Urbanismo concede la licencia para rehabilitar la Casa Millán de Algeciras y cierra dos décadas de abandono
El proyecto de Pryco 2025 permitirá construir 12 viviendas y recuperar la histórica fachada del inmueble
Una constructora compra la histórica Casa Millán para rehabilitarla y edificar 12 apartamentos con piscina
La Gerencia Municipal de Urbanismo del Ayuntamiento de Algeciras ha aprobado esta mañana la licencia para el proyecto básico de rehabilitación y obra nueva de doce viviendas en la Casa Millán, situada en la esquina de la Plaza Alta, junto a la iglesia de La Palma, y declarada en ruina desde el año 2007.,
El alcalde ha calificado la decisión como “una muy buena noticia”, al considerar que con ella “se pone fin a un conflicto urbanístico sobre el que este equipo de gobierno ha trabajado intensamente durante los últimos diez años”. El inmueble llevaba más de dos décadas abandonado y protegido por una malla, convertido en un símbolo de deterioro en pleno centro histórico.
La intervención permitirá avanzar en la recuperación integral del edificio, cuyo proyecto está impulsado por Pryco 2025, una constructora local recién creada que adquirió la propiedad este verano con el objetivo de levantar 12 apartamentos de uno y dos dormitorios, además de una piscina en el patio central, reconstruido siguiendo la distribución original.
La teniente de alcalde delegada de Urbanismo, Yessica Rodríguez, ha subrayado el trabajo desarrollado en los últimos años por el Ayuntamiento “con todas las herramientas legales disponibles” para evitar que el casco histórico siguiera acumulando inmuebles degradados. “Pretendemos revitalizar el centro ante la falta de vivienda. Es un trabajo colectivo que busca ofrecer soluciones efectivas a problemas históricos”, añadió Landaluce.
Con este paso, el Ayuntamiento confía en que la recuperación de la Casa Millán no solo rehabilite un edificio histórico, sino que reactive la actividad residencial del centro de la ciudad. En este contexto también se encuentra la Casa de los Enríquez, situada en la misma calle, en la esquina con Cristóbal Colón, que ha sido adquirida por Hawkins también para construir apartamentos turísticos.
Fuentes municipales consultadas en su momento destacaron que estos proyectos pueden actuar como “efecto llamada” para otros propietarios de fincas abandonadas, especialmente tras la creación del Registro Municipal de Solares y Edificaciones Ruinosas, donde la Casa Millán fue incluida en agosto.
Un edificio con valor patrimonial y una historia convulsa
La Casa Millán, catalogada con protección de grado 2 dentro del PGOU por su “notable interés arquitectónico”, conserva únicamente su fachada del siglo XIX. En ella tuvo su consulta el doctor José María Millán Bozzino, uno de los primeros radiólogos de Algeciras, y durante un tiempo albergó la administración de lotería El Gato Negro.
Las obras de rehabilitación de 2019 quedaron paralizadas tras un hallazgo arqueológico de gran relevancia: un pozo medieval del siglo XIII-XIV y restos de un patio islámico tardomedieval, considerados los primeros elementos arquitectónicos cristianos identificados tras la conquista castellana.
Desde entonces, el edificio encadenó licencias incumplidas, advertencias municipales y hasta diez multas coercitivas. En 2024, Urbanismo llegó a iniciar un procedimiento para obligar a los antiguos propietarios a construir o vender la parcela, sin descartar la ejecución subsidiaria.
En agosto, el Ayuntamiento aprobó definitivamente la inclusión de la finca en el Registro Municipal de Solares y Edificaciones Ruinosas, creado en 2023 para fomentar la rehabilitación urbana y acabar con la imagen de abandono que proyectan edificios degradados en la ciudad. La Casa Millán debía permanecer al menos un año en este registro antes de que puedan adoptarse nuevas medidas.
El inmueble, del que apenas se mantiene en pie su fachada original del siglo XIX, lleva más de dos décadas cubierto por una malla protectora. Las obras de rehabilitación, iniciadas en 2019 con la intención de construir nueve apartamentos y un espacio comercial, se detuvieron tras la intervención arqueológica obligatoria. Aquel verano se vació el interior del edificio y se estabilizó su fachada, pero los trabajos no avanzaron. Pese a las advertencias municipales, los propietarios no acometieron las obras de consolidación ni las tareas de conservación exigidas, alegando inviabilidad económica. Urbanismo impuso hasta diez multas coercitivas y suspendió la licencia de obra concedida.
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