Real Balompédica | Primera RFEF

A un paso de la Gloria

  • La Peña Balona homenajea el viernes a la plantilla que jugó la liguilla de ascenso a Segunda en 1992

  • Comandada por Baby, peleó con Girona, Salamanca y Villerreal tras acabar cuarta la fase regular

Una formación de la Balona en la temporada 1991-92

Una formación de la Balona en la temporada 1991-92

El próximo viernes día 17, a las 20:30, la Peña Balona acogerá un acto homenaje a la plantilla de la Real Balompédica Linense que en la temporada 1991-92, es decir hace nada menos que treinta años, participó en la fase de ascenso a Segunda división. Solo una vez, en la andadura 2011-12, lo ha vuelto a hacer desde entonces. El guardameta José Salvador Requena y el delantero Manolo Ahumada, santo y seña de aquella plantilla gobernada por Gabriel Navarro Baby, encarnarán al vestuario de aquel logro, que podrá ser visualizado gracias a un vídeo elaborado por el informador Tony López que lleva por título A un paso de la Gloria. Todos los balonos, que es lo mismo que decir todos los linenses, están invitados a la sede de la Peña, en la calle Clavel de La Línea.

La Peña Balona, que desde que Julio Vega asumió la presidencia ha conseguido convertirse en la casa de todos los balonos, conmemora este viernes lo que la propia entidad define como “una hazaña”. “Es nuestra humilde felicitación al equipo que desde 1968 estuvo más cerca de la gloria que todos los balonos soñamos”, recalca la convocatoria.

Treinta años han pasado desde que la Balona se cruzó con Girona FC (que estos días pelea por volver a Primera), UD Salamanca (ya desaparecido) y el ahora europeo Villarreal FC en una inolvidable fase de ascenso. Un periodo en el que club ha vivido todo tipo de vicisitudes, incluidos de todo tipo, ascensos a Segunda B, descensos a Tercera y cuatro veranos marcados por la posibilidad de una pérdida de categoría -e incluso la desaparición- por impagos. Algo que ahora se antoja muy lejano.

En aquella campaña la Balona logró el pasaporte para optar a la segunda categoría del escalafón nacional el miércoles 13 de mayo de 1992 y el encuentro en el que lo hizo efectivo tiene su particular intrahistoria. Los albinegros deberían haber disputado su compromiso de la trigésimo quinta jornada con el CD Badajoz en el Municipal el sábado dos de mayo. Aunque la memoria popular insiste en que el duelo fue suspendido por la lluvia la realidad es que hacía una tarde bastante apacible.

La realidad es que árbitro designado era el tinerfeño Morales Yanes, al que el Comité Nacional citó por error para el domingo, con lo cual viajó el mismo sábado a las 14:00 desde las Islas Canarias, pernoctó en Marbella… y supo de la suspensión el domingo por la mañana a través de la prensa. No existían entonces ni móviles, ni Twitter, ni grupos de mensajes ahora absolutamente al uso, que le hubiesen sacado de su error y que casi con un 100% de certeza hubiesen evitado el aplazamiento.

La Federación Española, presidida entonces por Ángel María de Villar, designó como fecha el 13 de mayo, por cierto desoyendo la petición de la entidad de La Línea para que lo aplazase al día siguiente con el argumento (que, la verdad, ahora suena un tanto peregrino) de que el miércoles ofrecían por televisión el partido de vuelta de final de la Copa de la Uefa que disputaban Ajax y Torino.

El sábado día nueve la Balona empató en Mérida con el Extremadura (1-1) un resultado que abría las puertas de la fase de ascenso a ambos conjuntos y el miércoles, a partir de las 21:30 horas, llegó por fin el partido tan esperado. La recaudación ascendió a 1.260.000 pesetas (7.572 euros), una cifra nada desdeñable, teniendo en cuenta que por esas fechas Peugeot anunciaba que su turismo último modelo salía al mercado por 1.330.000 (7.813 euros). Los linenses, que venían de enlazar una mala racha de marcadores, lograron el triunfo por un gol a cero merced a un tanto del jugador de Tarifa Juan Hoyos ante un rival directo por obtener el pasaporte.

La Balompédica acabó en cuarta posición la fase regular en el grupo IV de la ya extinta Segunda B, por detrás de tres equipos que, al menos con aquellas denominaciones, ya no existen al día de hoy: Atlétco de Marbella, CF Extremadura y CD Badajoz. Se quedaron a las puertas otro conjunto extinguiodo, el Poli Ejido, y el Recreativo de Huelva.

El conjunto linense participó en una liguilla (jugada como tal, todos contra todos y no por los rocambolescos inventos al uso) en cuyo grupo B coincidió con la UD Salamanca , el Girona y el Villarreal. Los precios de las entradas (4.000 pesetas -24 euros- en Tribuna  y 1.500 -nueve euros- en los aún existentes fondos de gol) y de los abonos (10.000 en tribuna -60 euros- y 7.500 -45- en preferencia) levantaron una ola de protestas que derivó en que la presencia de aficionados en las gradas no fuese la que ha caracterizado al club en cada uno de sus momentos cenitales.

Los que entrenaba Gabriel Navarro Baby (con su inseparable Argimiro Márquez como fiel escudero) mantuvieron opciones matemáticas hasta la última jornada de la liguilla, pero, paradójicamente, fueron últimos de grupo, mientras que el Villarreal dio el salto de categoría al vencer en la última jornada 1-2 en el Municipal. Los albinegros, previamente al doble enfrentamiento final con los castellonenses, cosecharon una polémica derrota en Salamanca (2-0), vencieron al Girona (2-0), perdieron en Montilivi (4-1) y vencieron a los charros en el Municipal (1-0)

La realidad es que, de facto, los linenses habían dejado escapar sus opciones en la penúltima jornada en El Madrigal, con una derrota por la mínima en medio de una fuerte polémica por un gol anulado a Francis Cabral que, casi con total seguridad, no llegó precedido de fuera de juego. La jugada se produjo apenas cuarenta segundos antes de que Adriano hiciese el uno-cero para los amarillos. La prueba de que todo el mundo daba por terminada la liguilla para la Balona es que el entonces alcalde, el socialista Salvador Pagán, bajó a vestuarios a dar la enhorabuena a los futbolistas por su temporada, en la que Manuel Monteagud se había visto obligado a renunciar a la presidencia en beneficio de Paco Becerra.

Pertenecieron a aquella plantilla o participaron en algún encuentro de forma puntual: José Salvador Requena (que fue traspasado al Real Betis) y Miguel Rivas (porteros); José Manuel García, Ramón Pavón, Juan Hoyos, Juan Arias; Feliciano, Antonio, José María Elorduy, Javier Umbría, Manolo Ahumada, Manolo Mesa, José Pedro, Saborido, Francis Cabral, Francis Navarro, Juan Carlos, Alberto Torremocha, Armando, Chema Serna, David Rico, Julio Medina, Miguel Ángel, Antonio Durán, José María Casasola, Javi Berrocal, Manolito, David Anillo, Sebas, Javi, Mairena y Ledesma.

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