Real Balompédica Linense

Calma chicha en la Balona

Raffaele Pandalone, en el estadio Municipal

Raffaele Pandalone, en el estadio Municipal / Erasmo Fenoy

La Real Balompédica Linense y todos sus incondicionales están sumidos en una tensa, muy tensa espera. Los propietarios de la entidad, Raffaele Pandalone y Andrés Roldán están “realizando gestiones” para que el equipo de La Línea tenga “el mejor proyecto posible” la próxima campaña en Segunda Federación. En estos momentos no existen negociaciones como tales con terceros, porque no hay ningún grupo que haya dado un paso adelante para adquirir la entidad. Nadie ha hecho una oferta en firme. La situación puede dar un vuelco en 24 horas, pero ahora mismo es lo que hay.  La rueda de prensa con el fin de aclarar términos, anunciada para esta semana, tiene toda la pinta de aplazarse a después del domingo.

El descenso no es lo peor que le ha pasado a la Balona en las últimas semanas. A fin de cuentas no deja de ser una situación deportiva subsanable en apenas once meses. Lo grave es la sensación de desamparo que emana el propio club, en el que algunos [muchos] de sus empleados, llevados por la incertidumbre, dan por hecho que su vinculación está a punto de expirarse. Y al tiempo los hinchas se preguntan qué será de la Balompédica.

Las oficinas de la entidad están llenas de semblantes serios, que se acompañan con esa [exagerada] sensación apocalíptica que produce el acopio de material deportivo y de oficinas en los contenedores y la quema de otro en bidones colocados exprofeso para aliviar el desplazamiento temporal de las oficinas aún no se sabe a ciencia cierta donde.

Y es que la Preferencia está a punto de ser derriba y no puede quedar nada en sus entrañas. De hecho contrasta la falta de actividad de puertas para adentro con la intensa labor que, ajenos a ello, llevan los operarios para seguir adelante con la remodelación del estadio.

La realidad es que aunque se asomaron algunos nombres (el del exfutbolista Gonzalo Castro o el de Mike Garlick, expresidente del Burnley) al día de hoy Pandalone y Roldán no tienen una oferta sobre la mesa. Así que tras mantener una reunión a comienzos de esta semana, trabajan en “buscar soluciones” para que la Balona 2023-24 tenga “el mejor proyecto posible”. Con toda la dificultad que eso entraña.

Entre las muchas cábalas que manejan los dos empresarios y sus más directos colaboradores está la posibilidad de que Pandalone siga siendo el presidente del club, por mucho en que este no se canse de repetir a todo el que quiere oírle que ha llegado el momento de que dé “un paso al lado”. Pero claro, sin que eso suponga dejar la Balompédica a su suerte. Están en riesgo la propia sociedad deportiva y la mayor parte del patrimonio personal del empresario romano.

Con la Balompédica en la cuarta categoría del escalafón nacional está claro que sería imprescindible la reducción de su estructura, económicamente insostenible cuando los únicos ingresos garantizados apenas rondan los 600.000 euros.

El club, que posiblemente se precipitó un poco (o bastante) había anunciado una rueda de prensa para la presente semana, sin especificar una fecha. El devenir de los acontecimientos parece indicar que lo más probable es que se aplace sine die porque la intención de los propietarios es comparecer cuando puedan ofrecer algo sólido a la afición. Y, al menos de momento, no parece que ésa sea la situación.

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