Campo de Gibraltar

El Campo de Gibraltar recibe el acuerdo del Brexit con satisfacción y prudencia

  • El pacto entre Reino Unido y la UE aleja el fantasma de una salida salvaje de la Verja

  • Si Westminster lo aprueba, entrarán en vigor el Tratado Fiscal y los memorandos

  • Un fracaso de Johnson en el Parlamento le obligaría a pedir otra prórroga

Dos personas se disponen a entrar en una oficina electoral de Gibraltar este jueves.

Dos personas se disponen a entrar en una oficina electoral de Gibraltar este jueves. / Erasmo Fenoy

El Campo de Gibraltar recibió con tanta satisfacción como prudencia el anuncio de un acuerdo para una salida pactada del Reino Unido y el Peñón de la Unión Europea. La satisfacción deviene de que el consenso alcanzado en Bruselas aleja el temido fantasma de un Brexit salvaje este mismo 31 de octubre. La prudencia, de que el acuerdo aún debe superar un escollo nada duro de roer: Westminster. Boris Johnson, primer ministro de Reino Unido, llegará el próximo sábado con el pacto bajo el brazo al Parlamento británico, pero eso es lo mismo que hizo su predecesora, Theresa May, tres veces. En todas se estrelló y el asunto le costó el puesto.

Al exalcalde de Londres lo espera además de uñas el norirlandés Partido Democrático Unionista (DUP), su socio de Gobierno, que ya ha anunciado su oposición al acuerdo, fundamental para que salga adelante.

Johnson requiere un respaldo de los comunes que por ahora no tiene. Necesita apoyos dentro del partido Laborista para cubrir los que se lo nieguen entre sus compañeros conservadores.Que los habrá, porque a algunos les parece duro (los europeístas) y a otros blando (los brexiters). Se calcula que entre unos y otros serán doce. Además les hace falta el DUP para llegar a los 320 votos que necesita.

Si el Parlamento británico aprueba el acuerdo se allanará el camino para la entrada en vigor de los memorandos y el Tratado Fiscal pactados entre España y Reino Unido para regular la relación del Campo de Gibraltar y el Peñón en el periodo de transición. Es decir, se amortiguará el impacto negativo que se da por hecho que el divorcio tendrá en la comarca. Aunque con fecha de caducidad, porque en el tiempo que irá desde el 31 de octubre hasta finales de diciembre de 2020 ambas partes tendrán que volver a sentarse para diseñar una nueva relación comercial, esta ya definitiva. Y en ese momento, España estará en condiciones de realizar nuevas exigencias, ya que conservará el derecho a veto que le otorgaron los Veintisiete en diciembre de 2018, cuando incluyeron en el acuerdo una declaración para aclarar el alcance territorial de futuros pactos sobre Gibraltar:“Sin perjuicio de las competencias de la Unión y en total respeto con la integridad territorial de sus Estados miembros como garantiza el artículo 4 (2) del Tratado de la UE, los acuerdos separados requerirán un acuerdo previo de España”.

Si el Parlamento británico rechaza el próximo sábado el acuerdo, Boris Johnson se verá obligado por ley a pedir una prórroga que no le hace ninguna gracia, pero en cualquier caso la opción de un Brexit duro se verá disuelta ya que el proceso entrará en un proceso distintos en el que el reloj volverá a ponerse a cero.

El alcalde de La Línea, Juan Franco, expresó esa “cautela”, aunque también la confianza en que permita una situación de normalidad en su mayor preocupación: el paso fronterizo con Gibraltar.

En un comunicado, el alcalde manifestó su deseo de que “reine la cordura” para que el Parlamento británico ratifique el acuerdo y consideró que la “consecuencia más importante” es que está más cerca la aplicación de los protocolos firmados sobre la situación en la comarca. Con ello se garantizarían, a su juicio, las demandas de “mantenimiento del statu quo en la Verja, es decir, la “permeabilidad” en el paso.

A la espera de la ratificación definitiva del acuerdo, Franco cree que “la normalidad puede seguir reinando de cara al futuro, con garantías para los ciudadanos de ambos lados de la frontera”, que cruzan diariamente unos 10.000 trabajadores españoles.

El alcalde de Algeciras (Cádiz), José Ignacio Landaluce, afirmó que espera que “lo que sea sensato y lo menos dañino posible, sea refrendado en los parlamentos”, aunque no ocultó que convicción en que “lo mejor sería una patada hacia delante, una prórroga a largo plazo”.

El regidor manifestó que “en un tema tan complicado para todos como es el Brexit, que haya cuatro memorandos firmados entre España y el Reino Unido, y ahora un posible acuerdo entre las dos partes, hace tener más posibilidades de buscar algún tipo de pacto que sea lo menos dañino posible por esta situación provocada por los ingleses”.

El embajador de Reino Unido en España, Hugh Elliott, saludó el acuerdo como una noticia “positiva” que dará “más tranquilidad” a los trabajadores del Campo de Gibraltar, ya que se abre un periodo de transición en el que todos los derechos siguen garantizados, uno de los “muchos motivos” por los que querían “una salida con acuerdo”.

Elliott considera el trabajo realizado ha llegado “a buen puerto”, por lo que se felicitó por ello y opinó que ahora hay que ir “al próximo paso”. Además, resaltó la comunicación “muy fluida” de Reino Unido con el Gobierno andaluz para abordar el Brexit y garantizó que seguirán hablando, ya que la Junta ha puesto en marcha “unos preparativos muy extensos e importantes para asegurar que todo sea lo más positivo posible” después de la salida de la UE.

El Grupo Transfronterizo, entidad que integra a la patronal y los sindicatos delCampo de Gibraltar y elPeñón, invitó a recibir el acuerdo con “cautela”, aunque “se le va viendo un poco de luz a este largo y tortuoso proceso del Brexit”, dijo su portavoz, Lorenzo Pérez Periáñez.

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