Miura para cerrar la Feria Real: Algeciras espera la última embestida
El Cid, Esaú Fernández y Fortes, tres andaluces frente a la legendaria divisa sevillana en el cierre de Las Palomas
La extraordinaria corrida de La Palmosilla que Talavante eligió para Algeciras y no quiso torear
La Feria Real de Algeciras 2025 se despide este sábado, 28 de junio, con un cartel de los que pesan. Como ya ocurriera el año pasado, la mítica ganadería de Miura pondrá el broche a la feria taurina con una corrida que promete emoción, riesgo y verdad. En el ruedo de Las Palomas, tres toreros andaluces se medirán a una de las divisas más emblemáticas y temidas del campo bravo español: Manuel Jesús "El Cid", Esaú Fernández y Saúl Jiménez Fortes.
El hierro de Miura, con sede en la finca de Zahariche (Lora del Río, Sevilla), es leyenda viva de la tauromaquia. Fundada a mediados del siglo XIX y con antigüedad reconocida desde 1849, la ganadería mantiene inalterado su tesoro genético: un encaste único que ha resistido al tiempo y a las modas. Los toros de Miura son altos, largos, musculados, con cuajo y una mirada que impone. Su comportamiento, muchas veces imprevisible, exige una lidia medida y poderosa. En Algeciras se espera una corrida fuerte, con trapío y seriedad, como acostumbra la casa.
Enfrente, un trío de toreros con trayectorias bien distintas pero una misma motivación: conquistar al público con una gesta. Vuelve a Las Palomas El Cid. A sus espaldas, una carrera en la que siempre supo encontrar la distancia exacta frente a toros difíciles; también los de este hierro, con los que ha escrito algunas de sus páginas más valientes.
Lo acompaña Esaú Fernández, torero sevillano forjado en la dureza de los compromisos sin escaparate. Su determinación sin alardes lo han convertido en un lidiador habitual de corridas duras, donde se impone el oficio más que el adorno.
Y completa la terna Saúl Jiménez Fortes, que llega a Algeciras en uno de los momentos más intensos de su carrera. El malagueño ha sido una de las revelaciones —o, mejor dicho, reafirmaciones— de la Feria de San Isidro de este año. Cuando muchos lo daban por retirado, Fortes resurgió en Madrid con una de las faenas más profundas y auténticas del ciclo. Perdió la Puerta Grande por la espada, pero se ganó algo más difícil: el respeto unánime de la afición. Su toreo austero, hondo y de firmeza casi ascética ha vuelto a ponerlo en el lugar que nunca debió abandonar.
Miura no es una ganadería cualquiera: es un rito. Y este sábado, en Las Palomas, se celebra uno más.
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