Origen e historia de los espacios urbanos de Algeciras: El Secano (IV)
Observatorio de la Trocha
El patio de San José, construido en 1927 sobre una vaguada, fue un singular conjunto que imitaba la disposición de adarves medievales, aunque fue demolido por su difícil rehabilitación
Origen e historia de los espacios urbanos de Algeciras: El Secano (III)
En las anteriores entregas vimos como el importante espacio ciudadano conocido tradicionalmente como el Secano, una de las principales arterias de la ciudad, tenía su origen en la muralla medieval que ceñía el actual barrio de San Isidro. Y como durante la repoblación de Algeciras en el siglo XVIII permaneció como espacio plenamente rural, y que a principios del XIX era conocido como ronda del secano. Primero fue urbanizado en su acera Este, mientras que la Oeste lo fue mucho más tarde y principalmente por inversores foráneos, que ya no encontraron espacio en el barrio extranjero formado en la villa vieja. También vimos como la denominación de Secano quedó obsoleta tras la construcción del acueducto y poderse regar esas laderas, lo que dio lugar a un cinturón de huertas y jardines. Con el tiempo, esa ronda o camino extramuros se convirtió en la carretera Cádiz-Málaga, de lo cual se liberó la ciudad gracias a la nueva ronda de circunvalación.
Consideramos aquí que el verdadero Secano histórico parte de la rotonda conocida popularmente como “de la Cigüeña” y el tramo siguiente de Ruiz Zorrilla será tratado dentro de la entrega correspondiente a la plaza de Andalucía. La citada rotonda se sitúa frente a la entrada de los aparcamientos subterráneos de la plaza y en ella desembocan también la avenida de Blas Infante y la calle Salamanca. Ha sido tratada en una monografía de 2024, obra de Carmen Casado, Malgara García y Elena Trujillo, con el título Rotondas del Campo de Gibraltar, ¿Arte al Aire libre?, que pertenece a la serie Cuadernos del Instituto de Estudios Campogibraltareños y ha sido editado por la Diputación Provincial.
Este espacio urbano está ornamentado en su centro con un monumento consistente en un pilar revestido de mármol que soporta una lámina metálica trabajada para formar la silueta de una cigüeña al vuelo, con las alas extendidas y el cuerpo, cabeza y pico, estirados, imitando la clásica imagen del animal cuando se levanta del suelo. Esta escultura es un interesante trabajo de forja y es un icono que representa a la antigua fábrica de Celupal, que estuvo situada en el término de Algeciras a orillas del río Palmones, cuyos trabajadores solicitaron que fuera donada a la ciudad como agradecimiento al apoyo de esta en la lucha sindical que habían tenido.
En la acera de los impares, o sea con su frente al oeste o poniente, en el sector Ruiz Zorrilla y concretamente en la esquina entre el Secano y la Avenida de Blas Infante, se encuentra el Centro de Interpretación Paco de Lucía, que presenta su fachada trasera a la calle Teniente Miranda. El edificio fue levantado en 1931por el contratista Eladio Goizueta Díaz, Bajo la dirección y posible proyecto de Juan Villa Pedroso, Arquitecto Municipal en aquella época.
Fue el primer edificio de Higiene y Salud de Algeciras, contándose entre sus funciones la vacunación y determinados controles sanitarios. Aranda y Quiles, en su obra de 1999 Historia urbana de Algeciras, dicen de este inmueble: "Su ubicación, en un chaflán de la manzana, permitió al arquitecto idear una fachada amplia, que se adapta al ángulo con sucesivos planos".
Tras la citada función sanitaria y sustituido por edificios con más capacidad, durante muchos años alojó el retén de la Policía Municipal, trasladado hace pocos años al norte de la población, al antiguo Cuartel Militar de Automovilismo. El edificio del Secano ha sido intervenido a fondo con gran éxito para ser centro de interpretación del genial Paco de Lucía, constituyendo un importante elemento patrimonial para la ciudad, que con ello no solo hace justicia a uno de sus hijos, cuya figura tiene proyección mundial, sino que adquiere un notable elemento patrimonial que enriquece su oferta turística.
Como es preceptivo, se realizó una excavación arqueológica previa, saliendo a la luz, entre otros elementos, un sector de la muralla medieval que protegía el ángulo noroeste de la ciudad. Consideramos que debería estudiarse de nuevo una mayor visibilidad de las estructuras descubiertas, que de ser posible, aumentaría el interés turístico de las visitas a este centro de interpretación, de cuyo éxito dan fe las más de 11.000 visitas que ha recibido en los tres primeros meses desde su apertura al público.
Si partimos desde la plaza de Andalucía, donde hoy se encuentra la urbanización Nuevo Gadir, en la acera oeste o de los números pares, había un caserón de estilo inglés; más abajo, donde hoy está el espacio abierto con el monumento a María Auxiliadora, estaba el patio de San José, con sus galerías interiores, con una planta rectangular muy alargada y cuyos pisos bajos se encontraban por debajo del nivel de la calle. Desde el Secano, aparentaba ser un simple chalet de una planta y fachada sencilla, aunque muy armoniosa y equilibrada. El conjunto se iniciaba con una cerca avanzada hasta la acera, con tramos de rejas entre pilares rematados en esferas. Curiosamente este cerramiento era similar al del cercano y desaparecido Garaje internacional.
Tras esta entrada, la fachada de una planta presentaba cuatro ventanas alargadas y adintelados, flanqueando la entrada, rematada en arco de medio punto, todos estos huecos con jambajes moldurados. Esta fachada estaba rematada en un sencillo antepecho corrido, de cinco tramos. Tras atravesar el falso chalet por este acceso, se descubría la verdadera disposición arquitectónica, que era interesantísima.
En primer lugar, el emplazamiento ya constituía un desafío en sí, al estar sobre una pequeña pero acusada vaguada que de forma insólita, partía de las laderas de San Isidro y que pese a las recientes remodelaciones urbanas, aún es perfectamente apreciable. Esa vaguada planteó un primer problema a resolver, el drenaje, y tras solucionarlo, el aprovechamiento del difícil terreno en descenso se logró por medio de varias crujías escalonadas, y conectadas entre sí por tramos de escaleras que reproducían en cada sección la típica disposición de patio vecinal, estrecho y alargado, con viviendas afrontadas a ambos lados de un paso central, de dos plantas y las superiores conectadas por puentes o comunicaciones aéreas entre ellas que recordaban la función de refuerzo de los clásicos arcos de entibo. Estos elementos se han localizado en otros patios de la ciudad, como en el del Caballo Blanco.
Concretamente, la planta alta del primer tramo de patio estaba a nivel del Secano y la planta baja, ya bajo el mismo, existiendo otro tramo con dos plantas directamente a un nivel más bajo aún, siguiendo el perfil de la citada vaguada. Constituyó, por lo tanto una solución genial a un problema de difícil solución, al aprovechar un espacio aparentemente inadecuado para la edificación.
El conjunto, más que con los habituales patios de vecinos, dada su longitud y profundidad, se relaciona con los adarves medievales, o calles interiores, prácticamente privadas, ya que se podían cerrar por las noches por motivos de seguridad. Pero en este caso, el diseño no es irregular y espontáneo, como en la Edad Media, sino perfectamente racionalizado y calculado en sus más mínimos detalles.
El patio de San José, construido en 1927, es un ejemplo de cómo las apariencias engañan y una estructura simple puede ocultar otra más complicada y ambiciosa. Cuando se remodeló la edificación de ese sector en el Secano, ello implicaba la destrucción de este patio. Aunque se intentó, no fue posible su salvación, contribuyendo a ello la dificultad de reconversión para otros usos. No hay que olvidar que en el fondo era una construcción basada en materiales baratos y soluciones elementales de albañilería, propias de una época poco exigente en habitacional para las clases populares, por lo que los habitáculos no solo estaban deteriorados, sino que su rehabilitación, por ejemplo, como residencia de estudiantes planteaba excesivos problemas en su readaptación a las actuales exigencias de salubridad y confort.
Cerca del citado patio estaban los Talleres Michán, familia muy vinculada al mundo taurino de Algeciras y de la cual se dice que fabricaron en tiempos gran cantidad de banderillas taurinas, suministrando a toda España. Tras la remodelación arquitectónica de ese sector urbano, la acreditada empresa subsiste dedicada a la reparación de automóviles.
Siguiendo la acera de los pares, nos encontramos con el monumento a María Auxiliadora, cuyo acertado emplazamiento aprovecha un sector con amplio retranqueo ante las nuevas edificaciones contemporáneas siendo muy visible en todo su entorno. Representa a la advocación mariana de María Auxiliadora, patrona de la orden salesiana y de amplia devoción en la ciudad. La escultura se inauguró el 30 de mayo de 2014 para conmemorar el 80 aniversario de la llegada a la ciudad en 1934 de la comunidad Salesiana, que tan gran labor ha realizado en beneficio de Algeciras. El autor es el gran escultor onubense Martín Lagares y la escultura, fundida en bronce es muy bella y proporcionada. Está muy integrada con el lugar donde se levanta, pero nos atreveríamos a pensar que si tuviera detrás una pantalla o pared blanca sería más visible que contra el fondo de casas actual.
Si regresamos a la acera de los impares, apreciamos la Bodega de Acosta. Se trata de un gran edificio que incluso posee carácter monumental, contraído en ladrillo visto, según se acostumbraba en la arquitectura industrial tanto de la segunda mitad del siglo XIX como de principios del XX. Estaba concebido como bodega y conserva un gran portalón para carruajes, que en la parte baja de sus jambas, presenta dos extraños guardacantones de hierro. La citada gran puerta, de ladrillo visto, tiene, entre pilastras, un arco de medio punto con varias roscas, una de las cuales está ornamentada con dentículos formados por ladrillos que avanzan sobre el intradós o seno del arco. Es notable la esquina entre el Secano y la calle San Antonio, de planta curva entre pilastras.
Se conocen otras bodegas en la ciudad, que datan de cuando en Algeciras se prodigaban los viñedos, arruinados por la filoxera. Al contrario que en otros centros productores, en la comarca las cepas no se sustituyeron por otras inmunes y pasó a la historia una producción agrícola que tuvo sus momentos de auge en la comarca.
En nuestra próxima entrega completaremos nuestra relación de elementos singulares existentes en el Secano.
Temas relacionados
No hay comentarios