

El pasado día 11 de noviembre, el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, confirmó tras reunirse con el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, que Reino Unido tiene ya sobre la mesa una "propuesta" para cerrar el acuerdo a la que sigue sin responder. "Ahora le toca a Reino Unido terminar el diálogo con la Comisión Europea", dijo. "Nosotros tenemos la mejor voluntad y una propuesta global al respecto, es necesario que Reino Unido lo acepte", apostilló. 

"Ahora le toca a Reino Unido terminar el diálogo con la Comisión Europea. No estamos en un estadio distinto, llevamos mucho tiempo hablando y ha habido parones por el COVID, los cambios de Gobierno en UK, pero probablemente en estos momentos es cuando encontramos voluntad política por ambas partes para avanzar. Quiero ser positivo hoy porque es el estado en que se encuentran las cosas", continuó.

"La Comisión tiene un mandato, pero hay que dotar de contenido al acuerdo y hay que discutir distintos puntos y estamos en un momento en el que he pedido que se intensifiquen los contactos y se pueda empezar a redactar", concluyó.

La Comisión Europea y Reino Unido comenzaron a negociar hace dos años y medio el tratado internacional sobre Gibraltar inspirado en el acuerdo político alcanzado por los gobiernos de España y Reino Unido en la Nochevieja de 2020. Aquella primera ronda negociadora de junio de 2020 llegó seis meses después porque ese fue el tiempo que empleó la CE para adoptar las directrices que regirían las conversaciones, siempre situadas al margen del eterno debate sobre la soberanía del Peñón. 

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