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¿Lloverá en la tardebuena del Campo de Gibraltar?

La lluvia no puede con la Feria de Algeciras

Feria de Algeciras 2023

Ambientazo en la Feria de Algeciras. / Erasmo Fenoy
R. M.

Algeciras, 18 de junio 2023 - 16:25

El Domingo Rociero (o Domingo por Sevillanas) de la Feria de Algeciras comienza a vivirse días o incluso semanas antes de su celebración. Es el día por antonomasia de la semana grande algecireña y conlleva una serie de preparativos de los que solo son conscientes aquellos que lo viven: ropa de estreno y reserva para comer. Las tormentas que se escucharon desde bien temprano y la lluvia intermintente que cayó con más o menos intensidad pasado el medio día, estuvieron a punto de echar atrás a algunos. Pero las ganas y las reservas hechas con bastante antelación hicieron que pocos se quedaran en casa y más de uno tiró de paraguas, que seguramente quedarán olvidados en alguna caseta. Además, la temperatura bajó y se agradeció que no hiciera tanto calor en el real.

Escenas de mujeres vestidas de flamenco con los volantes recogidos para que no se mojaran se sucedieron desde la hora de la comida en distintos puntos de la ciudad. La elección del calzado también fue un quebradero de cabeza porque los zapatos de esparto, tan típicos en la Feria, no son buena elección en suelo mojado. Una decisión tan drástica como la que tienen que tomar los pilotos de fórmula uno si las nubes amenazan tormenta.

Desde días antes era complicado encontrar sitio para reservar en las casetas o en los bares y restaurantes más cercanos al parque feria (también en el centro y en las barriadas), aunque la media del menú más barato esté en unos 30 euros. Pero la Feria Real es una vez al año y hay muchas ganas de reunirse con la gente que apenas ves a lo largo del año o con los que siempre están para celebrar algo, aunque sea tomar una cerveza rápida con unas aceitunas.

Tras el almuerzo, con la gente que comió fuera de la Feria ya incorporada, con permiso de las lluvias y las tormentas, el recinto ferial explotó de júbilo. Casetas llenas, jarras de rebujito llenándose sin parar y grupos de familiares y amigos disfrutando.

Carreras para evitar mojarse en la Feria de Algeciras. / Erasmo Fenoy

En la Feria caben todos y hay opciones de todo tipo. Para los más jóvenes, que tiran de botellón antes de aventurarse desde la escalinata del antiguo cine Magallanes, hasta a los más crecidos, que tienen que optar por dejar a los niños con los abuelos o llevárselos para más tarde dar un paseo por la zona de cacharritos. Y también para los que viven fuera y cuadran sus vacaciones o algunos días libres para que coincidan con la Feria. Esos especiales en el exilio, aunque sea en otras localidades del Campo de Gibraltar, que quedan con los de toda la vida para rememorar sus primeras ferias, aquellas en las que la zona de casetas estaba cuesta arriba y las atracciones, donde ahora se instalan las casetas. Y cuando se vivía más de noche que por el día.

Además de las casetas, muchos optan por una alternativa: tomarse algo en el Kiss antes de adentrarse en el real. Al aire libre los que optan por esta vía observan cómo está el ambiente entre las calles Volantes y Farolillos y tienen la opción de escuchar otro tipo de música. Es la otra Feria y este año la caseta número 56.

La jornada se suele estirar lo que el cuerpo aguante. Hay gente que opta por irse a cenar y una vez lleno el estómago de bate en retirada, otros que apuran hasta bien entrada la madrugada y gente que ni siquiera quiere parar para comer con tal de no perder tiempo disfrutando en la caseta.

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