Ni el agua puede con la Feria Real

En los últimos años ha apretado el calor de lo lindo en la Feria de Algeciras. Lo cierto es que no parece que tenga que ver con el cambio climático. Es junio y en junio hace calor, normalmente. Ha habido algunos días en el ferial que se boqueaba con la temperatura y se agarraba lo que hubiera a mano para lograr un poco de aire. Se presenta un día de poniente seco, con el sol cayendo a plomo, y a ver quién no le echa algunos hielos de más al rebujito.

Se recordará que en la Feria de Algeciras en su día hasta se puso el microclima. Esas gotas micro refrescaban o al menos sugestionaban de tal forma que uno se refrescaba, en plan efecto placebo, si se quiere. Calorcito. Es lo suyo.

Se cuenta, no obstante, que en la Feria de Algeciras en realidad siempre ha llovido, que era casi una tradición. Ocurre que hace algún tiempo que no lo hacía y se había un poco olvidado. Hay que decir que hacía algún tiempo porque, como todo el mundo sabe, cayó la grande durante la madrugada y la mañana de ayer. Y cayó también, claro, sobre la Feria.

El caso es que, dentro de lo que cabe, la Feria tuvo suerte. Llovió, más o menos, entre la hora del cierre de las casetas y la de la apertura del día siguiente. O sea, que el agua no echó a nadie a casa ni dejó a nadie en casa. Más o menos.

No quita para que el agua se dejara notar. Todas las casetas, algunas más, algunas menos, se mojaron. Hay que tener en cuenta que tienen montados techos de verano, porque es lo suyo en esta época, que ya es verano. En algunas partes filtran y más si llueve mucho como ayer.

A eso de la una del mediodía el recinto ferial daba testimonio de las precipitaciones. No hubo un desastre en ninguna caseta, pero lo cierto es que se podían contar a esa hora casi tantas fregonas como personas, con los trabajadores afanándose en dejarlo todo bien, escurriendo, apilando sillas para limpiar bien.

Ayer fue un día en el que estaban programados un montón de almuerzos en el ferial. Algunas casetas optaron por suspenderlos

porque el agua había entrado y no estaban en las mejores condiciones para ofrecerlos. En alguna hubo un problema con el desagüe del lavavajillas. En otra se pudo ver a un encargado con un secador tratando de secar parte del equipo de sonido.

Seguramente la caseta que quedó peor parada fue la de Portuarios. Es de las pocas que tiene el piso de albero y no con tarima de madera y eso se notó. Tanto que hubo que meter una máquina para volver a poner el suelo en un estado adecuado. También entró el agua en el estudio de Onda Algeciras y, por la situación en la que quedó, la tele municipal decidió suspender su emisión de ayer. Ahora bien, hoy vuelve como siempre.

Pero bueno, ¿quién dijo miedo? Lo que se vio era lo normal, en realidad, con la que cayó. A eso de las tres se veía que las casetas ya estaban prácticamente listas y, hay que insistir, quién dijo miedo, algunos grupos de valientes empezaban a llegar al ferial. Era a las tres, justamente, cuando estaban cayendo las últimas gotas del día. Muy finas. Es curioso; parecía el microclima.

La Feria fue arrancando, calentando motores. Los charcos se fueron secando y sí, por la tarde ya estaba la fiesta funcionando casi como si no hubiera pasado nada. Es más, hay que ver cómo apretó el calor por la tarde.

El ferial se fue animando conforme avanzaba la tarde. A eso de las seis ya presentaba un buen aspecto. Se observaba cómo estaban terminando los que habían mantenido el almuerzo. Hasta la caseta de Portuarios ya estaba arreglada y preparada.

La tarde fue proclive además a cada vez ir recibiendo a más gente. Como hoy es fiesta, muchos se animaron a trasnochar con toda tranquilidad. Hoy muchos no tienen que madrugar. Lo que no significa que no se vaya a ir de nuevo a la Feria. Hoy, de hecho, con más razón que otros días. Está visto que nada puede con la fiesta. Ni siquiera una buena tromba de agua.