El entrenador de la Real Balompédica, Antonio Calderón, ha dejado dos mensajes claros desde que desembarcó en el conjunto de La Línea el pasado 16 de diciembre: por un lado que no le tiembla el pulso para prescindir de cualquier jugador o para recuperar a uno que parecía defenestrado. Y por otro, una enorme versatilidad a la hora de utilizar los diferentes dibujos tácticos de su arsenal.

Calderón ya demostró su mano de hierro antes de que finalizase el mercado de invierno. Después de darle una oportunidad tanto a Kaya como a Tito Malagón, a los que alineó como titulares, solicitó al club que prescindiese de ellos para la segunda vuelta. El primero llegó cedido al Córdoba B para completar su formación; el segundo hizo oficial este mismo martes su incorporación al Orihuela.

Desde entonces ha vuelto a dejar claro que no hay intocables. Uno de los capitanes, Carrasco, pagó no solo con la suplencia, sino incluso sin estar en la convocatoria, los seis goles encajados por la Balompédica en Murcia ante el UCAM y en Don Benito. Sin embargo el domingo regresó al eje de la retaguardia, y además a un nivel notable.

El algecireño Tomás Sánchez –que hasta ese momento era el segundo jugador de campo con más minutos en el césped– vio el encuentro de Marbella de la última jornada desde la grada tras su desafortunada tarde en Cartagena. También se cayó del once Santi Luque, que había llegado al plantel con la bendición del propio Calderón lo que, a la vista está, no le posiciona como titular incuestionable.

El míster, sin embargo, demostró en el caso Moussa saber cuándo es necesario flexible. El futbolista llegó a negociar su salida del club en el mercado invernal pero la entidad y el centrocampista acordaron que continuaría en el vestuario. Lejos de considerarle un figurante, el entrenador incluso le ha concedido la titularidad en partido tan relevantes como el de la visita al líder.

De los tres mediocentros a los tres centrales

El técnico gaditano une a esa decisión manifiesta de rotar efectivos una enorme capacidad para adaptar su dibujo  por un lado a las necesidades del equipo en virtud del contrincante y por otro, a los efectivos con los que ha podido ir contando jornada tras jornada por diferentes circunstancias.

El entrenador balono recurrió al trivote en el centro del campo en el encuentro en San Fernando de su debut, que saldó con victoria, pero después se ha mostrado parte de jugar con solo dos mediocentros.

Arriba no ha dudado en colocar dos nueves que aportan un generoso esfuerzo en labores defensivas, pero en el partido en Cartagena solo alineó a uno, con Luis Alcalde de mediapunta. Y en Marbella recuperó a la dupla sin que este último saliese de la formación inicial.

Calderón se vio obligado a buscar una solución en defensa para la sangría de goles que estaba recibiendo su equipo en los desplazamientos. Así que se fue a la Costa del Sol con tres centrales y dos carrileros largos, una formación que no dudó en cambiar mediada la segunda parte para restañar el 1-4-4-2 tradicional.