Ceuta no enviará agua a otras ciudades

La moción presentada por el Grupo Parlamentario Socialista en el pleno celebrado el jueves y que contó con la aprobación de todo el arco parlamentario sobre la posibilidad de enviar agua a distintas zonas de nuestro país que tenga deficiencias en estos momentos, siempre que no se ponga en riesgo el abastecimiento a nuestra ciudad, es inviable desde todos los puntos de vista. La razón primordial se basa en que el noventa por ciento del consumo de agua en Ceuta se basa en medios técnicos y, por tanto, con posibilidades de cualquier avería o mantenimiento que se deba efectuar.

Estamos hablando de la planta desaladora que, ahora mismo, está al cien por cien de su producción y proporciona veintidós de los veintiocho mil metros cúbicos que se necesitan para garantizar la situación diaria de abastecimiento.

Porque, incluso, en su argumentación, la propia portavoz socialista llegó a defender que, ahora mismo, además de los embalses que se encuentran casi al cien por cien de su capacidad, estaba en camino la ampliación de la propia planta desaladora.

Pero esta cuestión no estará solucionada, al menos, hasta dentro de dos años, porque hace unos días ha sido cuando la Administración General del Estado ha adjudicado las citadas obra a una unión temporal de empresas. En distintos medios especializados en el abastecimiento de aguas ha causado sorpresa la aprobación de esta moción de urgencia por parte del pleno de la Asamblea autonómica.

En todo caso, especifican que se puede entender como una muestra de solidaridad de Ceuta con las zonas más necesitadas de nuestro país, en estos momentos, por la escasez de agua, pero no más allá.

Una solidaridad por escrito de una población que, hasta hace muy poco, tenía restricciones de manera diaria y que todos los veranos debía contar con un buque aljibe para transportar agua en la época de estiaje.

Decíamos antes que Ceuta necesita, de forma diaria, veintiocho mil metros cúbicos, de los cuales veintidós mil salen de la planta desaladora al cien por cien de su rendimiento.

Los otros seis mil metros cúbicos son desembalsados de los pantanos del Renegado y del Infierno, junto con otra dificultad añadida como es que la denominada época de estiaje ya ha comenzado. Normalmente, los cálculos para la época de falta de lluvia se centran entre los meses de abril a octubre, ambos incluidos, donde la pluviometría, salvo circunstancias excepcionales, no existe.

Ahora mismo, los dos embalses ceutíes están a un nivel que no era conocido, por lo menos, desde hace diez años, pero son unas reservas absolutamente necesarias para una ciudad como la nuestra, no solamente por ese desembalse diario, sino también porque no habrá posibilidad de nuevo almacenaje hasta dentro de medio año, sumando incluso esa perspectiva que nunca se puede abandonar de una posible avería en alguno de los módulos de la desaladora.