(1-1) La Balona entusiasma

R. Balompédica - UD Almería | Pretemporada

Los de Calderón dejan una impronta de equipo solidario y trabajado e igualan con el Almería

Candela, que además marca, y Nacho Holgado, sobresalen en el buen nivel general

Chironi, Tato Díaz y Antoñito, en el grupo de los notables altos

Candela cabecea a la red el tanto del empate de la Balona
Candela cabecea a la red el tanto del empate de la Balona / RBL
Rubén Almagro

16 de septiembre 2020 - 18:46

Marbella/Puede que sea que seis meses sin un partido en directo por mor del maldito Covid-19 crean síndrome de abstinencia futbolística y la primera dosis balompédica conduce a un exceso de euforia. Igual es que el hecho de que la Balona le empate a un equipo de superior categoría -que además empieza a competir el próximo fin de semana- siempre ayuda a dejarse llevar. Lo mismo es que se había extendido una sombra de tanto [injustificado] pesimismo que por aquello del yin y el yang albinegro de repente todo se ve de color de rosa. Pero también puede que sea, sencillamente que, con las debidas reservas con las que siempre hay que analizar un encuentro de pretemporada, la Real Balompédica ofreció este miércoles en Marbella, ante la UD Almería (Segunda A) una imagen formidable como equipo. Tan sencillo como eso.

Luego, cada cual es libre de añadir al término equipo, con todo lo que eso implica, cuantos epítetos le apetezca: solidario, sólido, esforzado… Incluso subrayar, porque es de justicia, la labor de alguna individualidad. Pero que a una Balona en la que hay que consultar el nombre y el dorsal de casi todos los tocan el esférico porque ni se conocía de su existencia hace un mes y medio jugase como lo hizo ante un enemigo que aspira a ascender a Segunda A no es obra de ningún milagro. Entre otras cosas porque el fútbol no entiende de eso, sino de trabajo. De trabajo bien hecho. Tan injusto sería lanzar las campanas al vuelo por el primer [bueno, vale segundo] amistoso de preparación como lo eran los malos augurios que precedían hasta choque. Pero es que supo tan bien, el libro de ruta quedó tan a la vista que resulta casi imposible ahorrarse el elogio.

Después de 120 minutos no es mal consejo para los buenos balonos que se presten a sustituir las hasta el domingo (después algo menos) huérfanas colas de abonados por una actividad incesante en el club. Son solo 120 minutos, pero esta Balona desprende algo que invita a asegurarse una plaza entre los 800 que van a tener entrada en cada partido. No sea que luego lleguen los lamentos.

Vaya por delante que el Almería nunca logró hacer valer su condición de equipo de superior categoría. Una Balona bien plantada, que sabe a que juega y cual es el camino correcto para conseguirlo, no dudó a ratos en dejarle el balón, pero sin que eso se tradujese en nada efectivo.

Puestos a rebuscar en las notas, no vaya a ser que la reseña acabe por convertirse en una parodia de juegos florales, también hubo algún aspecto negativo. En el colectivo, que el equipo debe proyectarse con más prontitud en ataque. llegar más por las bandas. En el individual que anduvieron flojitos en el apartado defensivo Din Alomerovic y Koroma, que dieron muchas facilidades en el flanco izquierdo. Casi desapercibido Peque. Y Masllorens, que se sometía a prueba, tan impreciso como precipitado. No deja de ser esa necesidad de meter el dedo en la llaga. Tampoco es que ninguno de ellos merezca ser ajusticiado [futbolísticamente se entiende] al amanecer.

En el capítulo contrario, dicho y repetido que esta Balona está construida sobre un sentido colectivo del juego, se encuentra Paco Candela. Omnipresente. Hizo tantas cosas bien que hasta marcó el gol. Y a poco del final pudo hacer el segundo, pero igual ya hubiese sido un poco en plan abusón del recreo. A ese nivel o muy cerquita estuvo el canterano Nacho Holgado. El lateral diestro abandona a pasos agigantados el estado larva para constituirse en futbolista con galones. Lo mismo el dicho ese de que no hay linenses en el once inicial estará caduco antes de lo que muchos se piensan.

Tanto sería de recibo pasar por alto el sentido vertical del juego que aporta Cheroni, el incansable juego sin balón de Tato Díaz, las pinceladas exquisitas de Antoñito o la contundencia de Bryan Barrios que, ahí va el aviso, jugó de marcador central.

Con respecto al encuentro, el empate no se puede considerar del todo injusto, aunque el triunfo estuvo más cerca de los de La Línea.

Ya con el 1-1 el joven Jorge Jiménez hizo un paradón abajo que evitó que se adelantase el Almería. En el tramo final Candela falló la mencionada dentro del área pequeña y al poco Carrasco lanzó al larguero.

Como el resultado a estas alturas es lo de menos, lo importante, lo realmente importante, es que esta Balona salida de la nada invita la sonrisa, al optimismo. Que no es precisamente poco en los tiempos que corren. A ver si no tarda mucho en llegar el siguiente partido.

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