Real Balompédica Linense

La Balona afronta una ambiciosa remodelación de su cantera

  • El club está decidido a coordinar los equipos que lleven su nombre, sin menoscabo de que el Zabal siga siendo su filial

  • La conducta de sus futbolistas y del entorno, uno de los asuntos que preocupa a la entidad

El juvenil de la Real Balompédica, que el domingo ganó la Ibercup

El juvenil de la Real Balompédica, que el domingo ganó la Ibercup

La Real Balompédica Linense de Andrés Roldán tiene sobre la mesa un plan para cambiar el actual proyecto de cantera. El club quiere asumir la coordinación de sus propios equipos de base, sin que, necesariamente, eso suponga desligar al Atlético Zabal de su condición de filial. Roldán concede una gran importancia a la formación y de hecho en el perfil del técnico que busca (o que ya tiene virtualmente cerrado) su director deportivo, Alberto Achirica, la cualidad de abrir la puerta del primer equipo a chavales que procedan de la categorías inferiores es una de las características que están siendo (o ha sido ya) valorada por los albinegros.

La Balona afrontará una nueva etapa en lo que a su cantera se refiere. En el curso que acaba de terminar la entidad que presidía Raffaele Pandalone solo tenía un control directo sobre el filial senior. Un conjunto que a pesar de llevar a cabo incluso un relevo en el banquillo (Enmanuel Sánchez relevó a Álvaro Riodríguez) finalizó en la décima plaza del grupo gaditano de Segunda Andaluza, a diez puntos de los puestos de ascenso. Si no fue un fiasco, se le pareció bastante.

En las categorías de formación (juveniles, cadetes...) había casos en los que competían equipos con la denominación de Real Balompédica, pero la realidad es que su gestión y la determinación de sus entrenadores y plantilla correspondía al Atlético Zabal, para cuyo presidente, por cierto, tuvo palabras de agradecimiento Raffaele Pandalone en el discurso en el que anunció su salida de la Balompédica.

La intención de los nuevos responsables del club ahora es bien diferente. El proyecto es que los equipos que lleven el nombre de la Balona sean dirigidos por la propia Balona y que sea a ésta a la que le correspondan  las decisiones en cuanto a su composición y cualquier otro aspecto.

El manual de instrucciones que ya circula por los diferentes testamentos del club exige que los futbolistas que integren esas plantillas no solo acrediten una condición futbolística destacada (el objetivo es que a corto/medio plazo la Balona sea un equipo destacado en las categorías en las que milite), sino también un comportamiento adecuado y, en último extremo, hasta una condición académica aceptable.

Aunque ninguna medida garantiza 100x100 que se puedan evitar, la Balompédica va a tratar por todos los medios de que su nombre no se vea mezclado con incidentes como los que la temporada pasada se produjeron con su equipo prebenjamín en Palmones (Los Barrios) el pasado mes de abril, cuando el padre de uno de sus jugadores agredió a un colegiado menor de edad.

El primer paso de este ciclo llegará muy pronto. Cuando el club dé a conocer los nombres de los chavales que formarán parte del equipo de Segunda Federación con la condición de sub-23 y cuáles intentan ganarse una plaza durante la pretemporada.

El curso pasado ya debutaron y ofreciendo un nivel más que aceptable algunos tan destacados como el tarifeño Adrián Galindo o el granadino Fer García, sin olvidar a Javi Méndez, que lo había conseguido dos temporadas atrás o al también linense José Carlos, que se ejercitó con frecuencia con los dos últimos técnicos que dirigieron al equipo en Primera Federación (Rafa Escobar y Víctor Basadre) e incluso llegó a formar parte de alguna convocatoria.

Son tiempos de cambio en la Balona. Y los cambios llegan a todos los escalafones.

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