La controvertida acta electoral de Algeciras
El Sexenio Democrático en Algeciras (1868-1874)
El general Orive se presentó como senador por los distritos de Algeciras y Ceuta, militar que no gozaba de las simpatías de los progresistas
Algeciras es una villa abierta, dominada por las alturas
Prosiguiendo la reseña algecireña recogida en el texto francés iniciado en la entrega anterior y titulado Itinéraire, descriptif, historique et artistique de L’Espagne et du Portugal sigue expresando sobre nuestra ciudad: “Algeciras posee una plaza, hacia la parte E, forma un hermoso paseo decorado y plantado en 1807 por el cuidado del general Castaños. La ciudad todavía conserva un pequeño teatro, un hospital civil, un hospital militar con 150 camas y un cuartel de caballería con capacidad para 50 caballos. La iglesia no tiene interés. Observamos afuera de la villa un acueducto cuya toma de agua está en la montaña. Consta de dos hileras de arcos de buen estilo. Los productos agrícolas del territorio de Algeciras son insuficientes para el abastecimiento de la villa; queremos trigo, cebada y centeno de Tarifa, Vejer y hasta Sevilla, el aceite de Málaga, magro de vida de Ronda; sin embargo, solo exporta Algeciras algunas frutas y hortalizas a Gibraltar. La industria es prácticamente nula”.
A la par que el texto describe la realidad algecireña, Amadeo I, tras observar la enfrentada realidad política española, toma una decisión y le encarga al general Serrano un gobierno de concentración. El ex regente logra reunir un ejecutivo que pretende mantener la esencia revolucionaria de La Gloriosa, estando representados unionistas, progresistas y demócratas. Las elecciones generales de marzo pondrán fin a esta coalición que jamás encontró el espíritu del 68. La actitud de carlistas y republicanos, contrarios abiertamente al nuevo monarca, harán inviable la continuidad del gobierno de concentración.
Mientras que por los pasillos del Congreso de Diputados se pretender llegar a acuerdos para gestionar y solucionar los grandes problemas de la nación, en la bahía de Algeciras, lejos de esperar soluciones de los padres de la patria, el contrabando está a lo suyo: “El bote del pontón Algeciras de la sección de Guardacostas de este nombre, aprehendió en la madrugada del 1º en los arrecifes de Punta Mala, una barquilla con varias piezas de género y una canasta de loza. El mismo bote aprehendió en la madrugada del 8 en los arrecifes de Cucadero, una barquilla con ocho bultos de tabaco. La escampavía Fama, de aquella sección capturó en la noche del 13, en los arrecifes del Cucadero un bote con tres bultos del propio artículo. El bote del pontón de Algeciras aprehendió en la noche del 15 en la playa de Palmones en unión de los carabineros, una barquilla con 13 bultos también de tabaco”.
En aquellos días de aprehensiones y elecciones generales se presenta como senador por los distritos de Algeciras y Ceuta el general Orive, militar que, al parecer, no goza de las simpatías de los progresistas a tenor del siguiente comentario que se hace público: “Vaya otra prueba de la falta de inteligencia que reina entre los situacioneros que La Iberia nos niega, que son pocos y mal avenidos, se anuncia que los muchos amigos que el Gobierno tiene en Ceuta y Algeciras, quieren estar representados en el senado por el General Orive, director de Sanidad Militar. Si eso es vivir en armonía confesamos que no lo entendemos”.
La circunscripción del Partido optaba, según población, del modo siguiente: “En Algeciras se presentan cuatro candidaturas, todas con carácter de ministeriales”. El resultado local de aquel plebiscito se hizo público mediante telegrama: “Cuatro colegios electorales. Triunfo completo de Benot. Minoría militarista. La bandera republicana ondea en todos nuestros colegios. Hay que recordar que la lucha aquí es entre el republicanismo y el monarquismo más que entre los del Gobierno y sus oponentes. Gracias a la gentileza del Secretario del Círculo Monárquico Liberal de San Roque podemos dar las cifras reales en la última vuelta de la elección de diputado a las Cortes por el distrito de Algeciras. Se verá que excepto en la propia localidad de Algeciras los principios monárquicos en la persona del Señor Patxot están en ascenso: Sr. Patxo (monárquico) y Sr. Benot (republicano): Algeciras 775/ 1.403; Ceuta 1.271/123; San Roque 966/ 926; Los Barrios 549/378; La Línea 575/88 y Castellar 83/35. Monárquicos: 4.219. Republicanos: 2.953. Número de votos: 7.172 Total de votos: 2.401/ 1.610”. El monárquico Patxo ganó con una diferencia de 1.266 votos. A pesar de la derrota, Algeciras seguía siendo el bastión republicano en el Campo de Gibraltar.
A raíz de la derrota republicana en la comarca, cierto pasquín impreso en la capital de la provincia, y no exento de cierta ironía, publica: “Milagros de la influencia moral. En Algeciras ha obtenido más de 3.000 votos un señor que se llama Patxo. Esto expresa que hay más de 3.000 personas que han escrito ese apellido, y nos apostamos que no hay en Algeciras -confunde la ciudad con el Partido judicial- 3 personas que puedan escribirlo, 2 que puedan pronunciarlo y 1 que conozca de vista al señor Patxo. Conque, vean ustedes si no es un verdadero milagro de la influencia moral hacer que todo un pueblo manifieste las más vivas simpatías por un señor cuyo apellido desgarra la laringe más robusta, aunque sea la del más delicado progresista”.
Panfletos sarcásticos aparte, días después de la votación y en la sesión de las Cortes celebradas el día 18 bajo la presidencia de Olózaga, se procedió a: “Dar lectura del voto particular del diputado Soler contra el acta de Algeciras, y lo combatió el Sr. Delgado, individuo de la comisión, defendiéndolo el Sr. Soler y sosteniendo que el acta de Algeciras debía declararse grave. El Sr. Ministro de Estado habló también para protestar en nombre del gobierno de las suposiciones del Sr. Soler respecto á los actos ilegales cometidos por las autoridades, así como de la suposición de que el ejército no votó con libertad. La rectificación del Sr. Soler rechazando frases del Sr. Martos, dió ocasión de alguna agitación en la mayoría y en la minoría, sosteniendo cada cual lo dicho por el ministro ó por el diputado”.
Días después se haría público por fuentes republicanas: “¡Gran puñado son tres moscas!. El Gobierno tiene una mayoría de 14 votos, contando á los empleados que no se dan por entendidos y que siguen votando y cobrando como si tal cosa. En cambio la oposición es una cuestión de justicia que ha colocado á su lado á lo mejor de la Cámara. A última hora seguía la irritación. Por parte del Sr. Soler se retiraron varios dictámenes y se leyó un dictamen particular del mismo referente al Acta de Algeciras, que con otras varias estima leve la Comisión. Parece que el Acta de Algeciras promete discusión animada en el Congreso”. La derrota republicana en la circunscripción algecireña había llegado, no sin controversia, hasta las más altas instancias del Estado. Sea como fuere la diosa Fortuna quiso que cuatro días antes de aquel rifirrafe político, la antimonárquica Algeciras fuera señalada con su afortunada diestra -también poseía la popular diosa otra desafortunada mano llamada siniestra-, cuando: “Pueblos y administraciones donde han cabido los 18 premios mayores de los 741 que comprendía el sorteo celebrado el 14 de Abril de 1871...Algeciras...número 3.682...premio 3.000 pesetas”. No deja de ser históricamente paradójico que la citada diosa -con su diestra-, señalara a la republicana Algeciras precisamente un 14 de abril.
Al mismo tiempo que los republicanos revalidan su hegemonía en nuestra ciudad y su también discutida derrota en su circunscripción electoral, en un tono más privado la realidad algecireña también contempla como: “Manuel José Sánchez Solís, en representación de su hermano Juan Sánchez Solís, entrega la cantidad de 744 escudos a Ricardo Rodríguez España, como garantía de una finca urbana compuesta de distintas habitaciones o viviendas en el número 33 de la calle de Jesús esquina al Calvario [...] Una pequeña casa o vivienda [...] compuesta de sala, alcoba, cocina y patio, con su frente al Norte á dicho Calvario, por su fondo al Sur con casas del mismo vendedor [...] y por su izquierda al Poniente con Juan Moguera, midiendo 4 m de frente y 5 m. de fondo, o sean 20 m. superficiales”.
En el mismo contexto, también acontece que: “D. Santos María Pego, es dueño en propiedad de las fincas siguientes: Una casa baja dividida en una habitación y un patio con corredores cubiertos que hoy sirve de matadero de cerdos, señalada con el número 19 en la calle de la Alameda de esta ciudad [...] linda por la derecha con casa de Doña María de la Paz Muñoz, hoy de su heredera Dolores Muñoz Muñoz, por su izquierda y fondo con casa del caudal de Blanco, dando su frente al Poniente de dicha calle, estimando su valor en 1.750 pesetas. Otra casa de cuerpo bajo dividida en tres habitaciones y patio señalada con el número 2 en la calle del Laberinto de esta ciudad [...] teniendo como colindante a su izquierda a D. Ricardo Orwen Joyce, tiene pozo medianero con el lindero de la derecha y se estima su valor en 1.850 pesetas. Una casa en la calle Cristo de esta ciudad con el número 6, compuesta de tres habitaciones y patio [...] lindando por la derecha con la calle del Laberinto, estimando su valor es de 1.500 pesetas”.
“Y por último -prosigue la mencionada acta- una casa baja dividida en cuatro habitaciones, situada en la calle de la Fábrica esquina á la de la Alameda, señalada con el número 1, con entrada principal por la calle de la Alameda bajo el número 21 [...] linda por su izquierda con dicha. Se estima su valor en 1.500 pesetas. Las adquirió por compra a Doña Francisca Blanco Álvarez, asistida de su esposo D. José Arnau Navarro, previa la correspondiente autorización judicial por ser aquella menor de edad, en 2 de Abril de 1867 [...] y como en el Juzgado de primera instancia del distrito de Campillo en Granada se instruyó expediente á solicitud de la menor Dña. Francisca Blanco, para autorizar la necesidad de la venta de las fincas de su propiedad en Algeciras [...] se autorizó judicialmente la venta en subasta pública, lo cual tuvo efecto rematándose por el Sr. Santos [...] hipoteca por la cantidad de 2.500 pesetas ó sean 10.000 reales de préstamo con Joaquín Acuña Cortegozo al interés de 25 pesetas mensuales y 300 pesetas anuales y por el término de un año”.
Este último -Joaquín Acuña Cortegozo-, era natural de Santa Colomba de Bartola (Pontevedra), donde había nacido en 1820, sus padres se llamaban José y Rosa, ambos de la parroquia pontevedresa de San Martín de Salcedo; viudo de María de la Paz Luna e Ibáñez, Acuña Cortegozo volvió a contraer matrimonio con la vecina de Algeciras, Josefa Cacao Dorado. Tenía su domicilio en el número 2 de la calle Cristóbal Colón; el inmueble había sido propiedad de la familia de su primera esposa. Gran propietario, destacando entre sus bienes el usufructo de una de sus principales viviendas sita en la Plaza de la Constitución, quedó sin descendencia al fallecer a la corta edad de tres años su único hijo de nombre Joaquín, fruto por cierto, de su segundo matrimonio. Dada la alta mortalidad infantil de aquella época bien podría recordarse una consoladora frase -o así se procura para lo que es inconsolable- recogida en la novela titulada: De mala raza, cuyo autor José de Echegaray -uno de los principales protagonistas del Sexenio Democrático-, pone en boca de uno de sus personajes al expresar: “La tristeza entre muchos, toca á menos á cada cual”. Triste consuelo.
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