A los mandos de una furgoneta verde con su rostro estampado, camino de Granada. Esa fue la primera imagen de la campaña servida por Vox. No necesitará mucho más la candidata a la presidencia de la Junta, Macarena Olona, para recorrer Andalucía. Sí, a Santiago Abascal como teórico copiloto. Luego, en cada parada un pequeño atril y discursos a pie de calle.

El reto del 19 de junio va más allá de los resultados que obtenga la formación en la comunidad y su líder ha decidido sumarse siempre que pueda a la caravana de la aspirante. Luego, en cada parada, un pequeño atril y discursos a pie de calle, ninguno de los dos contempla por ahora someterse a las preguntas de los periodistas en campo abierto. 

"Salgo a ganar para que Andalucía gane". Primer mensaje, simple, y a bordo de un vehículo al que no le pesa el equipaje político. El programa electoral se resume en diez medidas y algunas tan genéricas como "impulsar la reindustrialización" , "defender el mundo rural" o "combatir el paro". Aunque, hasta ahora, su producto estrella es el punto número 3: "Luchar contra la inmigración ilegal y la creciente inseguridad en nuestros barrio y viviendas". 

El Real Madrid se trajo la Champions de París y Vox los asaltos que sufrieron decenas de aficionados por parte de jóvenes a la entrada y salida del campo de fútbol en la desestructurada comarca de Sant-Denis. España será dentro de unos años "lo que ahora se vive en Francia". "Una broma cuando convivan las bandas latinas con las africanas" y se disputen "la misma porción de pastel".

Almería es una provincia propicia para que Vox pronuncie este tipo de discurso y allí Olona, sin inmutarse, aseguró que en los últimos meses habían entrado 15.000 inmigrantes y que "un 35% de los delitos" los cometen ellos. "Los números no son fascistas son la realidad", enfatizó, pero no desveló de dónde los extrajo.

Oficialmente Vox, al menos a este medio, ha ofrecido unos datos escuetos sobre cómo será su campaña. Iván Espinosa de los Monteros, Jorge Buxadé, Javier Ortega Smith y el dúo principal ya citado se distribuirán las incursiones y los mensajes durante estas dos semanas. Igual aterriza Juan García-Gallardo el vicepresidente de Castilla León. Nada de mítines en centros culturales y deportivos en los que se pueda medir el número de asistentes.

Las citas en plazas o lugares públicos. Varios cientos de personas arremolinadas y de pie, miles en el recuento oficial del partido, y un paseo en loor de multitud con banderas españolas y abundante protección de fornidos guardaespaldas hasta llegar al pequeño escenario. Así al menos fueron las concentraciones celebradas en Málaga y Almería previas a la campaña, un modelo que han decidido repetir Y muchos selfies, que todavía están de moda entre el público asistente.

Algunos incómodos, como reconoció la propia Olona en una reciente entrevista en Esradio, como cuando algún propietario del móvil desliza indebidamente el brazo para conseguir una instantánea más cercana. La candidata explicó su técnica para frenar los avances indebidos. Eso sí, no tildó esos comportamientos de machistas quizá porque no es apropiado admitir que existan entre sus simpatizantes.

Olona es la figura más mediática de la campaña y los medios se multiplican para solicitarle entrevistas. De momento las ofrece a los más afectos. Esta misma semana dejó plantado a última hora a la agencia Europa Press, en sus tradicionales encuentros con los aspirantes a presidir la Junta. Oficialmente "problemas de agenda". Nadie quiere desvelar la cifra de invitados que se habían apuntado al desayuno. Vox siempre ha recelado de la prensa tradicional a la que en muchos casos le atribuye un maltrato por sistema.

Pero la cita Andaluza parecía cambiar las tornas. En Onda Cero participó en una tertulia al día siguiente de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas. La entonces diputada había estado en Francia para respaldar a la ultraderechista Marie Le Pen. Entonces aseguró que seguían vigentes las 19 medidas que en 2018 exigió Vox para respaldar la investidura de Juanma Moreno. En la próxima negociación, si se dan los números, no serán tantas. Sólo un decálogo, pero la diferencia es que ahora exigen entrar en el Gobierno.