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Los corzos, con pasado y futuro

Desde mediados del siglo XIX es el único cérvido presente en el Campo de Gibraltar l años sesenta En esta época se dan los condicionantes para que prospere la caza mayor al tiempo que se da la emigración masiva

Imagen de archivo de un corzo en el Parque Natural de Los Alcornocales.
María E. Selva / Algeciras

21 de febrero 2009 - 01:00

El corzo es una especie ligada a los cazadores campogibraltareños. Desde mediados del siglo XIX, el único cérvido presente en la provincia era el corzo. La cabra montés también había sido erradicada debido a la presión humana, de tal modo que las piezas de caza mayor se limitaban al lobo, el jabalí o cerdo asilvestrado y el corzo.

El corzo se cazaba en rececho y aguardos, pero también en batidas. Los convulsos años 30 supusieron una etapa de penuria nada favorable para la conservación de la caza; sólo a comienzos de los años 60, y coincidiendo con la emigración masiva de los habitantes del medio natural se producen las condiciones para que prospere la caza mayor.

Los grandes propietarios, conscientes de ello, apuestan por este aprovechamiento y realizan las primeras repoblaciones con ciervos. Durante los años 70 el corzo se verá beneficiado por ese esfuerzo de fomento de la caza.

En los comienzos de los 80 los propios titulares de cotos manifestaron su preocupación a la administración, solicitando la puesta en marcha de un Plan Especial de Protección aparte el corzo en la comarca del Aljibe. Probablemente los cambios de aquellos años, con el traspaso de competencias a la autonomía andaluza, retrasaron la puesta en práctica de estas iniciativas.

Así se llega a comienzos de los 90, cuando la escasez de corzos había llevado a abandonar su caza en batidas. Se inicia entonces un debate sobre el futuro del corzo, esta vez ya contando con los estudios realizados por los científicos. La administración optó por mantener al corzo como especie cazable, pero hizo valer la idea de que sólo controlando eficazmente la población de ciervos, sería posible recuperar el corzo. Fruto de esta iniciativa fue la primera Ordenación Cinegética Comarcal. Desde entonces hasta esta fecha se han realizado sucesivos ajustes en los periodos y modalidad de caza practicables.

Así, destaca la recuperación de la caza en batidas en 1999, que con limitaciones en cuanto a presión de caza, el tipo y número de perros, entre otros. Por último, se ha implantado un sistema de marcaje de trofeos mediante crotales, que permite identificar su procedencia y seguir su rastro. Esta información proviene de la revista Almoraima, que recopila las actas de las jornadas de flora, fauna y ecología celebrado en La Estación de Jimena.

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