Paco Ocaña ofrece un pregón "muy de Algeciras" y "social"

El teatro Florida, que se colmó de público, mantuvo ayer su disfraz y máscara de atrezzo para arropar al pregonero del Carnaval Especial, el popular peluquero Paco Ocaña. Disfrazado totalmente con los colores de la bandera de la provincia, usó como vehículo conductor de su discurso la historia de su tierra, desde la época romana hasta la democracia, desde la república a la dictadura. Matizaba entre los puntos y aparte a modo de semblanza lo que echa de menos "lo que ha sido mi pueblo". Desde el río Pícaro al Casino Cinema, la Escalinata, la plaza de toros o el mítico Cine Florida, "de lo que era antes al destrozo que han hecho ahora", echando la culpa sin complejos a los "oportunistas de la transición".

Jugó en el pregón con el misticismo definiendo de "genio divino" a Paco de Lucía sonando al piano Entre dos aguas por Tati Alves. Construyó como la vida misma a una persona desde sus inicios hasta hacerse mayor, tuvo referencias además al vino especial del que hablan de esta tierra que surgió desde el cielo del escenario y degustó junto a un personaje de época. Recordó también a los que no están plasmando imágenes en una pantalla; recorrió la algarabía popular del carnaval o ese punto de encuentro de la fiesta que está en la Plaza Alta.

Se acordó también Ocaña de los personajes más excéntricos de la tierra algecireña, como el Rabieta o Juanillo el zambo. En sus pasajes por las distintas épocas fue puntualizando a personas o agrupaciones destacadas como la Cuadrilla torera, en la época de la dictadura; o Cine Cómico en la democracia o el cuarteto más famoso que ha dado esta tierra.

Paco Ocaña no estuvo solo sobre el escenario, contó con la colaboración de amigos, además de la joven pianista citada, se subieron junto a él el Chiricoro, que mezcla antiguos miembros de una chirigota y de un coro, de ahí el nombre agrupando a alrededor de 30 personas. Preparó a conciencia el pregón, con un total de 17 folios que tenía memorizados casi a la perfección en su mente, y una duración aproximada de 45 minutos. Instantes antes de su arranque destacó con gracia que "el que da el pregón es un tío muy saborío, no puedo hacer reír porque no soy gracioso. Sólo soy muy de Algeciras y pido justicia".