Unas 300 personas hacen notar las demandas de los carteros de Algeciras

Alrededor de 300 personas participaron ayer en la manifestación convocada por el sindicato CGT y los carteros de Algeciras para reclamar la contratación de siete repartidores más para la ciudad. Acaba la que ya es la novena semana de paros diarios y la plantilla de Correos logró hacerse notar y llamar la atención sobre sus reivindicaciones.

En estas semanas los carteros han realizado con regularidad marchas por el centro y también convocaron una concentración en la Plaza Alta a la que la ciudadanía no terminó de responder. CGT organizó la manifestación con idea de dar la máxima visibilidad al problema del reparto en la localidad y llegaron delegados de Correos de este sindicato de diferentes puntos de Andalucía, como Málaga, Granada o Córdoba. Hasta estuvo en la comitiva un delegado de Las Palmas.

Además a la reivindicación se unieron diferentes grupos de trabajadores que también vienen demandando mejoras en sus situaciones laborales, como empleados de Algesa de la plataforma Paladina, representantes de los limpiadores del hospital, miembros del 061 o también representantes de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Por momentos pareció una suerte de mini primero de mayo.

Hay que añadir a los ciudadanos que también quisieron estar con los carteros. Se juntó el grupo de entre 250 y 300 personas, con tambores, bocinas, banderas y pancartas. Y se hicieron oír. La gente se asomaba por todo el recorrido. Algunos hacían fotos, otros hacían gestos de respaldo. En la partida se pudieron ver a concejales de PSOE, Algeciras Sí Se Puede y Ciudadanos, que testimoniaron así su respaldo a las demandas planteadas.

La marcha emprendió el trayecto desde la oficina del Secano, que ayer estuvo cerrada al igual que la de Radio Algeciras con motivo de las movilizaciones. Subió hacia Blas Infante, tiró por Sevilla y dobló por Rocha para ir por la calle Ancha. También apareció por Convento, se dio una vuelta por el mercado y regresó por Virgen del Carmen y el Paseo del Río de la Miel.

El grupo -un enjambre amarillo avanzando por las calles por la indumentaria de los trabajadores y las camisetas de ese color distribuidas- se detuvo frente al antiguo Ayuntamiento, en la calle Ancha, y aquello parecía la tamborrada de Calanda. En la reanudación se dedicaron gritos de "fuera, fuera" dirigidos al edificio de los sindicatos (UGT y CCOO no participan en los paros en curso) y se hizo una nueva parada frente al Ayuntamiento, en calle Convento.

Los manifestantes reclamaron al alcalde, José Ignacio Landaluce, que se viera con ellos, encuentro que no se produjo. Recriminaron al primer edil que como tal no haya mediado en resolver el conflicto y le instaron a interceder. A las puertas del Consistorio, a través de un megáfono y como si les estuviera oyendo, también le reprocharon que una moción aprobada por unanimidad en el pleno municipal de respaldo a los empleados de Correos que solicitaba un refuerzo de la plantilla solo se haya quedado en ese gesto. Los representantes de los carteros entonces aseguraron que se van a negar a repartir propaganda electoral e invitaron a Landaluce a entregar él la de su partido casa por casa.

Entre tanto salían por la puerta unos recién casados por lo civil y un hombre que se presentó como cartero jubilado se puso a cantar, anécdotas que también concitó la jornada. El sonido que se impuso fue el de proclamas como "illa, illa, illa, queremos más plantilla" o "Correos, escucha, carteros en la lucha".

Para cuando la comitiva llegó al mercado era ya más de la una y no quedaban tantos compradores, por lo que no hubo el caos que hubiera podido presumirse. En toda la manifestación, que duró aproximadamente dos horas y cuarto, no se registró ningún incidente. La Policía Local organizó en todo momento el tráfico.

La última estación intermedia reivindicativa, de duración más breve, fue ante la sede de la Administración General del Estado en la comarca, ya cerca de terminar en el que había sido punto de partida.

Desde la parada del Ayuntamiento solo habían quedado en la manifestación los empleados de Correos, en torno a 200. Y allí, al final, de nuevo ante la oficina del Secano, aconteció seguramente lo más relevante de la convocatoria. Los carteros de Algeciras contaron a sus compañeros de fuera que les habían insuflado ánimos y energía para seguir adelante porque nueve semanas erosionan, también al bolsillo. Y los carteros de fuera dijeron a los de Algeciras que se han convertido en un ejemplo para las plantillas de Correos de toda España.